Comentarios mas recientes

2009/11/03

A la hora de comer, no todos son afortunados

La extrema pobreza o indigencia aumentará en tres millones de personas en América Latina y el Caribe en 2009, según la FAO. Mientras, la DIGESTYC afirma que en El Salvador la canasta básica rural presenta una disminución de $7.41, cifra que para muchos no es suficiente para alimentarse.  

Escrito por Marcela Solís . Martes 03 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.

El reloj de pared antiguo toca las doce campanadas que indican que la hora del almuerzo ha llegado. En el comedor de la terraza de una casa ubicada en la colonia San Benito, de San Salvador, los platos están servidos. Los comensales que degustarían el platillo  de la señora de la casa, pollo en mole, se van acercando a la mesa perfectamente servida.

Mientras observa a su hijo comer el delicioso pollo, cuyo aroma invade toda la casa y tienta a todos los presentes, doña Carolina V.  pide a su cocinera que le traiga una comida diferente. Se disculpa con el resto de la familia por no compartir el mismo platillo, y explica que está a dieta y que, pese a la gran tentación que le causa, no puede comerlo.

Ella cuenta que la hora de almuerzo es el momento para estar juntos en familia. También recuerda un dicho de la época de su abuelo que decía: “Hay que desayunar como reyes, almorzar como príncipes y cenar como pobres”.

Carolina  admite ser bastante desorganizada en las compras de los alimentos para el hogar. Explica que siempre se cocina para entre siete y nueve personas —una familia grande—. Sus cálculos dicen que  gasta alrededor de $150 semanales en mercado y supermercado, un aproximado de $600 mensuales en comida, más o menos el 20% de sus ingresos mensuales. Ella paga con tarjeta de crédito y le alcanza para todo lo que lleva en la carretilla. Aclara, eso sí, que algunos alimentos los compra en el mercado.

Según  datos actualizados hasta septiembre de 2009 por la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC), el costo diario en comida por una familia compuesta de 3.82 miembros (se puede traducir en dos adultos  y dos niños aproximadamente)  es de $5.51, con base a la canasta básica del área urbana. Esto equivale al costo mensual por familia $165.15. Las cifras reflejan una reducción en $7.99 entre enero y septiembre de 2009. Al inicio del año, el costo mensual de la canasta básica urbana era de $173.14.

La familia de Carolina V. sobrepasa significativamente las cifras de la canasta urbana por $435 al mes.

Diferente es el caso de Margarita C. , residente en el municipio de Antiguo Cuscatlán, La Libertad. Ella cuenta que ahora su familia no consume lo que solía. “Ahora para mí hasta comprar el cartón de huevos me cuesta un poco, y eso que voy al mercado central para que salga más barato. Antes compraba en Pricemart”. Margarita asegura que no le han parecido sensibles las bajas en los precios de la canasta básica pese a la disminución de esos casi ocho  dólares.

Mientras  le pone unas pizcas de salsa picante al huevo revuelto que cena junto con una porción de frijoles y dos rodajas de pan tostado, Margarita comenta que antes gastaba “cantidades exorbitantes” en comida, pero que ahora se limita a gastar un promedio de $100 cada 15 días, es decir $200 mensuales en comida para cuatro personas, incluyendo a la persona que le ayuda en los quehaceres.

Dice sentirse afortunada por, al menos, cumplir con lo alimentos estipuladas de la canasta básica. “Siendo de clase media, por lo menos aún me alcanza con mi sueldo de $400 para cubrir con lo necesario, pero a veces ni para papel higiénico me queda”.

Este 16 octubre se celebró el Día Mundial de la Alimentación con la noticia de que la extrema pobreza o indigencia aumentará en tres millones de personas en América Latina y el Caribe en 2009. Como resultado, habrá 71 millones de hambrientos en la región, según un informe de la  Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La realidad de padecer hambre ya se vive en  El Salvador. Emilia F.,  residente de la comunidad rural La Victorias, ubicada en un predio baldío del bulevar del Ejercito, en Soyapango, es un ejemplo de pobreza y hambruna.

Emilia tiene dos hijas mayores de edad, es madre soltera y ha mandado hacer con chatarra vieja una cocina  que arrastra sobre el polvo y el suelo árido de la comunidad, para hacer pasteles,  yuca y enchiladas, y  así ayudarle a sus cinco nietos. Mientras, sus hijas venden “de todo un poco” en el centro de San Salvador, afirma la mujer de unos 65 años de edad.

“Comemos cuando hay. Respeto la comida de la venta porque con esto ganó por lo menos unos tres dólares  al día cuando hace buen tiempo. Ahorita que la cosa ha estado mala, a veces sacó un dólar. Otras nada”, dice.

En la comunidad Las Victorias el hambre parece ser el común denominador. Mientras más adentro se camina, más pobreza y hambruna se encuentra.  Emilia dice que va al mercado de Soyapango cada semana y gasta no más de $15 que le alcanzan para frijoles, arroz y una vez al mes, si ahorra, compra pollo. Ella gasta un total de $60 mensuales en comida para ocho personas, cinco de ellos menores de 12.

La DIGESTYC afirma que la canasta básica rural también presenta una disminución en relación a los indicadores del mes de enero de 2009. El costo diario por familia aproximada de 4.39 miembros es de $3.29, y el costo mensual por familia es de $98.57 presentando una variación de $7.41. Emilia no conoce de cifras ni mucho menos de estadística, pero a ella y a su familia les hacen falta $38.57 para cumplir lo mínimo.

En Las Victorias no se conoce de pollo en mole; de vez en cuando compran huevos, no hay manteles pulcros sobre la mesa ... ni siquiera hay mesa y mucho menos dieta para cuidar figuras. Ahí hay necesidad de cubrir lo mínimo para nutrir a los más pequeños, que corren con las piscuchas  y buscan entre los desperdicios  un alimento que  calme el hambre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.