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2010/05/02

Contra Punto-Funes rechaza que la derecha lo manipule

 El Presidente niega presiones de la derecha para que impida al FMLN controlar el RNPN. La historia de amor-odio entre Funes y la izquierda pasa por sus momentos más tensos. Parecen navegar por ríos paralelos que nunca llegan a cruzarse.

Por Fernando de Dios.02 de Mayo. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR- Ante los dardos lanzados por algunos sectores de la izquierda, conteniendo el veneno acusador de que el presidente Mauricio Funes está defendiendo intereses de la derecha, el mandatario ha debido salir al paso para desmentir que esté siendo manipulado por ese sector ideológico. Lo ha hecho específicamente en el tema de las reformas a la ley del Registro Nacional de Personas Naturales (RNPN), pero seguro que lo hace general para otras áreas y hechos donde al Presidente se le ve más cómodo con posturas de derecha.

“Yo no tengo ninguna presión de la derecha, cuando tomé la decisión de observar el decreto que reformó la bancada legislativa del FMLN y GANA, lo hice porque en mi opinión el Registro Nacional de Personas Naturales (RNPN) no puede estar bajo el control de ningún partido político”.

Así respondió Funes el pasado jueves 29 a la afirmación que hizo uno de los máximos dirigentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), José Luis Merino, en el marco de una protesta organizada el día anterior para demandar a los diputados de la Asamblea Legislativa que no acepten las observaciones del mandatario.

El FMLN aprobó con los votos de los diputados de GANA una reforma de la Ley Orgánica del RNPN que devolvía al partido más votado en la Asamblea, en este caso el Frente, el poder de proponer al presidente de este organismo, clave para la elaboración de los censos electorales. Pero el Jefe del Estado “observó” la medida, es decir, le hizo correcciones en el sentido de que la propuesta que venga de ese partido no sea vinculante: él puede o no tomarla en cuenta, y la devolvió al Palacio Legislativo.

Según Merino, Funes “tiene presiones de la derecha que quiere defender el pasado”, para que el RNPN, añadió, siga “en manos de un arenero, como hasta ahora”.

Pero la tirantez no solo es que con la cúpula del Frente. Es también con todos aquellos sectores de izquierda que pujan por cambios más drásticos, pero que el mandatario no ha tomado en cuenta.

Por el contrario, él tiende a desligarse de los sectores sociales.

Veamos este pequeño botón, ocurrido este sábado 1 de mayo, en el marco del Día Internacional de los Trabajadores.

Los trabajadores esperan el cambio

La primera jornada de protesta obrera en el marco del nuevo gobierno pudiera haber sido un acto festivo en el que un mandatario de izquierda va de la mano de sus votantes. Sin embargo, la realidad ha sido bien otra. La marcha y los discursos han constituido una plataforma para hacer patente el descontento de la izquierda y los movimientos sociales y obreros con Mauricio Funes.

En la celebración del Día Internacional de los Trabajadores del 2009, Funes, ya como Presidente Electo, dirigió a las organizaciones sindicales y a sus integrantes una arenga cargada de hermandad y promesas de unidad.

“El movimiento social, y dentro de él las organizaciones de trabajadores, tendrán en mi gobierno un espacio de participación en la definición y construcción de las políticas públicas”, dijo Funes ante un auditorio entregado, ilusionado ante el que iba a atender sus reivindicaciones y aspiraciones, tanto tiempo socavadas por el poder en manos de la derecha.

Y justo antes de gritar ¡Que viva el Primero de Mayo! ¡Que vivan los trabajadores salvadoreños!”, Funes hizo otra promesa: “Espero que dentro de un año nos daremos cita en esta misma plaza para dar testimonio de una mejora evidente y visible en la calidad de vida de las trabajadoras y trabajadores salvadoreños”.

Pero no llegó a la marcha de este sábado. Adujo que no fue invitado.

“No he sido invitado, es una marcha de los trabajadores, no tengo que participar en ella. Es una marcha de los trabajadores, nadie más debería de participar”, declaró Funes el pasado viernes 30.

Y añadió: “Y en todo caso, si me hubieran invitado, yo lo que hubiera hecho es darles un mensaje en la plaza donde se van a concentrar todos. Pero como no fui invitado, entonces no voy a dar ningún mensaje, lo acabo de dar ahora”.

Un líder del sindicato de trabajadores del sector eléctrico gritaba este sábado a todo pulmón en la intersección de la Alameda Roosevelt con la 49 Avenida Norte: “Este es un llamado al Presidente Funes: antes él nos acompañaba en la marcha cuando quería el voto; le recuerdo en un microbusito rojo acompañando a los trabajadores”.

“Queremos que no tenga posiciones ambiguas. Los trabajadores no olvidamos, ni mucho menos perdonamos, a aquellos que traicionan a la clase obrera. Presidente Funes, aún tiene cuatro años para rectificar”, continuó clamando el vocero.

Y concluyó: “Gobierno que no escucha, se cae, y si no se cae, lo tumbamos”.

La tozudez de los hechos

El desencuentro entre Funes y el FMLN y los sectores sociales más combativos ha sido una constante desde que el mandatario llegó a la Casa Presidencial. Y cada vez que se produce, se escenifica la sospecha de que el Presidente defiende intereses alejados de las reinvindicaciones de la izquierda.

Funes, por su parte, aduce que su gobierno no es partidista y que gobierna para todos los salvadoreños. Algo que frustra al Frente, pues obstruye parte de su proyecto político y en ocasiones da la impresión de favorecer a sus adversarios políticos.

Ambos contendientes no pierden ocasión para reanudar su pugna. Mientras ellos discuten, la oposición de derecha y Casa Presidencial han coincidido en diferentes propuestas legislativas.

El 15 de abril pasado, se aprobó en la Asamblea la petición de más de 147 millones de dólares en créditos internacionales. La propuesta era de Funes y fue aprobada con el apoyo de los cuatro grupos de derecha y sin los votos del FMLN.

Este partido pedía una serie de auditorías a varios proyectos –iniciados en gobiernos pasados— que habían de ser finalizados con esos fondos, pero que no fueron concluidos. Es decir, el Frente quería que se destaparan presuntas irregularidades realizadas por sus adversarios políticos.

La respuesta de Funes fue tildar de mezquinos a los diputados que no dieran sus votos para la petición de esos créditos, pues según él, irán destinados en su mayoría a proyectos sociales y de seguridad.

Algo parecido había ocurrido ya cuando el Presidente vetó el endurecimiento de penas a menores de entre 16 y 18 años propuesto por el FMLN. Este partido clamó en solitario por sobrepasar el veto presidencial mientras las demás fracciones legislativas se reunían con asesores de Funes y éste calificaba la medida de electoralista.

El caso más determinante fue el veto presidencial a la anulación del cargo básico de telefonía que propuso el Frente y que se aprobó por unanimidad en la Asamblea Legislativa.

Más allá de los “efectos en la imagen del país” y los defectos de forma que observó el Presidente en el decreto, la negativa de Funes a eliminar esa tasa de las operadoras telefónicas fue un punto de inflexión para los dirigentes del FMLN y los sectores sociales en general.

La obstinación del mandatario en no dar su rúbrica a la medida suscitó todo tipo de críticas desde sectores afines al partido de gobierno, centradas en la sospecha de que estaba defendiendo los intereses de las grandes empresas. Lo cual no era descabellado, tomando en cuenta que Funes logró amarrar, durante la campaña electoral, el apoyo del magnate mexicano Carlos Slim, propietario de América Móvil, empresa dueña de CTE Telecom, la compañía que controla el 90% de la telefonía fija local y que sería la más dañada con el decreto que Funes adversaba.

¿Presidente del cambio?

Aunque acudieron juntos a la elección presidencial, los proyectos políticos de Funes y el FMLN no parecen converger. Y la situación se agrava cuando el Presidente se apoya en los legisladores de la derecha para lograr sus objetivos.

La idea de que el Presidente está amortizado para el proyecto del “Gobierno del Cambio” planeaba el pasado miércoles 28 sobre el editorial de Radio Maya Visión, medio que expresa la postura del FMLN.

“El gobierno del presidente Funes es una conquista popular, y si bien significa un punto de llegada en las metas políticas de la izquierda, es más un punto de partida para el impulso de los cambios”, se escuchó en las ondas de la emisora oficialista.

La ola de optimismo que acompañó la victoria electoral de Funes y el FMLN se ha diluido para dar paso a las sospechas y los celos. Las coincidencias del Presidente con los partidos de derecha y los desplantes a su partido han hecho cundir el despecho en las filas de la izquierda.

Y el despecho es la antesala del odio.

Funes rechaza que la derecha lo manipule

1 comentario:

  1. es lamentable que el presidente funes este del lado de los intereses de los ricos ,para citar un ejemplo, yo pense y me alegre que al ganar funes la presidencia anularia el impuesto que nos cobran por cada llamada internacional que hacemos a nuestro pais,por lo tanto estamos entre los paises que menos estamos comunicados con nuestros seres queridos, ademas que no a hecho nada para incorporar al resto de salvadorenos al TPS al igual que ARENA. Esperemos que el proximo presidente de el salvador este del lado del pueblo, agregar que funes sera recordado como traidor al pueblo salvadoreno y espero se vaya lo mas lejos de el salvador no mas termine su periodo.

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