Tony Saca es culpable de volver a ARENA un partido corporativista. Compró voluntades de diversas formas. De las necesarias. De las que afectan sentimientos tan vitales como la familia, la buena vida, salud, trabajo. Hasta los más primitivos: ego, placer, poder, consentimiento.
Escrito por Marvin Aguilar. 15 de Diciembre. Tomado de La Pagina.
Todo tiene un límite. De forma intensa y rápida tenemos que vivir un proceso que deje atrás la forma interna de gobernar de ARENA heredada desde la fundación de la misma, esta que está sustentada en el autoritarismo inspirado en la intuición del líder. Hay que alfabetizar a la militancia para comprender y construir las alianzas internas entre sectores que posibiliten la conformación de dirigencias departamentales y municipales integradas, democráticas y participativas.
Esta nueva dinámica política deberá utilizarse para elegir las candidaturas que se ofertarán al electorado salvadoreño. La inseguridad como rasgo distintivo de las dirigencias locales debe terminar de una vez para siempre. La legítima aspiración debe imponerse como norma frente a lo hecho hasta hoy: disimulación, componenda e imposición.
De lo contrario, que nadie después se rasgue las vestiduras cuando el discursito contra el imperio y los ricos sea tan popular como el perreo y nos llamen a la oposición, disidentes, y comencemos a recibir la calidad de contrarrevolucionarios por el prosaico hecho de pensar distinto, incluso distinto a como podría pensar la mayoría. La intolerancia de la derecha es culpa de la incapacidad política de la izquierda. A contrario sensu: la intolerancia que desatará la izquierda será culpa de la incapacidad política de la derecha.
Debe existir un impulso ético. No se podrá estar en ARENA si no se cree en ARENA, y esto pasa por dejar de seguir los liderazgos personales que poseen el poder de comprar voluntades a cambio de prestigio, poder, puestos y dignidades que a largo plazo terminan estando –como GANA- muertas.
Es un fanatismo esa idea: que se jodan. Si tenemos en cuenta que después de eso no podrá haber negociación alguna. La egocracia construida en los últimos cinco años desde muchos funcionarios que emulaban al presidente colmó la paciencia de los salvadoreños y llevó a que -la juventud- venciera al miedo y votara por Mauricio Funes. Eso fue fallarle al pueblo que lo eligió. Tiene por valor civil que aceptarlo señor Saca. Desde el 15 de marzo no tiene derecho a seguir creyéndose al presidente más votado, eso es hoy un dato histórico.
Es fanatismo que 12 diputados se salgan del partido que los postuló; igualmente lo es no comprender que se finalizó el ciclo político personal; el fanatismo se evidencia cuando se entiende que una expulsión de una persona debe considerarse un insulto a 1, 400,000 votantes. De eso a decir El estado soy yo. No hay mucha distancia. El político binario es funcional desde el poder. En la oposición es adolecer de doble moral.
Situaciones extremas requieren medidas extremas. Y eso es la expulsión de Antonio Saca de ARENA. Fue una decisión necesaria. Personas consideradas ahora ex diputados y correligionarios de ARENA continuaban socavando las bases del partido. Desde este momento gozan de la posición legal correcta para hacerlo porque ya no son más miembros de ARENA y podrán entonces convencer sin máscara a los areneros para que formen un nuevo partido o se integren a otro. Libertad tendrán de igual los miembros de ARENA que deseen acompañar a los areneros separados.
Tony Saca es culpable de volver a ARENA un partido corporativista. Compró voluntades de diversas formas. De las necesarias. De las que afectan sentimientos tan vitales como la familia, la buena vida, salud, trabajo. Hasta los más primitivos: ego, placer, poder, consentimiento. Es interesante cómo el FMLN tomó nota de ese error de “todos en ARENA” de Saca; vemos un FMLN que exigirá a todo aquel salvadoreño que desee acompañar al Frente en su marcha por el cambio nacional una formación política ideológica que les evite dejar entrar a todos los nuevos rojos, que como en la ARENA de Saca llegaron a clientelar. Algo que en su presidencia del COENA usted, señor Saca, no solo no hizo al descuidar la ideología, sino que la desconoció dejando con esta displicencia que muchos “areneros” fueran más que servidores públicos: viles déspotas que embriagados por licor barato hicieran de la política un jaripeo que entretenía al señor del habano.
Muchos de mis fieles detractores argumentan que pretendo desde aquí ser sesgado y defender a los otros ex presidentes. Pienso que todos los que han actuado mal con respecto a la cosa pública deben responder por sus acciones u omisiones como gobernantes. Debe la fiscalía de oficio investigar las acusaciones hechas públicas por GANA; debe esta misma agrupación crear junto al FMLN –ya que poseen los votos necesarios- una comisión para que investigue lo denunciado por ellos mismos y debe también la izquierda apoyar esa iniciativa; en caso de ser presentada. Para honrar su promesa de campaña de perseguir a los corruptos de los gobiernos anteriores. Y me sumaré desde aquí la exigencia del padre Tojeira al nuevo gobierno: hay que hacer pública la partida secreta. De lo contrario será una ilusión. La sangre será desviada en su camino hacia el río.
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