Por supuesto, lo que está pasando en el seno del esquema de partidos es más profundo que un mero juego de berrinches y reacomodos resultantes de los berrinches.
Escrito por Editorial. Lunes 02 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.
Después de muchas vueltas y revueltas, en las primeras horas del pasado sábado quedó reconfigurada la junta directiva de la Asamblea Legislativa, según un nuevo protocolo resultante de la correlación de fuerzas que se ha dado luego de que se fracturara la fracción legislativa de ARENA, con la salida del carril partidario institucional de 12 de sus diputados. Todo esto se veía venir, pero la imposibilidad de procesar sus quebrantos internos por parte del que hasta hace unos días fue el partido más caracterizado de la oposición ha llevado a esta realidad, que puede hallar funcionalidad inmediata en los hechos pero que evidentemente tiene una base artificiosa.
Así las cosas, entre los grandes, el partido que más pierde estratégicamente es ARENA, y el que estratégicamente más gana es el FMLN. Pero los hechos, cuando se enturbian, generan desconfianzas; y el primero en expresar éstas ha sido el Presidente Funes, que, en una declaración anterior al acuerdo, expresó su inquietud por la “fragmentación de la oposición” y se pronunció, con criterio de altura, en el sentido de que “mi gobierno y la convivencia democrática en nuestro país requieren de instituciones partidarias fuertes y sobre todo cuando estos partidos son de oposición”.
Por supuesto, lo que está pasando en el seno del esquema de partidos es más profundo que un mero juego de berrinches y reacomodos resultantes de los berrinches. Hay aquí una expresión de la falta de institucionalización que es la falla principal del sistema. Y experiencias como la actual deberían servir para tomar en serio las correcciones indispensables que dicho sistema necesita.
DE LO TRANSITORIO A LO PERMANENTE
Como ocurre siempre que se dan situaciones como la comentada, hay dos enfoques posibles, que en un ejercicio de sensatez habría que desplegar al mismo tiempo: el enfoque de lo inmediato y el enfoque de lo que tiene largo alcance. En este caso, el cambio de correlación, con el desprendimiento abrupto de los 12 diputados que fueron de ARENA, hay más opciones concretas para formar mayoría simple en la Asamblea, y parece facilitarse políticamente el logro de la mayoría calificada, que se hace con la suma de votos del FMLN, el PCN y los 12 separados. Es decir, en este último escenario, ya el FMLN no tendrá que entenderse en forma directa con ARENA prácticamente para nada.
Los próximos 30 meses, de no haber otros desplazamientos de diputados, se manejarán dentro de dicho esquema. Lo inmediato sin duda es muy importante, sobre todo en las actuales circunstancias, y eso desde luego lo saben los 12, que se vuelven factor estratégico circunstancial de primer orden. El PCN, aunque ha logrado mantenerse, pierde capacidad de presión en lo referente a la mayoría simple, porque ahora el FMLN también puede hacerla con los 12; y el PDC prácticamente se desdibuja.
Pero de aquí a dos años, cuando estemos en vísperas de las próximas legislativas, a ver qué pasa. ARENA debería aprovechar los espacios de libertad que le dejan estas duras experiencias, derivadas en buena medida de sus propios errores, para recomponerse desde el fondo. Los 12 difícilmente llegarán más lejos. Hay en realidad grandes desafíos para todos.
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