Escrito por Teresa Guevara de Lopez. Domingo 01 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
El dicho de que "sólo en su casa los conocen y les hablan de tú", se aplica en toda su extensión a los 12 diputados, ex areneros, que con increíble cinismo se han declarado independientes. Los que votamos por ellos no conocíamos sus nombres, y sus insignificantes currículos salieron a la luz hasta que dejaron el partido. Así se conoció que todos los cargos desempeñados y sus actividades, estuvieron exclusivamente dentro de las estructuras partidarias. Fuera de allí no son nadie.
De acuerdo a la legislación electoral, para ser diputado, el ciudadano debe estar inscrito en un partido político, y éste escoge la nómina de los candidatos, entre sus afiliados. Y aunque no es nada agradable votar por desconocidos, al no haber otro remedio, se confía en el instituto político cuya ideología se identifica con nuestras ideas. Es por lo tanto una traición, el cinismo de declararse independientes, y votar con el FMLN. ¿Y el compromiso con aquellos que con sus votos los llevaron a la Asamblea, porque no les parecían las ideas del Frente? Les vale.
Y como su ignorancia corre parejas con su cinismo, han tenido el valor de exigir que se les reconozca como una nueva fracción legislativa, con jefe de bancada, equipo, mobiliario y espacio físico necesario, por lo que pronto darán inicio los trabajos de remodelación. ¡Más gastos innecesarios en un momento de crisis, en que en todas las instituciones gubernamentales y privadas se está promoviendo la austeridad!
También pretenden cargos en la junta directiva, amparándose en un protocolo de entendimiento, firmado por las diferentes bancadas al comienzo de esta legislatura, pero que puede ser reformado, en el momento en que a cualquiera de ellos les dé la gana. Un pacto de caballeros, que al no serlo, no van a respetar, porque existen antecedentes vergonzosos de que los diputados han manoseado, a su conveniencia, la Ley Electoral y hasta la misma Constitución.
Claro ejemplo fue la gran movida del PCN, especialistas en ese rubro, que al recibir un total rechazo de los votantes al no alcanzar el 3% requerido para sobrevivir como partido político, tranquilamente alegaron que "no podían desaparecer, porque tenían diputados que necesitaban del respaldo de su partido, para mantener su silla curul en la Asamblea". ¿Y hoy, por qué los 12 sinvergüenzas, ex areneros, pueden quedarse en el aire y encima presumir de que accederán a la junta directiva? Por favor, señores, más respeto para un pueblo que confió en Uds., creyendo que eran personas decentes.
Es incongruente que si para llegar a la Asamblea se necesita del apoyo partidario, una vez allí se desmarquen, y puedan seguir siendo diputados. Esta estratagema, ya fue realizada por otros diputados cuyos nombres es mejor olvidar, aprovechándose de los fondos de sus respectivos partidos para realizar sus campañas políticas y llegar a la Asamblea. ¿Tendrán la decencia de devolver ese dinero? Ante esta artimaña exitosa, es muy posible que pronto haya más traidores que se conviertan en independientes, lo que nos daría la más vergonzosa de las Asambleas Legislativas en la historia de El Salvador.
Y cuando llegue la próxima elección de diputados, ¿qué hará esta bancada independiente? Quizás encuentren algún partido, con tan poca dignidad, que acepte a este grupo de desconocidos. Y con esta amarga experiencia, tal vez algún día se reforme la Ley Electoral, y como en Honduras, los salvadoreños votemos con papeletas con el rostro y el nombre de personas con trayectorias dignas de ser nuestros representantes y de nuestra confianza.
Muy actual resulta la frase de Madame Roland, al subir los escalones de la guillotina en París, para ser ejecutada durante la Revolución Francesa: "¡Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!"
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