Escrito por Paulo Alves de Lima Filho (IBEC, especial para ARGENPRESS.info). 17 de Diciembre. Tomado de Argenpress.
Introducción
En este trabajo se pretende descubrir las líneas de fuerza que definen las alternativas de futuro de algunos países de América Latina ó, dicho de otra forma, las alternativas socio-económicas de los capitalismos de la miseria del continente latinoamericano.
Nosotros estamos lejos de suponer que nuestro capitalismo de la miseria sea transformable en su opuesto a través de reformas capitalistas sucesivas. Esta operación metafísica ya fue intentada explícitamente en Brasil tanto por la revolución de 1930 (de Getulio Vargas) como por el desarrollismo pos-guerra.
Otras operaciones de ese tipo fueron mundialmente concebidas por varias corrientes ideológicas de la filosofía, política y economía política del siglo XX. Todas igualmente fracasadas y por el mismo motivo: la imposibilidad histórica de contener y educar el capital dentro de límites socialmente justos, temporalmente urgentes y humanamente necesarios.
La así llamada teoría del comunismo científico del socialismo real proclamó, en los años setenta del siglo pasado, la superación del Estado a través de su máxima potenciación, así como la disciplina plena del capital a través de la planificación; la teoría del estado de bienestar social de matriz keynesiana supuso haber encontrado el modo final de domesticación del capital vía teoría de la contención infinita de los ciclos económicos y de la justicia social con abundancia consumista a través del control de la demanda capitalista; de igual modo, en América-latina y otras regiones pos-coloniales, el desarrollismo teorizó realizar una revolución capitalista consentida por las potencias del capital dominante, realizadora de la soberanía nacional y de la autonomía económica sin revolución capitalista radical; por fin, la así llamada revolución friedmaniana, neo-liberal, retorno milagroso al Viejo Testamento liberal nuevamente reencontrando la regencia divina en los mercados, hoy bajo los escombros de su más reciente fragoroso fracaso, la nueva etapa de la crisis general del capital en la fase histórica de su declinio final. Esta cuádrupla expresión metafísica de la transformación social en el siglo XX y XXI se fundamenta en la incomprensión de la categoría capital como categoría societaria mundialmente irreformable y regidora de la orden capitalista puesto que su modo inmanente de ser, su carácter ontológico, está en destruir sistemáticamente todos los límites a ella impuestos - en primer lugar los teórico-metafísicos-, hasta el límite de la autodestrucción de la humanidad.
1. Las revoluciones burguesas
Las revoluciones burguesas conservadoras y el Nuevo Mundo Ibérico
En las sociedades capitalistas evolucionadas a través de revoluciones burguesas conservadoras – que son, además, en su mayoría aplastante -, (pues las revoluciones burguesas radicales en la historia del capitalismo son solamente cuatro: la holandesa, la inglesa, la norte-americana y la francesa) –, en especial las de matriz colonial, tal como las generadas a partir del Nuevo Mundo ibérico, la superación de los capitalismos de la miseria allí constituidos es obra capitalista imposible.
Su forma histórica necesaria y característica es la de ser sociedades capitalistas de la miseria, imposible de ser superada a no ser por revolución anti-capitalista, tal como históricamente pasó en nuestro mundo pos-colonial ibérico en el caso ejemplar de la revolución cubana. En otras latitudes de Europa Oriental y Asia, otras revoluciones ejemplares tomaron también la forma anti-capitalista o socialista (Rusia, China, Vietnam, etc.).
Entre nosotros, las sucesivas e infinitas revoluciones y contra-revoluciones políticas aquí ocurridas desde la Independencia en nada detuvieron la marcha del capital. Así es que, en Brasil, a la revolución de treinta se suceden los episodios de 35 y 37 seguidos de la contra-revolución de 1964, la cual dará lugar a la proclamación in democracia de su funeral solamente en 1995, en su primer “discurso” desde el trono de FHC (Fernando Henrique Cardoso); que a su vez es sucedido por el gobierno de Lula que se elige contra el octanato fernandista.
Entretanto, a pesar de las sucesivas tempestades políticas, de 1930 a este año de la gracia de 2009, en el terreno de la reproducción del capital tenemos la ascensión vertiginosa del capital industrial y de éste al financiero y a los balbuceos imperialistas y promesas de segunda independencia vía capitalización del pre-sal (1) y realización, en fin, de Brasil Potencia, deseado pero aplazado bajo la dictadura y su consecuente entrada en el rol de los países detentores de complejos militar-industriales ahora subordinando la república a la interdependencia con Francia.
Ni Sarney, o Fernando Collor de Melo y mucho menos FHC o Lula concibieron controles o reversión del capital financiero en su marcha imperial-hegemónica acelerada. Al contrario, fueron todos a su modo, parteros de la modernidad subalterna y monopolista.
El sentido de la ascensión a la condición de potencia monopolista y mantenedora de la miseria capitalista por medio de la trituración sistemática y metódica del poder popular, democrático, anti-monopolista y anti-capitalista revela el carácter de la evolución de las revoluciones burguesas conservadoras: eternamente abiertas y subordinadas a las exigencias del capital mundial, conservadoras de las clases pretéritas aburguesadas (coloniales) y afirmadora de las nuevas clases burguesas a ellas aliadas (en especial las viejas y nuevas pequeñas burguesías), devastadoras de las dimensiones emancipadoras de las clases populares y proletarias crónicamente miserabilizadas. En fin, capitalismo de la miseria, capitalismo subordinado, miserabilidades acumuladas en fases sucesivas y necessariamente no resultas.
Notas:
1) Pre-sal: Inmenso depósito de petróleo descubierto en Brasil al borde del Atlántico, en la región llamada pre-sal por estar casi salada por el océano (nota del traductor).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.