:: OBSERVADOR POLÍTICO -El FMLN y el Sector Privado

 Manuel Hinds.03 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.

La asamblea general del FMLN produjo pocos cambios en términos de las personalidades que forman su jerarquía. Si algún cambio hubo, fue en la dirección de reafirmar el control que el Partido Comunista tiene sobre el FMLN.

Sin embargo, coincidentemente, el FMLN ha comenzado a mandar señales de cambios de discurso que si fueran ciertos serían realmente revolucionarios -el aparente abandono del objetivo de instalar una dictadura comunista en el país en favor de apoyar una economía basada en el mercado, acompañada de una política de generación de nuevas oportunidades para que el sector privado se diversifique y se amplíe sin destruir lo que de él existe.
Si esto fuera cierto, este cambio sería histórico. Permitiría que El Salvador creciera de una manera sostenida, sin los bajones de inversión que se han dado cada cinco años como resultado del miedo que el discurso tradicional del FMLN ha generado en los inversionistas.
Los inversionistas no tendrían miedo de hacer inversiones de largo plazo que abarcaran más de un período presidencial. El ambiente de confrontación continua que ha caracterizado al país por cincuenta años daría paso a un ambiente de armonía política que no sólo nos pondría en el sendero del desarrollo económico rápido sino también permitiría que la sociedad fuera más eficiente en la lucha contra la violencia y el crimen. Es decir, todos ganaríamos si esto fuera cierto.
Hay razones de peso para creer que el FMLN está realmente pensando en hacer un cambio de este tipo. En primer lugar, las ideas socialistas radicales están desapareciendo rápidamente en el mundo entero. El único país nominalmente comunista que ha sido exitoso en toda la historia es China, que para ser exitoso tuvo que renunciar a su esencia comunista, convirtiendo su economía al capitalismo.
Lo único que conserva del comunismo es la tiranía política por parte del grupo que controla lo que era el partido comunista. Pero, siendo que el partido comunista ya no es comunista sino capitalista, el sistema chino ya no puede llamarse comunista. Es más bien una variación del fascismo, aunque con una economía más libre que la de la Alemania Nazi o la Italia de Mussolini.
Mientras que China se ha convertido de tiranía comunista a tiranía fascista, en el otro extremo del mundo, Cuba está al borde de caer en el colapso económico, político y social en el que cayeron la Unión Soviética y los países comunistas que estaban bajo su imperio. El FMLN tiene que haberse dado cuenta ya de que Cuba va a caer catastróficamente y tiene que comenzar a desligarse de su fracaso.
Por otro lado, el Socialismo del Siglo XXI del presidente Hugo Chávez está también debilitándose muy rápidamente, tanto en Venezuela como en el resto de Latinoamérica, como resultado de dos problemas: primero, el fracaso de las políticas de Chávez en Venezuela, y, segundo, la gradual decadencia del poder que tenía Chávez para financiar partidos que lo apoyaran a través de sus empresas petroleras. Chávez todavía puede apoyar financieramente al FMLN y sus miembros a través de los subsidios que le pasa a Alba Petróleos, pero no por mucho tiempo.
Internamente, el FMLN también está sufriendo una caída muy rápida en su popularidad. No sólo es que sus promesas de gran progreso económico y social han probado ser vacías ahora que está en el gobierno.
Es que el partido se está dando cuenta de que así como en el ancho mundo, en El Salvador democrático no hay espacio para el comunismo. La gente lo rechaza. El salvadoreño quiere progreso, no lucha de clases.
Finalmente, el FMLN también está teniendo problemas muy serios por las contradicciones vívidas que existen entre sus pretendidos ideales comunistas y el estilo de vida de muchos de sus líderes, y principalmente por el manejo que ellos hacen (y el usufructo que controlan) de empresas capitalistas millonarias como Alba Petróleos.
Si los líderes del FMLN quieren expandir su poder a través de empresas como estas y de asocios público privados como los que están promoviendo recientemente, tienen que abrirles un espacio ideológico. Tienen que justificar su existencia ante sus bases.
En estas circunstancias, es factible que el FMLN esté buscando reposicionarse políticamente. Así pasó hace veinte años. La caída de la Unión Soviética y la consecuente interrupción de la ayuda a Cuba y a los partidos controlados por ésta en Latinoamérica fue probablemente la razón más importante que obligó al FMLN a buscar la paz.
Por supuesto, hay razones también para creer que lo que está diciendo el FMLN no pasa de ser una maniobra táctica para que el electorado baje sus defensas y los acepte como moderados mientras siguen siendo radicales. Esto lo han hecho muchas veces.
Para creerles, el pueblo salvadoreño requerirá que esas palabras de moderación que el FMLN está vertiendo se conviertan en hechos incontrovertibles. Es decir, el FMLN necesita dar obras, no palabras. Estando en el gobierno, tiene todas las oportunidades del mundo para hacerlo.
Es muy importante también que el FMLN comprenda que el país tampoco quiere una China -una dictadura ejercida en una economía capitalista por un grupo de personas que fueron comunistas que controlan empresas privadas o asocios público-privados.
Todas estas consideraciones no quitan lo primero: que si el FMLN está siendo sincero, puede dar un cambio histórico a la nación. Este sería el verdadero cambio.

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