Editorial.17 de Mayo. Tomado de El Faro.
La renuncia del titular de agricultura a principios de la semana pasada ha aumentado las sospechas sobre los problemas al interior de una accidentada administración que, en menos de un año, ha visto la salida en malos términos de varios de su funcionarios.
Manuel Sevilla acusó al presidente de haber pactado con los partidos Gana y PCN para que salieran favorecidos con la distribución de paquetes agrícolas. Funes ha respondido que Sevilla iba a ser destituido pronto, y que sus argumentos son falsos. Especular quién tiene razón es simplemente tomar partido ; justamente por que se trata de la palabra de uno contra la del otro y porque debido a la falta de transparencia las posibilidades dan para todos.
A principios de este año, la Secretaria de Cultura se fue acusando al presidente y su esposa de intentar desnaturalizar la institución. El mandatario y la Primera Dama también negaron las acusaciones y dijeron que la salida de Cuenca se debía a su incompetencia. De nuevo, es difícil saber quién tiene razón, y al final poco importa. Poco importa porque la democracia y la institucionalidad no se consolidan con la fe en los funcionarios ni basados en la voluntad política del mandatario de brindar información.
Poco importa porque, tengan o no las acusaciones una relación directa con la realidad, el daño a la presidencia es y seguirá siendo efectivo hasta que Funes pase de la demagogia a las acciones concretas, y en vez de clamar transparencia emita iniciativas de ley que la garanticen.
Ahí están, a las puertas de la Asamblea y de Casa Presidencial, propuestas y demandas por leyes de Transparencia y Acceso a la Información; ley de financiamiento departidos políticos y ley de partidos políticos. Si a esto le agregáramos una urgente y total sacudida de la Corte de Cuentas y la reinstitución plena de Probidad en la Corte Suprema; y una más transparente distribución de los recursos del Estado, entonces podremos creerle a Funes que el ministro de agricultura, que ha renunciado a ese cargo y que tiene un historial de honestidad largo, ha dicho cosas falsas aunque no sepamos qué obtuvo a cambio, porque aparentemente Manuel Sevilla se fue del gobierno simplemente porque ya no podía continuar en su puesto.
Opinión - La salida de un ministro - ElFaro.net El Primer Periódico Digital Latinoamericano
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.