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2011/01/16

EDH-Educación superior con pobre abanico de ofertas

Las carreras que los centros de enseñanza superior promueven no ha variado mucho. Algunas abrieron carreras nuevas en los últimos años, pero otras buscan dar continuidad a las tradicionales.Aunque la universidad de El Salvador (UES) tiene cada año una sobredemanda de ingreso, son muy pocos los alumnos que se inclinan por estudiar carreras vinculados con la Ciencia y la Tecnología.

Susana Joma.16 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.

 

El país no ha logrado romper el círculo vicioso en el tema de formación de profesionales. Las licenciatura en Ciencias Jurídicas, Administración de Empresas y Contaduría continúan como las carreras de grado con mayor demanda dentro de las universidades.

La situación se repite en los estudios de posgrado (maestrías, doctorados) y contrasta con las carreras vinculadas a las ciencias como Matemática, Física, Biología y Química, que tienen la menor población de estudiantes.

Más de un analista educativo advierte que, en general, ni las universidades ni los estudiantes toman valor para explorar otros campos de estudio que puedan contribuir a mediano plazo al desarrollo económico y social.

Según el documento Resultados de la Información Estadística de Instituciones de Educación Superior 2008, que el Ministerio de Educación (Mined) publicó en 2010, para el periodo en que se llevó a cabo se registró una población de 138,615 estudiantes en nivel superior, lo cual representó un 4.82% de aumento respecto a 2007.

Cuando el Mined ubicó a los estudiantes por área de formación, resultó que en lo económico, administrativo y comercial hay 24% de estudiantes de la población total. El área de tecnología se llevó el 22.59% y el de Salud, el 16.59%.

Es una dura realidad que los graduados de varias de estas carreras no logran encontrar un empleo, porque son muchos y hay poco espacio para trabajar. De igual forma, muchos de los estudiantes de excelente rendimiento académico que logran completar carreras innovadoras en el exterior, gracias a becas, regresan y no logran ubicarse de forma digna porque el mercado laboral no está preparado.

Según el experto Oscar Picardo, quien por muchos años fue parte del equipo de pares evaluadores que ayudan al Mined a calificar a las universidades para ver sus avances, expresó que la mayoría de instituciones tienen el reto de invertir más fondos en abrir carreras innovadoras.

De las 37 instituciones de enseñanza superior que hay - 24 universidades, seis institutos especializados y siete tecnológicos- son contados los que durante los últimos años han incursionado en nuevos campos de estudio, e incorporado novedosas modalidades de enseñanza.

Como ejemplo de ese esfuerzo se pueden citar la Universidad Don Bosco, el ITCA/Fepade y los centros estatales conocidos como Megatec, bajo administración privada.

El costo de acomodarse

"Las universidades se han acomodado y no se han arriesgado a ofrecer carreras como Oceanografía (considerando que el país cuenta con un recurso costero extenso) y otras que demandan gran inversión, pero que son estratégicas y con potencial en el mercado", aseguró Picardo, en referencia a los que amplían su servicio con carreras de grado y posgrado grado que ya ofertan en otros.

De esta forma no se complican, no tienen que invertir mucho en infraestructura, aseguran más ingresos, pero no dejan un beneficio real a los usuarios, ni al país.

El experto enfatiza la responsabilidad que tiene el gobierno, los mismos centros de formación superior, los empresarios y el resto de actores sociales en cuanto a ponerse de acuerdo para trazar una línea o agenda de nación, en torno a la cual enfocar sus acciones y lograr que las condiciones mejoren.

"Las empresas siguen comprando soluciones en el extranjero y las universidades formando profesionales para darles un cartón, profesionales que no son críticos", insistió Oscar Picardo. Mientras tanto, en los países del Cono Sur están apuntando a carreras como Diseño Industrial, Innovación y Software. En otros casos, a la producción de programas y plataformas virtuales.

Un aspecto que se debe considerar en medio de esta problemática es que la oferta educativa superior, que Picardo califica de "estática", también se ha vuelto una salida fácil para aquellos alumnos con bajas calificaciones, que buscan carreras donde consideran que no tendrán que enfrentar mucha carga de matemática. Un ejemplo lo constituyen algunas modalidades de profesorado, y Ciencias de la Comunicación.

Si se abriese el abanico de oportunidades de estudio, esto también retaría a los jóvenes para que pongan mayor esfuerzo en su educación.

Por otra parte, vale preguntarse si el Ministerio de Educación tiene actualizados los parámetros que utiliza para autorizar nuevas carreras que los centros de enseñanza superior presentan para validación; algo que Picardo, dada su experiencia y conocimiento, pone en duda.

Carlos Canjura, el director del Programa de Talento Matemático de la Universidad de El Salvador (UES), coincide con Picardo en la necesidad de que los principales actores del país definan una ruta a seguir para que los jóvenes tengan claridad en las opciones que se les presenten.

Canjura, quien es matemático y ha ejercido la docencia durante muchos años, reafirma que la formación de profesionales en las áreas de ciencia y tecnología es deficitaria, por la misma oferta que se hace en el país.

De hecho quienes tienen afición por el conocimiento de las ciencias sólo tienen la UES como oportunidad en el país, independientemente del nivel económico. Lo mismo pasa en el tema vulcanología y meteorología.

"Si nosotros (como sociedad) seguimos viendo sin importancia el área de la ciencia y la tecnología, vamos a terminar sin producir absolutamente nada, como ha venido pasando. Hoy somos menos productivos que hace 30 ó 40 años y compramos prácticamente todo", advierte el matemático.

Su contacto con los alumnos que llegan a las aulas de la UES y la experiencia con los niños del Programa Talentos Matemáticos le permiten a Canjura hablar con autoridad sobre el hecho de que el sistema educativo tiene que esforzarse para que los infantes y adolescentes tengan el gusto por hacer ciencia y tecnología.

Según Canjura, la afición por los números debe promoverse desde edades tempranas, porque una vez que los jóvenes alcanzaron los dieciocho años es muy difícil modificar las preferencias sobre sus aficiones.

No obstante, lograr que los niños no teman a la matemática y estén motivados para hacer investigación tiene que ver con la línea de enseñanza que traza el gobierno y la formación de los docentes que laboran en la educación inicial y básica.

Al respecto, Canjura también hace notar que la sociedad debe prepararse para recibir a profesionales que se forman en esas áreas; de lo contrario, esos jóvenes pasarán a formar parte de los recursos científicos de otros países que no los vieron nacer.

"La cantidad de jóvenes que sueña con dejar el país es enorme. Si uno hace cuentas sobre cuántos pretenden emigrar por día se queda helado, porque no van a estar aquí sus mejores esfuerzos, no van a estar destinados a la construcción de la nación que necesitamos", insistió.

elsalvador.com, Educación superior con pobre abanico de ofertas

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