En pleno siglo XXI existe, sobrevive, una implacable tiranía que los sufridos usuarios
vienen padeciendo desde hace muchos años: «la política» aplicada por las compañías anónimas que ejercen el control y usufructúan el negocio del transporte aéreo internacional.
Los sufridos e indefensos pasajeros tienen que resignarse estoicamente a aceptar con su silencio, hasta cierto punto cómplice, las imposiciones de las aerolíneas; que los usuarios tienen que resignarse a admitir, debido a la urgencia, a la necesidad de movilizarse de una parte a otra. Ellas fijan sus itinerarios, señalan sus tarifas, imponen reglas y condiciones de manera unilateral que el indefenso pasajero tiene que aceptar irremediablemente.
Es la política de «lo toma o lo deja», es decir: “pagas lo que yo impongo, o no viajas”. Para ellas no existe LA LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR, mucho menos un sentimiento de solidaridad humana.
Cuando más se necesita viajar por ejemplo en tiempos de navidad o año nuevo, en días de difuntos, en el Día de Acción de Gracias en que la familia dispersa desea reunirse para compartir la cena aunque sea una sola vez al año; en casos de calamidad doméstica, muertes, etc. las aerolíneas internacionales -todas- suben desmedidamente el costo de los pasajes, al doble y a veces el triple de lo normal, sin que nadie lo autorice, sin consultar a nadie. Son autónomos, autárquicos, implacables!!.
Aunque parezca inverosímil, en vuelos de apenas dos o tres horas de duración hay que pagar pasajes entre seiscientos, ochocientos o mil dólares. Si notan que usted está apurado o se le ha presentado una emergencia, el acucioso empleado le dice: «solo me queda un espacio en primera clase», que vale el doble. Que tiene que hacer el viajero, resignarse a tan horrible abuso. Si por algún motivo usted tiene que aplazar su viaje debido a situación imprevista, le aplican una penalidad que prácticamente equivale al valor inicial del pasaje.
Cada vez, reducen la cantidad de kilos o libras que el pasajero puede llevar como equipaje. Ah, pero si se ha sobrepasado un kilo, se le obliga a pagar más de cien dólares adicionales. Conocen todos los trucos. Que tiene que hacer el sufrido y angustiado pasajero, pagar, pagar.. pagar..; porque que el usuario no tiene más alternativa: pagas o te quedas en tierra..!.
Las llamadas «políticas» de las aerolíneas, sin lugar a duda, son el trasunto del más cruel, del más refinado y salvaje capitalismo, como lo expresara antes de morir el ahora Beato Juan Pablo II.
Las aerolíneas y sus dueños, tienen más poder que los gobiernos, que los organismos internacionales. Ni la ONU, ni la OTAN, ni la OIC tienen tanto poder a lo largo y ancho de nuestro enfermizo planeta.
Tampoco nadie reclama ante la engañosa publicidad que atrae a los incautos pasajeros: Hace poco, una aerolínea a través del internet ofrecía una tarifa de $229 dólares para viajar hacia países de Centro América y el Caribe. Algunos ingenuos acudieron prestos a comprar su ticket, pero cuando se presentaron a la oficina de la compañía, el empleado, con una sarcástica sonrisa le dice: qué pena, ya se acabó la promoción.
Sólo me queda un cupo en Primera Clase, es decir en clase ejecutiva que vale $900.- Cómo se puede incentivar el turismo hacia Centro y Sur América con éstas tarifas aéreas…?
Para provocar una sonrisa en mis lectores, evoquemos al chavo del ocho: ahora… quien podrá defendernos..?
Tiranía implacable | 18 de Enero de 2011 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad
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