Pueblo no es vulgaridad ni turba, sino el conjunto de gente que vive en paz y armonía consigo misma, con sus familias y formando parte de sus comunidades
13 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
La voz del pueblo es la voz de Dios según un dicho que llega desde los romanos (Vox populi vox Dei), aunque siempre queda el problema de averiguar cómo se las arregla Dios para designar a sus voceros, o cómo saber si los que dicen representar al pueblo y por tanto a Dios, realmente lo representan o están representándose a sí mismos.
¿Es que Marx, Fidel y Hugo Chávez tienen línea directa con la Divinidad vía "el pueblo", como la tiene Ortega en Nicaragua y su FSLN, y, según lo dice el que vende espacios en las aceras que sabe que eso es ilegal pero que se lo manda "el pueblo"? Evo se adornó de plumas y escaló los Andes para comunicarse directamente con los dioses, aunque hasta el momento no da muestra de que algo de las deidades se le haya pegado.
Para impedir la recuperación de aceras y calles que desde hace meses lleva a cabo la municipalidad, espacios públicos y, por consiguiente de todos, no de los usurpadores, se enarbolan varios argumentos, uno de los cuales es un supuesto derecho a ganarse la vida apropiándose espacios públicos (un derecho que permitiría invadir parques y áreas verdes) y ahora los mandatos de "el pueblo".
¿Quién, en todo caso, es "el pueblo"? Por un lado están los que venden y compran aceras, por el otro todos los peatones, conductores, transportistas y dueños de propiedades y negocios cuyas vías, aceras y áreas peatonales son emporcadas y bloqueadas afectándolos en lo que hacen, retardando los traslados en las ciudades, obligándolos a perder tiempo, gastar más combustible y deteriorar sus motores y carrocerías al verse forzados a tomar rutas alternas o más lentas.
A estos males se suman otros, entre ellos la venta de artículos pirateados y prohibidos como vídeos (que mostraron las autoridades municipales después de desalojar la Calle Arce), la venta de objetos robados, los asaltos que se preparan en esas aglomeraciones que propician, además, refugio a los asaltantes.
Si oyen voces desde lo alto, vayan al médico
El desorden de las aceras puede servir para encubrir la venta de droga y prostitución, lo que afecta mucho el futuro de los hijos de los pequeños comerciantes que, con frecuencia, se quedan sin escuela aprendiendo a vivir con lo que ven en la calle.
Ningún pueblo está de acuerdo con la inmundicia, con lo que viola la ley y lo delincuencial, pues las víctimas son precisamente miembros del pueblo en su amplio y verdadero sentido de la palabra. Pueblo no es vulgaridad ni turba, sino el conjunto de gente que vive en paz y armonía consigo misma, con sus familias y formando parte de sus comunidades.
Una norma esencial de toda sociedad organizada es que las leyes se obedecen y se obedece, encima de la ley, lo que es válido moralmente, la Ley de Dios, lo que antecede a la ley escrita.
Nadie toma la ley es su manos ni puede fingir ignorancia de la ley, lo que, por cierto, no es válido de la legislación, considerando la inagotable capacidad de ocurrencias que muchos legisladores exhiben a diario desde sus curules.
Cuando individuos y grupos pretenden estar por encima de las leyes por oír voces desde lo alto, una sociedad se expone a desintegrarse, a desaparecer.
elsalvador.com, ¿Cómo se logra determinar quién representa al pueblo?
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