EDH-Se retrocede al Siglo XIX con el socialismo del XXI

Las naciones socialistas no tienen libertad, no tienen democracia y para remate tampoco tienen bienes de consumo, por lo que se limitan a sobrevivir.

Editorial.16 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Bienvenidos los salvadoreños al Siglo XIX con el socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez. Los comunistas que como tales sobrevivieron el desplome de la Unión Soviética y del bloque socialista de naciones deben lamentarse por no haber contado, en su momento, con un líder visionario y petrodolarizado como Chávez, para haber hecho de aquel yermo un vergel.
Es posible, lo aseguran los convencionistas del FMLN, desenterrar lo que se derrumbó con el Muro de Berlín, como lo demuestra el milagro de Lázaro. O si no lo resucitan al menos sentarlo en una silla para que siga reinando; el Cid Campeador ganó una batalla muerto sobre su corcel.

La prudencia es una virtud de la que hicieron gala los congregados el domingo. No nos dicen cuál de las variantes del socialismo es la que van a recetarnos, pues "cada pueblo debe escoger la suya propia". No será el modelo estalinista ni el de Pol Pot ni el de Sendero Luminoso ni el de Kim Jong Il de Corea del Norte ni el de Mao. Tampoco el de Daniel Ortega ni el de Tirofijo. Serán los cabecillas locales del partido quienes van a materializar sus particulares visiones; se creen capaces de reinventar el socialismo.

La interrogante es qué se va a conservar de la doctrina como la expuso Marx, qué se va a descartar y lo que será modificado y transformado. La peor señal es, sin duda, su adhesión al chavismo y su continuada alianza con el castrismo, regímenes que han suprimido derechos y libertades fundamentales, que se mantienen en el poder por la fuerza, que persiguen o suprimen toda oposición y que han impuesto una mordaza total en el caso cubano y crecientemente opresiva en el venezolano.

Hay más. Como le habría dicho el asesor político de Clinton, James Carville, a Karl Marx: lo medular del problema "es la economía estúpido", lo cual fue el mensaje enviado al primero de los Bush. Desde que Marx le dio forma al socialismo este sistema no ha podido, en sus más de 160 años, conseguir que la economía funcione, abunden los bienes y se progrese. El desastre en lo económico, desastre que se exhibe al desnudo en La Habana como se exhibió en los países del Este europeo al caer el Muro, lo pagan los pueblos, a quienes se raciona y se les priva de lo que en Occidente es normal.

No persigan al que produce la comida

Las naciones socialistas no tienen libertad, no tienen democracia y para remate tampoco tienen bienes de consumo, por lo que se limitan a sobrevivir. La diferencia entre Berlín Occidental y Berlín comunista era tan aplastante, como la que hay entre El Salvador y Nicaragua o Cuba.

El sueño socialista, por lo demás, choca con una tremenda realidad: El Salvador no tiene petróleo, no atrae gran turismo y además su agricultura fue devastada con las reformas de los Ochenta. Lo que lo sostiene en pie son sus emprendedores de todo nivel, la gente que produce, comercia y lucha para salir adelante. Ellos, por desgracia, son también blanco de los ataques, la desinformación y la virulencia de la izquierda. Son los que dan empleo, los que exportan, los innovadores y, además, los que abastecen los mercados de alimentos y artículos de consumo.

Esos emprendedores, los que jalan el carro, ven con profunda desconfianza la relación con las dictaduras y están poniendo sus barbas en remojo.

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