Simplificar trámites es una tarea que sólo puede hacerse cuando las dos partes, el gobierno y los productores, se sientan, analizan, discuten y depuran
Editorial. 13 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.
Casalco, al igual que gremiales y empresarios de distintos sectores productivos, señalan que uno de los principales problemas que encaran es el exceso de trámites, regulaciones, exigencias, interpretaciones, alargamiento de plazos, etcétera, para autorizar permisos de construcción o, agregamos, el establecimiento de negocios. Hay casos en que los funcionarios "se sientan" sobre expedientes, o alargan el tiempo para resolverlos; lo grave es que esto no siempre sucede por razones legales, sino por motivaciones políticas.
En los nuevos tiempos hay salvadoreños, empresas y actividades menos iguales que otras, dependiendo del color de la camiseta que llevan.
Varios "tanques de pensamiento" en Estados Unidos han hecho estudios para relacionar la tardanza o agilidad en los trámites que un productor está obligado a hacer, con los índices de desarrollo prevalentes. La conclusión es que a mayores requerimientos, menor progreso.
A una igual conclusión llegó el economista peruano Hernando de Soto al estudiar el problema de la economía informal en su país: la barrera al ordenamiento y mejor protección de los pequeños empresarios era el enorme cúmulo de exigencias para legalizarlos. Su libro, "El Otro Sendero", logró que se efectuaran las necesarias rectificaciones en beneficio general y un paro a la creciente anarquización de Lima y otras ciudades.
Para ilustrar lo demencial de las exigencias de Soto llegó a pegar los documentos requeridos en una banda de papel de varias decenas de metros, ejemplo que debe retomar Casalco.
En nuestro suelo las contradictorias tendencias, facilitar por una parte y estorbar por la otra, han sido y siguen siendo parte de la ruta que recorren los que hacen, venden, mueven y sirven, sin que los funcionarios comprendan a cabalidad los perjuicios que eso acarrea. O si lo comprenden que hagan algo para minimizar el daño, ya que mucha burocracia existe con el único objetivo de mover papeles de un escritorio a otro.
Llamen a consultas a gente de trabajo
Los constructores señalan lo que la gente informada sabe: que la construcción es una gran generadora de empleo, además de ser la puerta de entrada para que personas con poca experiencia o habilidades se incorporen al mundo del trabajo. Como dijo un estadista francés, "allí donde va la construcción va todo lo demás".
La decadencia de San Salvador, iniciada con los desórdenes y pintas de los Años Setenta, en parte se caracteriza por la escasa nueva construcción que hay en el centro. Además no se construye por las tan poco inteligentes regulaciones de "preservación del centro histórico" en una ciudad donde apenas queda historia.
En las presentes circunstancias de pérdida de confianza, confusión respecto a los rumbos del país, temor de los inversionistas, inseguridad en todos los órdenes y una crisis internacional que no finaliza, el gobierno, como los sectores clave, deben hacer lo que esté a su alcance para facilitar la generación de empleo y el mejoramiento de la infraestructura de lo que se pueda. Y para lograrlo, como señala Casalco, es esencial proceder a una simplificación de trámites y, de ser posible, ampliar los financiamientos.
Simplificar trámites es una tarea que sólo se puede hacer cuando las dos partes, el gobierno y los productores, se sientan, analizan, discuten, depuran y ponen en movimiento las rectificaciones requeridas. Celebrar cónclaves entre meritócratas, ideologizados y personas sin experiencia en el mundo real del trabajo, solamente empeora la situación.
elsalvador.com :.: Ahogada la construcción bajo un alud de exigencias
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