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2011/01/08

Voces-Salud mental, el rostro oculto de la sociedad - VOCES Diario Digital

 08 de Enero. Tomado de Voces.

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La asistencia a la salud pública parece encaminarse por una buena vía con la nueva Política Nacional de Salud que se está implementando, y que busca garantizar que las personas tengan un mayor acceso y mejor atención. Pero en el plano de la atención a la salud más especializada, como es el caso de la salud mental, El Salvador no brinda de manera eficaz una vigilancia a este fenómeno y pasa desapercibida por las instituciones del gobierno.

Violeta Martínez/Ada Sánchez

La necesidad de un mayor esfuerzo en la salud se vislumbra en el trabajo hacia la asistencia de la salud mental, un fenómeno que en la actualidad no abarca la suficiente atención que merece. La población salvadoreña sufre diversos tipos de enfermedades como la bipolaridad, esquizofrenia, entre otros.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

Se determina entonces que la enfermedad mental es el término que se aplica a un grupo de desordenes que causan serias perturbaciones cerebrales afectando directamente la forma de pensar, sentir y relacionarse con los demás.

Este tipo de enfermedades no distingue edad, género ni situación económica. Para el 2005 el Instituto de Evaluación para Sistemas de Salud Mental de la Organización Mental de la Salud (IESM-OMS) evaluó la salud mental de El Salvador e ilustra la disgregación de la información, así como la ausencia de registros.

En este informe también se contempla que los gastos destinados a la salud mental sólo se dedican un 1%. También se reseña que sólo existen dos hospitales siquiátricos en el país con 426 camas.

La OMS considera que en la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos bajos y medios, los servicios de salud mental adolecen de una grave escasez de recursos tanto humanos como económicos.

En El Salvador hay unas 140 mil personas afectadas principalmente por dos enfermedades: la bipolaridad y la esquizofrenia. Para atender a esta población la Asociación de Capacitación e Investigación para la Salud Mental, (ACISAM) desarrolla su programa de Familia a Familia.

Ana Guadalupe Henríquez, del programa de Familia a Familia, considera que del total de pacientes son muy pocas las personas que reciben atención. Esa atención se centra en áreas urbanas, mientras que la rural está abandonada.

Las causas de las enfermedades mentales

Las enfermedades que atacan directamente al cerebro no son bien comprendidas. Son muchos los factores que pueden contribuir a la perturbación de este funcionamiento, entre estos encontramos los accidentes, los hereditarios y los originados por otras enfermedades.

La tensión de la vida cotidiana (stress) puede contribuir a que se precipite la enfermedad mental en una persona vulnerable. La situación social, económica y las drogas pueden contribuir al desarrollo de este tipo de enfermedades.

Precario acceso a medicamentos

Una enfermedad mental representa un alto costo en medicamentos. La mayoría de la población no tiene los recursos para abastecerse. Manuel Henríquez, miembro del Programa de Familia a Familia, considera que debido a los precios elevados, las instituciones no prestan la debida atención a estas enfermedades.

“Hay mucha gente en el interior del país que no tiene acceso a la salud, además hay pocos siquiatras”, afirmó Henríquez.

Manuel Henríquez padece una discapacidad mental y debe consumir tres tipos de medicamentos, que supondría un gasto mínimo mensual de 500 a 800 dólares. En su caso, recibe el beneficio de Base Magisterial gracias a que su esposa es profesora; de lo contrario –explicó- le resultaría imposible seguir con el tratamiento de su enfermedad.

Según Henríquez, una de las luchas claras que tiene el Programa Familia a Familia es la búsqueda de la calidad de los medicamentos para mejorar los niveles de vida. En ese sentido, resulta urgente la aprobación de la Ley de Medicamentos, actualmente estancada en la Asamblea Legislativa, y con ese reclamo este sábado 18 se realizará una marcha desde el parque Cuscatlán hacia El Salvador del Mundo.

“Hay que hacer presencia para que se apruebe la Ley, porque hay toda una política de medicamentos que es un negocio en este país y son los más caros del mundo. Hay familias que tienen a más de una persona con discapacidad mental” afirmó Ana Guadalupe de Henríquez.

Además, subrayó que la base y el secreto es “estar medicado” y el acceso a estos es un derecho constitucional, que ha sido negado por muchos años a toda la población en general.

Sobreviviendo en un mundo irreal
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Manuel de Jesús Henríquez

Manuel de Jesús Henríquez es un hombre que aparenta toda la energía necesaria para continuar formando parte de la población económica activa de la sociedad salvadoreña, sin embargo, en el año 1985 sufrió un accidente de tránsito que dañó parte de su sistema cerebral.

A partir de ese accidente su vida ya no fue “normal”, pues impulsos de violencia comenzaron a dañarlo a él y a su familia. El diagnóstico médico fue “discapacidad mental”, debido a que su cerebro no produce suficiente Serotonina (Sustancia que el cerebro produce para hacer equilibrio en los estados de ánimo, la inhibición de la agresión, la temperatura corporal, el humor, el sueño, el vómito, la sexualidad, etc).

A raíz de la falta de Serotonina, Jesús ha sufrido mucha discriminación y estigmatización, ya que medicamente es un “enfermo mental”, debido que si no se toma las tres clases de medicamentos le es difícil controlar su nivel de agresión.

Debido a su diagnóstico hace cuatro años fue despedido de su trabajo. No puede trabajar durante mucho tiempo frente a una computadora porque le produce ansiedad y su memoria es de corto plazo. Una de las características de la falta de Serotonina es la imposibilidad del paciente para recordar cosas por un largo tiempo.

Jesús trabajaba en un área de carga pero, cuando comenzaron a utilizarse aparatos electrónicos, los superiores de la entidad gubernamental en la que trabajó durante toda su vida, decidieron despedirlo sin mayor reparo.

Jesús comenta que sufrió mucha discriminación “me decían el Loco, y me criticaban, pues el desconocimiento de las enfermedades mentales es tanto que nadie repara en el daño psicológico que provocan las palabras ofensivas y la estigmatización”.

“El desconocimiento es el que provoca más daño en las personas, debido a que seguimos siendo personas. Hay que recordar que las enfermedades mentales pueden aparecer en cualquier momento, pues no discrimina ni edad, condición social, género y menos cargos públicos”, aseguró Manuel de Jesús Henríquez.

La familia, piedra angular para enfermos mentales

Para las personas que padecen alguna enfermedad mental, el apoyo familiar se vuelve vital, debido que son quienes los cuidan y dan todo su sacrificio para ofrecer una calidad de vida.

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Ana Guadalupe de Henríquez, de Familia a Familia

Ana Guadalupe de Henríquez, esposa de Manuel de Jesús Henríquez, es una mujer que ha cuidado durante 25 años a su esposo, esforzándose cada día para entender a las enfermedades mentales y para atender y apoyar a su esposo, quien padece una enfermedad que le hace vivir en un espacio irreal.

Guadalupe explicó que sola no hubiera podido. Sin embargo ha logrado ayudar no sólo a su esposo, si no a miles de personas que sufren alguna enfermedad mental a través del programa de Familia a Familia de ACISAM.

De Familia a Familia nació hace 10 años con el fin de luchar contra el desconocimiento y maltrato que existe hacia las personas que padecen una enfermedad mental, pues muchas son personas invisibles que no tienen oportunidad de empleo, debido a que nadie comprende su situación mental. Y para orientar a los cuidadores (familiares que cuidan a un enfermo mental).

En El Salvador existen unas 140 mil personas afectadas; esto implica que , por cada paciente se requiere de cinco cuidadores, lo que asciende a 700,000 mil familiares afectados y que están implicadas en tareas de cuido, y en su mayoría no saben qué hacer, ni a dónde buscar ayuda, según ACISAM.

Entre las estrategias que desarrolla ACISAM a través de Familia a Familia es la capacitación a los cuidadores, que se encargan de las personas que sufren enfermedades mentales, brindando capacitación legal acerca de los derechos que les amparan, y sistemas de producción en diferentes áreas.

Según Guadalupe de Henríquez, el mayor problema de la sociedad salvadoreña ante las enfermedades mentales es el desconocimiento, pues a raíz de esto muchas veces los familiares tienden a ocultar a las personas enfermas, y la sociedad a discriminarlos.

De este modo, tanto las personas con enfermedades mentales como sus familiares son estigmatizados, lo que provoca más depresión y aislamiento debido al miedo de ser rechazados/as, explicó Guadalupe de Henríquez.

El estigma, un error

Estigmatizar a las personas que sufren enfermedades mentales aumenta aún más el sufrimiento, debido a que son señalados como “locos” y que no pueden hacer nada.

Pero, ¿qué es el estigma que daña tanto a las personas?, esto significa “una marca invisible de vergüenza y deshonra de parte de las personas que padecen las enfermedades mentales, desterrar y culpar a las personas por su estado”.

También implica la asociación de actitudes y comportamientos negativos; esto conlleva a la discriminación social no sólo para quienes tienen la enfermedad, sino también para sus familiares, amigos/as, así como profesionales y agrupaciones que les ayudan y comprenden su situación.

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Todo afecta las oportunidades de educación, de inserción laboral y de empleo, interfiere con los esfuerzos de rehabilitación, perturba la vida al interior de la familia, afecta el proceso de búsqueda terapéutica y psiquiátrica, interfiere con el acceso al tratamiento, aumenta el sufrimiento individual, familiar y colectivo, afecta la evolución y pronóstico de la enfermedad, interfiere en la calidad de vida, explicó Guadalupe de Henríquez.

Por lo que recomienda no quedarse callado ante cualquier forma de discriminación, debido a que hay muchas maneras de ayudar. Algunas sugerencias: ayude a combatir el estigma, opóngase a los estereotipos sobre los enfermos mentales y corrija, con conocimientos claros, los malentendidos sobre las enfermedades mentales entre sus amigos o sus familiares.

También si conoce alguna familia que tiene un pariente afectado, puede acercarse a al programa de Familia a Familia ACISAM llamando al teléfono 2221 4333 begin_of_the_skype_highlighting   2221 4333 end_of_the_skype_highlighting.

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