La impunidad es el caldo de cultivo del crimen y de conductas que dañan a otros. La ley minoril en El Salvador ha sido el punto de partida del espantoso auge de la delincuencia en el país
01 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Juliet Breitman y Jacobo Kohn, que tenían cuatro años cuando la primera atropelló con su bicicleta a una señora mayor, provocándole la muerte, pueden ser procesados, de acuerdo con el fallo del juez de Nueva York, Paul Wooten, informa el New York Times.
La señora atropellada cayó al suelo rompiéndose la cadera a consecuencia del impacto de la bicicleta, fue operada y a las tres semanas murió.
El juez determinó que pese a la corta edad de los dos niños, éstos tenían el discernimiento suficiente para anticipar las consecuencias de un golpe a otra persona, por lo que ellos y sus padres pueden ser demandados.
Para llegar al fallo, el juez se basó en resoluciones que datan desde hace casi un siglo y que permiten culpar no sólo a menores de edad, sino a niños. Y además de culparlos, dar a conocer su identidad, como ahora.
La decisión del juez contrasta con la repugnante condena a un periódico en San Salvador, por publicar las fotos de un asesino de diecisiete años en momentos en que apuñalaba a un indefenso joven, que apenas intentó esquivar las estocadas con una mochila que portaba. El fallo de Nueva York destaca lo siguiente:
--lo primero, que no hay ninguna razón para otorgar privilegios especiales a niños o jóvenes delincuentes, que en la mayoría de casos son capaces de anticipar las graves consecuencias que pueden tener sus actos;
--lo segundo, que la impunidad es el caldo de cultivo del crimen y de conductas que dañan a otros. La ley minoril en El Salvador ha sido el punto de partida del espantoso auge de la delincuencia en el país;
--lo tercero, que si bien la jueza que impuso la multa al periódico tiene un asidero formal para su decisión, debió haber hecho un llamado público para que se cambien esas leyes "protectoras de menores" que están desquiciando al país al ser origen de la espantosa carnicería que castiga a la Nación.
Ocúpense de las víctimas, no del criminal
El extremo al que hemos llegado se ilustra con las declaraciones que otra ex jueza hizo en España, diciendo que los criminales menores de edad eran muchachos abandonados, producto de hogares con problemas, etcétera, cuando los juveniles asesinos son una minoría de la juventud del país y además los que victimizan, persiguen, matan y acosan a los jóvenes que estudian, trabajan y tienen una conducta normal.
El fallo del juez neoyorquino encaja con la política sentada por el ex alcalde Giuliani, de "cero tolerancia". Si los niños, para quienes nadie está pidiendo cárcel, no son reprendidos y no se responsabiliza a sus padres, se convierten en un mal ejemplo para otros. La única manera de sentar y fortalecer normas de conductas, es castigar aunque sea con sanciones morales, a los que llegan a causar la muerte de una persona inocente.
En el caso salvadoreño hay varios agravantes adicionales, comenzando por el hecho de que los criminales adultos utilizan a los "menores de edad" para perpetrar extorsiones, exigir "renta", amenazar, matar y sembrar el terror en comunidades enteras. Esos criminales adultos, a su vez, son parte de organizaciones regionales del crimen.
En muchos países no se le hace caso a las disposiciones que ordenan reservar las identidades de menores criminales, precisamente para no favorecer la impunidad.
elsalvador.com :.: Con cuatro años de edad los están demandando
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