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2009/11/03

Nuestra competitividad, las grandes tareas

El presidente Funes, en un excelente discurso que captó la esencia de la presentación y los rezagos en qué trabajar, prometió que lo tratado en esa presentación ‘no caería en saco roto’. Buenas nuevas”.

Escrito por Rafael Castellanos. Martes 03 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.

La presentación de los Indices de Competitividad hecha por INCAE, fue un éxito rotundo. Acompañó FUSADES, FUNDE y ANEP, lo inauguró el presidente Funes, con un salón repleto, audiencia nutrida y de calidad. Una magnífica presentación del profesor Lawrence Pratt, un excelente discurso del presidente Funes, buenos comentarios de los panelistas, el Secretario Técnico Segovia, Roberto Rubio y Roberto Rivera Campos, con amplísima cobertura periodística.

La presentación mide más de 110 variables, comparándonos con 133 países; pudo ser complicada y aburrida, pero fue sencilla, interesante, enfocada a los temas relevantes, en los que con satisfacción escuchamos el discurso del presidente Funes, que captó plenamente la esencia del informe, los principales retos del país para volverse más competitivo y expresar el compromiso de que su gobierno trabajará en los tareas pendientes, diciendo “lo que aquí se trata no caerá en saco roto”.

El Gobierno tiene un grupo bien entrenado en competitividad en Secretaría Técnica, que ha estado en contacto con diferentes sectores del estado, gobierno central, autónomas, Órgano Judicial, para mejorar en los parámetros que le corresponden a cada uno. Los gobiernos que han tenido éxito en el tema, han apoyado fuertemente, desde el más alto nivel, sus estructuras especializadas para trabajarlo, tenemos la capacidad instalada, aprovechémoslo.

Un tema relevante es en qué categoría juega El Salvador. Pasó en los últimos 15 años, de estar en “tercera categoría” en compañía de Nicaragua, Honduras, Venezuela, Bolivia y Haití, a “segunda categoría” en compañía de Costa Rica, Argentina, Panamá, Colombia y Brasil, lo que quiere decir que las prioridades en que tiene que enfocarse a superar son otras, no tanto en educación primaria, ni infraestructura, en que aventajamos a los del otro grupo, sino en una segunda generación.

Lo importante del reporte no es el lugar global en que se encuentra el país en el ranking, sino cómo avanza en períodos, porque los demás también trabajan en superarse, no es un ejercicio de autosuperación en solitario, es una competencia diaria. Estamos alredor del #75 a 80 en los últimos 5 años, con mejoras en algunas variables y deterioro en otras. Los obstáculos mayores identificados por el informe son La criminalidad y violencia, (lugar 133 entre 133), altísimos los recursos que el Estado y las empresas tienen que destinar para combatirlas. Los inversionistas prefieren establecerse en un lugar más seguro. Le sigue la debilidad de las instituciones (lugar 91), algo que en los indicadores del año próximo desmejorará dramáticamente por el manoseo que pequeños grupos están haciendo del llamado Primer Órgano del Estado, la Asamblea Legislativa, en uno de los episodios más lamentables y destructivos en la historia del país, el más serio desde la guerra.

En el orden de dificultad se menciona la burocracia gubernamental y el poco acceso al crédito, fenómeno que está relacionado probablemente con la crisis económica mundial. Las encuestas fueron hechas en marzo, en el corazón de la misma y el endurecimiento de parámetros de la nueva banca internacional.

Aunque no forman parte de los índices que mide la WEF, el profesor Pratt de INCAE incorporó tres temas en que es indispensable trabajar para el desarrollo sostenible: la agenda energética, el agua y la desigualdad entre pobres y ricos.

El Salvador al igual que el resto de la región está al borde de su capacidad energética, y peor aún, casi 50% se produce a partir de petróleo, que pronto estará en precios de $120 a $150 el barril. El crecimiento de la población y el de la economía demandarán más energía y el país no tiene una Agenda Energética, ni tampoco una agenda de Energías Renovables, para ser autosuficientes y amigables al medioambiente.

En agua, solamente el 24% de agua superficial es objeto de ser potabilizada, la contaminación del resto es intratable y mucha se va al mar. El agua será uno de los recursos más escasos mundialmente y no tenemos una agenda hídrica ni una ley de agua.

La inequidad, la disparidad de ingreso y de oportunidades entre los pobres y ricos, la brecha, es muy grande, como en el resto de Latinoamérica y hay que observar que los países más competitivos tienen una brecha reducida, pocos pobres, más clase media y esto trabaja en dos vías, el desarrollo elimina pobreza y mientras menos pobres y más gente preparada tiene un país (menor la brecha) es más competitivo por la calidad de su fuerza laboral.

Queda claro cuales son los temas principales en qué trabajar, y no es solamente un asunto de gobierno, es un asunto de país. Busquemos entendimientos de cómo trabajarlos.

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