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2009/12/09

EDH-Las alegres cuentas que hacía la lechera

Si el precio de los autos se eleva con mayores impuestos, podemos apostar a que las ventas y el ingreso fiscal, van a disminuir, como se desplomaron durante el desgobierno de Duarte.

Editorial. 09 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.

En la fábula de la lechera de Esopo, una joven campesina camina haciendo cuentas de todo lo que hará con el dinero que gane vendiendo su leche. Pero ¡ay tristeza! la soñadora tropieza, cae el cántaro y se desparrama la leche.
Alegres cuentas están haciendo los asesores económicos de la Presidencia: van a subir los impuestos a los automotores, impondrán una renta universal, tasarán los ahorros bancarios, piensan castigar los artículos de lujo. Y gracias a los nuevos impuestos y metiendo en la cárcel a los evasores, las arcas públicas van a rebosar de billetes.

La serpiente en este imaginado paraíso es la elasticidad de la demanda de la gran mayoría de artículos de consumo, fuera de lo básico: si sube el costo, bajan las ventas. Y al bajar las ventas se reduce el ingreso. Si el precio de las verduras se incrementa por culpa de un mal régimen de lluvias, lo seguro es que la gente comprará menos. Y si el precio de los automotores se eleva con mayores impuestos, podemos apostar a que las ventas, y el ingreso fiscal, van a disminuir, como se desplomaron durante el desgobierno de Duarte hace más de dos décadas.

Las ventas de vehículos, se nos informa, están casi un sesenta por ciento por debajo de las cifras de hace tres años. Si suben los aranceles, se pronostica que las ventas bajarán un veinticinco por ciento más, lo que, de acuerdo con representantes de distribuidores de vehículos, va a forzar el retiro de mil quinientas personas. Son mil quinientas familias que quedarán sin ingresos afectando a muchas otras que dependen de manera directa o indirecta de ellas. Mil quinientas que pagan impuestos.

A más altos impuestos, menos ingresos. Esa es la experiencia mundial que curiosamente no aparece en el diáfano y fulgurante horizonte de las consideraciones del equipo económico del actual gobierno.

Se crean los pobres para luego ayudarles

Hace mucho los vehículos dejaron de ser un lujo, el símbolo de la alta burguesía como lo fueron en los Años Cincuenta cuando cada capitalino sabía quién era el dueño del auto que divisaba. Por contraste, la gente iba a pie sin peligro alguno; caminar por el centro "histórico" era parte del rito de conquista de muchachas y muchachos.

Pero en la actualidad los automóviles son una esencial herramienta de trabajo, con el agregado de que los modelos mejores son también la superior inversión por durabilidad y confort. Y al decir confort hay que pensar en que la fatiga reduce la eficiencia, haciendo menos productiva a una persona y a quienes la acompañan.

Los nuevos impuestos tendrán otro efecto: que la planta vehicular del país va a anquilosarse, transformándonos con el tiempo en un territorio de chatarra, como en Cuba donde todavía circulan automóviles de hace medio siglo, o restos de esas carrocerías tiradas por animales. ¡Como si no fuera suficiente con la chatarra del transporte público, unidades cuya vida útil ha ido incrementándose por sucesivos decretos de la Honorable Asamblea Legislativa! Se agravarán los problemas pulmonares y la suciedad de calles y viviendas. Como el personaje de la comedia de Casona, el fisco crea los pobres con los altos impuestos y Salud luego les cura sus dolencias.

Los pueblos pobres son incapaces de sostener programas de beneficencia social a diferencia de los prósperos. Hay que replantear la política fiscal.

EDH-Las alegres cuentas que hacía la lechera

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