12 de Noviembre. Tomado de Diario Co Latino.
La muerte por asfixia de 16 internos, y las lesiones en 22 más, el pasado miércoles, al incendiarse el pabellón uno del Centro Intermedio de Ilobasco, además de ser lamentable -independientemente de los crímenes o delitos en los que hayan participado los afectados- debe llevar a esta sociedad a darle un mirada seria y sin sesgos, al problema del sistema penitenciario salvadoreño.
Hasta hoy, la principal hipótesis del incendio es que ocurrió un corto circuito, así lo dijeron, incluso, algunos de los sobrevivientes. Obviamente, las investigaciones ordenadas por las autoridades determinarán, al final, cual fue la causa, bien para tomar las medidas que a futuro eviten estos hechos, bien para deducir responsabilidades si es que las hubiere.
Lo que si está claro es que ese centro nunca debió ser un centro de reclusión, por las condiciones adversas, tal como ocurre en el resto de centros penales. En el caso del de Ilobasco, desde el periodo de Francisco Flores, el tercer gobierno de ARENA, se habían denunciado las condiciones inadecuadas como el centro de internamiento, sin embargo, esas voces no se escucharon.
Y así como Ilobasco presenta dificultades, otros centros penales también la sufren, no solo porque fueron mal construidas, sino, porque, por el tiempo de la edificación, sistemas como el eléctrico ya ha caducado.
A lo anterior hay que agregar otros factores más como el hacinamiento y la falta de inversión para mejorarlas o reformar los actuales centros penales.
El de Santa Ana, por ejemplo, fue construido hace cien años; el de gotera hace 80 años; Sonsonate, entre 60 ó 70 años. Es decir, sus sistemas eléctricos, y otras partes de la estructura, por ejemplo, podrían estar colapsadas o por colapsar.
Este gobierno ha heredado ese grave problema, con el agravante que ha recibido a un país en crisis generalizada, sobre todo en lo económico, por lo que el erario público es deficitario, y se ha visto obligado a definir prioridades para las inversiones gubernamentales.
No obstante, el tema de las cárceles es una realidad, que debe afrontar, pero no debe hacerlo solo, otros tienen que participar. Las actuales autoridades de Centros Penales, por un lado, y del
Ministerio de Justicia y Seguridad, por el otro, ya tienen planes para realizar mejoras o modificar algunos pabellones de algunos centros penales, pero hacen falta más fondos, por las prioridades y realidades económicas y financieras del país.
Es necesario tener claro, que si bien el privado de libertad pierde muchos derechos como ciudadano, no es cierto que pierde el de tener una buena salud, integridad física, medio ambiente sano, entre otros. Darle esto, es importante, pero, volvemos a caer en el problema estructural: la falta de recursos, entonces, de ahí que se le debe pedir al gobierno actual, pero no responsabilizarlos de los resultados de esas crisis.
No dudamos que este gobierno realizará las pesquisas necesarias para determinar qué pasó en Ilobasco, pues, por hoy, todas son hipótesis, no obstante, es necesario que se tomen medidas urgentes, para evitar que esto se repita, en otro centro de internamiento.
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