Finalizaba el año cuando se conocieron las “facilidades” que los dos grandes partidos políticos de nuestro país, luego de sendos análisis, cálculos matemáticos y considerar las variables de tiempo y espacio, aprobaron las normas que posibilitan según ellos la participación en la próxima contienda electoral de aquellos ciudadanos o ciudadanas que sin pertenecer a partido alguno, pueden convertirse en candidatos si cumplen con los requisitos legales exigidos por los dos partidos mayoritarios en la Asamblea Legislativa, que dicho sea de paso sería incuestionable la legalidad de tales requisitos porque entre ambos suman los votos necesarios para que tengan validez.
No obstante, semejante resultado derivado de sus complicados cálculos y desvelos, queda claro que desde que se dieron los famosos fallos de la Sala de lo Constitucional, a los señores Diputados no les cayó nada en gracia que se les dispute sus diputaciones, mucho menos que se les exija mostrar su rostro o dar la cara en las papeletas, porque sus verdaderos cálculos políticos son que el electorado siga votando a ciegas, ocultándose siempre bajo la oscura sombra de sus banderas partidarias.
En este momento no se sabe si estas reformas electorales serán aprobadas o vetadas por el Presidente de la República, ojalá que fueran vetadas, al menos que sean observadas a fin de que el alcance de las reformas cumpla plenamente con la letra y espíritu de los fallos emanados por la Suprema Corte de Justicia.
Los partidarios dicen sí a todos los beneficios y facilidades que les brinda el actual sistema electoral, pero no a los no partidarios, pareciera que la democracia es mezquina y ciega cuando se trata de que otros pretendan acceder a las estructuras del poder, y se niegan enrolarse en cualquier partido político porque no comparten ideología o maneras de ser y de actuar.
Esta forma mezquina de ejercer la democracia partidaria para controlar el poder político y las riendas del Gobierno, en estos primeros días del año, habrá de enfrentar un fenómeno nuevo en nuestro país, por el hecho que ha expresado el señor Presidente de la República, que cualquier funcionario del Ejecutivo, no deberá hacer proselitismo o propaganda política a favor del partido que representa, en atención a los dispuesto en el artículo 218 de la Constitución de la República; al menos que para ello renuncie a su cargo.
Esta prohibición es correcta y merece todo el respeto y apoyo ciudadano, porque además de ser un mandato constitucional no es ético que un funcionario mezcle su función pública con sus actividades partidarias, porque es casi seguro que los fondos y bienes públicos bajo su responsabilidad se orienten a favorecer intereses partidarios para potenciar una preferencia electoral, y esto no es el fin de la gestión pública.
Estos dos aspectos que tocan lo partidario y no partidario, denota la importancia que tiene el ejercicio del poder para los partidarios, primero, porque se aferran a que sólo ellos pueden llegar a ser funcionarios, llámese diputados, alcaldes y presidente; y ya estando en el poder, también se aferran al poder y han utilizado las estructuras del Estado para hacer propaganda y proselitismo político con el único propósito de permanecer en el poder, violando preceptos constitucionales como el referido en este mismo artículo.
Por eso, si las decisiones del señor Presidente, trastocan estos intereses políticos partidarios, principalmente para aquellos que tienen una vida de usufructuarse del poder, enhorabuena, ya es tiempo que el ejercicio del poder sea mas transparente, participativo, ético y responsable.
Ahora que comienza un año que se dice preelectoral, porque también se violan las leyes que regulan estos periodos y muchos ya andan en campaña, sería bueno que si los partidarios no quieren a los no partidarios, se piense en regular la reelección indefinida de los funcionarios de elección popular, porque de esta manera se permitiría una mayor participación al interior de los mismos partidos políticos.
Porque es sano que el Presidente y Vicepresidente de la República, no se reelijan, pero así mismo, debería ser para los Diputados, Alcaldes y Funcionarios electos por la Asamblea Legislativa, aunque para los cargos que tienen periodo de tres años, se permita únicamente la reelección para un periodo adicional y nada más.
Por todas estas cosas, es que los señores Diputados dicen sí al acatamiento de los fallos, pero en realidad con la intencionalidad de las reformas dicen no a los no partidarios y a la Sala de lo Constitucional. Vigilemos el respeto al estado de derecho y denunciemos las prácticas que atentan contra la democracia que es para todos.
Sí, pero no partidarios | 12 de Enero de 2011 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad
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