El contribuyente no tiene mayores defensas para impedir que por diferencias de criterios entre los inspectores y él, Hacienda pase a la Fiscalía un caso para iniciar proceso penal.
Editorial. Viernes 4 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Una de las medidas más objetadas de la reforma fiscal que propone el Ejecutivo es imponer penas de cárcel a los evasores, indistintamente de si estos pagan lo que en teoría deben o si la evasión es más una diferencia de criterios que un hecho real. Hay dos reparos de gran importancia que no se toman en cuenta:
--El primero, que la evasión, real o imaginaria, sirve de pretexto para tomar venganzas por supuestos agravios y además montar cacerías de brujas, con los nefastos resultados que tal cosa tendría sobre la inversión y la economía;
--lo segundo, que la medida abre las puertas al chantaje, incluyendo extorsiones y presión política.
Hasta donde hemos podido establecer, el contribuyente no tiene mayores defensas para impedir que por diferencias de criterios entre los inspectores y él, Hacienda pase a la Fiscalía un caso para iniciar proceso penal. Y diferencias de criterios se dan todo el tiempo sin que haya intención de defraudar a la autoridad fiscal, como cuando se imponen complementarias sin fundamento.
A esto se suma otro hecho: que el tribunal de apelaciones de Hacienda no está integrado por jueces independientes, sino por funcionarios nombrados por el propio ministerio. El contribuyente queda en manos de un juez que es también parte, rompiendo un principio fundamental de Derecho. Ese cambio en la legislación se hizo a inicios de la administración Saca pese a las objeciones de las gremiales del sector productivo.
La extrema izquierda ha hecho de la evasión y el "no pago de impuestos" una de las persistentes acusaciones contra los productores, pese al aparataje de controles, inspecciones, auditorías y revisiones en uso. Muchos negocios tienen sus cajas registradoras y sistemas de computación en línea, lo que se agrega a los reportes mensuales sobre recaudación del IVA, pago de aranceles, tasas diversas, etcétera. El fisco es, en nuestros tiempos, el socio que nunca aporta capital pero que implacablemente cobra dividendos.
Cuidemos la gallina de los huevos de oro
Los excesos de rigor incrementan en poco la recaudación pero tienen la capacidad de afectar en forma negativa la marcha de los negocios e inclusive ahondar una crisis como la que se sufre ahora.
Repetimos lo que hemos venido diciendo: incrementar impuestos en medio de una crisis, es prolongarla y, las más de las veces, profundizarla. A la inversa, los recortes impositivos que ordenó el presidente Reagan en 1980 fueron el sustento de uno de los períodos de crecimiento económico más largos y exitosos de la historia reciente de Estados Unidos y, por extensión, del mundo industrial. Y contrario a lo que se puede suponer, el ingreso fiscal se incrementó, como aumentan las ventas de los comerciantes y negocios cuando bajan precios dentro de sus posibilidades.
Encarcelar a dueños de negocios y empresas puede parecer justificado, pero equivale a escupir hacia arriba: una empresa cuyo dirigente va a la cárcel se queda sin la persona o los directivos que manejan los complejos equilibrios que sustenta todo negocio de algún tamaño, lo que puede derrumbarlo y como una de las consecuencias afectar no sólo a sus empleados, sino a la cadena de clientes y abastecedores.
Malas políticas fiscales pueden tener el efecto en un país, de matar la gallina de los huevos de oro. Al no tener petróleo ni sembrar coca como Evo, la gente en este país depende de sus productores.
Nombe tiene que haber orden en en pais. Todos tenemos que pagar impuestos. Un efecto automatico y altamente positivo de eso es que todos nos vamos a interesar en que la adminstracion de las arcas del estado se hagan de lo mas transperante y limpia. Todos ganamos con eso. SE termino el libertinaje al que uds le llaman "sistema empresarial". A partir de ahora este sera un estado un poco mas serio y mas humano del que uds pudieron crear.
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