04 de Enero. Tomado de Raices.
Después de las fiestas de Navidad y Fin de Año, volvemos a bregar en busca del sustento. Los análisis, las campañas propagandísticas, las declaraciones de buenas intenciones, entre otras manifestaciones mediáticas, no faltaron en el último mes de 2010, la oposición política critica que las cosas no le salieron bien al “gobierno del cambio” y éste nos señaló lo contrario.
Para nadie es secreto que la situación económica internacional y los desajustes sociales también nos llevaron de encuentro en el último año. La crisis económica golpea duro, somos el país centroamericano que registró la cifra de crecimiento más raquítica, mientras el accionar de la delincuencia y el enquistamiento del crimen organizado en instancias públicas y privadas es un hecho.
La matanza, en especial de jóvenes pandilleros, empleados del transporte, etc., en fin de casi 4 mil salvadoreños en 2010 con una pequeñísima diferencia con respecto al período anterior, nos dice mucho del problema de la seguridad pública, claro que no se pueden hacer milagros de la noche a la mañana. Tenemos un huevo de tres yemas en el país.
Desde los tiempos de la guerra civil, los compatriotas no encuentran otra vía de escape que irse a Estados Unidos sin documentos con lo grave del caso por la presencia de los cárteles de la droga en México que ahora han encontrado en el secuestro y el asesinato la forma de cobrar facturas. Tenemos fresco todavía el episodio de Tamaulipas donde perecieron varios centroamericanos.
En suma, los problemas que tenemos en las diversas órdenes de la sociedad son difíciles y complejos. Amerita, de una vez por todas, que la sociedad salvadoreña encuentre un objetivo común, porque de lo contrario seguiremos a la zaga y, es más, con el peligro de que nos deterioremos como está sucediendo en países hermanos en garras de la narcopolítica y el crimen organizado.
El gobierno del presidente Mauricio Funes tiene que ponerse las pilas, los partidos deberían apostarle también al encuentro del objetivo común, donde la sociedad civil debería estar presente a fin de sentar las bases de un modelo más humano para El Salvador. Esperemos, pues, que en el 2011 todos pongamos nuestros esfuerzos, ojala que veamos luz en el camino.
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