Por desgracia, lo que viene sucediendo en el servicio exterior no deja mucho espacio al optimismo.
Editorial.14 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Las relaciones cordiales, constructivas y estratégicas entre El Salvador y los Estados Unidos son la prioridad en la agenda exterior del Presidente Funes, según dijo el canciller salvadoreño en su encuentro con su homóloga estadounidense Hillary Clinton. Con casi la tercera parte de los salvadoreños viviendo allá y la paulatina integración económica que brinda el Tratado de Libre Comercio sería ruinoso para el país adherirse a otros esquemas comerciales que excluyen lo alcanzado y además imponen aberrantes condicionamientos políticos.
La señora Clinton felicitó por la forma como El Salvador hizo frente a la crisis generada por el intento de fraude del zelayismo en Honduras. Debe además estar complacida por la ayuda de la izquierda salvadoreña en tenderle la trampa a Zelaya y, en efecto, neutralizarlo. El final de la comedia lo marca la petición de funcionarios de Brasil de que abandone su sede en Tegucigalpa antes del 27 de enero próximo; de la embajada a la cárcel por cargos de peculado y malversación de fondos públicos.
Tener buenas relaciones con Estados Unidos, empero, no es sólo vender y comprar, sino además compartir objetivos en múltiples campos. Es fundamental homologar ordenamientos jurídicos, ir tras determinados propósitos en el trato con otras naciones y adoptar estrategias conjuntas en la lucha contra el crimen y el terrorismo. No se trata de que vamos a tomar lo que nos atrae y dejar lo que no interesa, como los niños que sólo quieren el pastel pero no el pollo y la espinaca.
Ambos países están en la obligación pero también la necesidad, de combatir el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo y la infiltración en el área de agentes subversivos del Medio Oriente vía las alianzas con Hezbollah y el régimen iraní que viene fraguando Venezuela.
Las maras victimizan por igual más y más poblaciones y vecindarios en El Salvador, como ciudades en Estados Unidos. Desde aquí y allá se ordenan hechos delictivos, incluyendo asesinatos. La ola delincuencial ya convirtió la franja fronteriza entre Estados Unidos y México en una de las zonas más violentas del mundo, en buena parte por el tráfico de droga alimentado desde Colombia, Ecuador, Venezuela y Bolivia y que en parte usa el territorio centroamericano como ruta de trasiego.
Ojalá que escojan a gente idónea
Sería de muy corta vida una alianza entre el país bastión de la democracia y la libertad, con pueblos que marchan en sentido contrario. No tiene sentido que en un lado las políticas de gobierno se determinen por debate público y en apego al Orden de Derecho, mientras por el otro prevalezcan la imposición, la nula transparencia y los arreglos mafiosos. No es casual que los Estados Unidos aboguen por el comportamiento ético de los funcionarios públicos, en perseguir la corrupción y consolidar la institucionalidad.
Paralelamente con lo que desde siempre nos une a la gran nación del Norte, hay una labor cotidiana, de carpintería, de constante acercamiento y de un esfuerzo por resolver problemas, que se debe cuidar. Eso exige que las personas que representan a nuestro país y el grupo humano de apoyo en embajadas y consulados sean del primer nivel, gente con experiencia, honesta y sensata. Por desgracia, lo que viene sucediendo en el servicio exterior no deja mucho espacio al optimismo. Ojalá que escojan a gente idónea para los cargos, dada la importancia que esto tiene para el país.
elsalvador.com :.: La relación con EE.UU. es con el mundo civilizado
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