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2011/01/23

Contra Punto-Reflexión Pastoral en ocasión del 19º Aniversario de Los Acuerdos de Paz - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 22 de Enero. Tomado de Contrapunto.

1)En ocasión del 19º Aniversario de Los Acuerdos de Paz, que pusieron fin al conflicto armado en el país, tres han sido las expresiones más públicas reproducidas por el Diario Co-Latino del 15 de enero.
         1. “Estamos avanzando, cumpliendo lo que soñaran miles y miles  de compañeros caídos en la lucha” ha dicho el Diputado Damian Alegría del FMLN.
      Cierto que hay algunos avances, pero los avances esperados, en la perspectiva real por la Paz, van más allá de esto que tenemos; todavía más, el pueblo no siente que hemos avanzado, y siente cada vez más difícil la vida, el alto  costo de la vida.- Entonces hay que preguntarse si ciertamente vamos avanzando. 
         2. Otra expresión: “No hay nada que celebrar” ha dicho uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz, Roberto Cañas; una expresión demasiado pesimista, creemos que hay que celebrar aquel momento, donde hubo una voluntad de poner fin al conflicto armado y aperturar un nuevo  momento para la reconstrucción del país, entendida esta, como la oportunidad de repensar El Salvador; en este último orden, no hemos avanzado, pero si no  celebramos ,por lo memos reclamemos.
         3. La otra expresión  del Editorial del Co-latino es: “Acuerdos de Paz, unos celebran lo cumplido y otros reclaman las deudas pendientes”. Esto se apega más a la realidad; la verdad es que algunos están totalmente satisfechos con lo poco cumplido, y aun más, creen que han dado demasiado con lo cumplido; mientras la gran mayoría piensa que los Acuerdos de Paz, son una deuda grande con el pueblo.
2)Desde una perspectiva cristiana queremos aportar nuestro sentir y pensar, teniendo a Jesús como Señor y paradigma de la Paz.
         1. Ya lo hemos dicho, EL Salvador es un país cuya sociedad se aleja cada vez más de la Paz. Vivimos como nunca una crísis social que pone en zozobra la vida, por eso creemos importante y una responsabilidad, decir una palabra pastoral, eclesial y teológica sobre la dimensión histórica de los Acuerdos de Paz, que no puede obviarse.
         2. El Evangelio de San Juan cap. 20, nos presenta a Jesús Resucitado, después de la experiencia terrible, amarga y sangrienta de la muerte.
    * El Resucitado que se aparece en la comunidad de discípulos y discípulas, con un mensaje: “La Paz sea con ustedes”. Mensaje reiterado en dos ocasiones más y esto por supuesto tiene un propósito, Jesús como Señor y Redentor, quiere enfatizar que su vida, su muerte y resurrección están en función de la Paz, la Paz entendida como  La Paz de la vida plena, de la vida abundante, de la vida donde el valor y la dignidad de hombres y mujeres como hijos de Dios cuenta demasiado. De manera que por eso es enfático Jesús, al declarar en tres ocasiones: “La Paz sea con ustedes!”
         3. Cuando decimos que Jesús es Señor de la Paz, es porque La Paz en su más completa compresión, y en la plenitud del concepto, solo viene de Dios en Jesucristo Señor. Jesús en su condición de Señor, declara la Paz y ofrece la Paz; las dudas, los temores, los miedos, los deseos de revancha, las ambiciones, las expectativas han sido conmovidas y superadas por esta expresión contundente de Jesús: “La Paz sea con ustedes!”
         4. La Paz que Jesús nos ofrece es: La Paz como camino, la Paz como forma de vida, la Paz como expresión ética, la Paz como principio y valor fundamental para la convivencia entre los seres humanos.
    * Jesús Señor y Redentor, al declararnos la Paz, muestra sus manos y su costado para decir no solo tengo autoridad como Señor, sino también he pagado un precio carísimo, he puesto mi vida, mi sangre por esa Paz y en razón de este precio, de este costo pagado, declaro La Paz(!).
         5. Esto nos sitúa en una oportunidad histórica y teológica, (el tiempo de los hombres y el tiempo de los propósitos de Dios que se juntan en esta expresión  de Jesús). También este país se merece la Paz,  hemos pagado un  costo altísimo por merecerla: 75 mil vidas asesinadas, 8 mil vidas desaparecidas. No perdimos tantas vidas -lo más noble y generoso de esta sociedad-, para tan poco: las vidas sacrificadas, no pueden  quedar en vano, no se puede (!); precisamente por que este país, este pueblo ha pagado un  costo altísimo en vidas, en sangre, en dolor, en tortura, en martirio, en exilio, es que creemos que nos asiste el derecho de pedir La Paz y solo pedimos eso, La Paz, no pedimos más. Queremos Paz para una vida plena, Paz con justicia, Paz con vida digna y no esta Paz tan barata, y no esta paz que ha sido vaciada por la mezquindad, por la ambición y la codicia de poderosos y políticos
         6. Cuando llegamos al 16 de enero de 1992, esto fue posible por el sacrificio de hermanas y hermanos compatriotas, cuyas vidas generosamente ofrendadas, impusieron la necesidad de Los Acuerdo de Paz, como un hecho que debía marcar la historia de este país, y cuanto anhelábamos que los Acuerdos fueran referencia de una nueva historia, un antes y un después en El Salvador.
    * Desde la perspectiva cristiana y pastoral, eso no ha ocurrido, reconocemos como iglesia y como pastores nuestra deuda, porque no se puede faltar a los que lo dieron todo. No podemos defraudar a los que dieron sus vida, no se puede(!). Nos es impuesto,   por un sentido ético, el compromiso de reivindicar el sueño de los mártires, de todas ellas y ellos y del gran santo de El Salvador y de América, Mons. Oscar Arnulfo Romero.
         7. Si hay que celebrar, hay que celebrar la entrega, la sangre derramada, obviamente que no podemos celebrar lo que no hemos cumplido, pero eso nos toca a los sobrevivientes y es compromiso y una deuda, de todas y todos: reemprender el camino de La Paz y la reconciliación.
    * Reconciliación  como un elemento inherente a la Paz, en esta sociedad dividida y confrontada. Dividida en todos los órdenes de la vida nacional  y confrontada desde las viejas e históricas confrontaciones, hasta otras nuevas que ponen justo en el filo del precipicio el futuro en este país.
         8. Con Jesús decimos, los salvadoreños, las salvadoreñas tenemos derecho a vivir en Paz. Con Jesús decimos, nadie puede impedir que se cumpla el propósito de Dios para El Salvador, vivir en Paz y en Justicia.
    * La perspectiva de la gestión pública, del nuevo gobierno y del partido que lidero la elección del actual presidente, diputados y alcaldes el FMLN, deben tener este rumbo, La Paz con Justicia, la cual no puede quedar atada a la silla que ahora ocupan los funcionarios en el gobierno central, los diputados, los alcaldes, porque no es la Paz, del cambio de gobierno; sino la Paz con Justicia,  con vida digna para todas y todas las hijas e hijos de Dios en El Salvador. Ese es nuestro sueño, esa es nuestra esperanza, esa es la fe que tenemos en Cristo Jesús, Señor y paradigma de la Paz. Amén.

Rev . Miguel Tomás Castro

Pastor General

Iglesia Bautista Emmanuel

Miembro del Concejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI)

(San Salvador, El Salvador 15, 16 de enero, 2011, año del 19º Aniversario de Los Acuerdos de Paz)

Reflexión Pastoral en ocasión del 19º Aniversario de Los Acuerdos de Paz - Noticias de El Salvador - ContraPunto

2 comentarios:

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