En la madrugada del sábado 31 de octubre recién pasado ocurrió un fenómeno en el Salón Azul de la Asamblea Legislativa, que se puede comparar con el resultado de un conjuro maquiavélico propio del día de las brujas.
Escrito por Rolando Marín. Viernes 06 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.
Alrededor del suceso se han presentado pronunciamientos, opiniones y reacciones, haciendo énfasis en los enfoques y facetas de la criatura que salió a luz, producto de la “turbia porción mágica” preparada por aquellos “Padres de la Patria”, quienes se encargaron de obtener y poner los “ingredientes” de la misma y que nos ha dejado una lamentable lección a la que me quiero referir.
Nuestro país vive una verdadera crisis por el tema de la seguridad. En cada rincón se escuchan lamentos por las graves situaciones de violencia, familias que pierden a sus seres queridos, atentados contra la integridad de los ciudadanos, robos, delitos, agresiones, extorsiones para asegurar la vida o la continuidad de los negocios, amenazas que se lanzan por doquier.
Lo que sucedió en la plenaria concluida en la madrugada del “día de los espantos” nos asusta tremendamente porque se convierte en un estímulo para quienes desean vivir en nuestra sociedad burlando el orden, la seguridad, las leyes y las normas éticas.
En esa palestra, donde se deben promover leyes para proteger a los salvadoreños, se vale de todo: no importa romper reglas y compromisos, es permitido usar cualquier tipo de subterfugios, el engaño es lo que prevalece, el más “gañán” obtiene los máximos reconocimientos. ¿Cómo podemos exigir que se cumplan las leyes si en el mismísimo lugar donde se formulan se transgreden las reglas a diestra y siniestra? ¿Cómo pretendemos recuperar nuestra ansiada seguridad si se promueve todo lo contrario con las negociaciones amañadas que se desarrollan en los salones del Primer Órgano del Estado? ¿Qué lección nos dejan los “Padres de la Patria” al poner sus intereses por encima de las grandes necesidades y demandas del país?
Desde las alfombras del Salón Azul se proyectan enseñanzas que en nada contribuyen al fomento del orden, la tranquilidad y el Estado de Derecho. Al contrario; se promueven la traición, la mentira, el descrédito y el chantaje; justificándolos con brillantes argumentaciones que presentan los hechos y resultados como una riqueza de la pluralidad, como una necesidad para el desarrollo democrático del país. Es tremenda la responsabilidad que tienen los “Padres de la Patria”, al estimular con sus actuaciones el desorden y la inseguridad nacional.
El hecho ocurrido es similar al padre de familia que exige a sus hijos un excelente comportamiento, les pide que vivan determinados valores, les recomienda mucho esfuerzo para enfrentar la vida, pero su actuación es totalmente contraria a lo que demanda de sus “retoños”. Ese padre de familia, con seguridad, perderá la credibilidad y la autoridad. No sería nada extraño que la reacción de los descendientes sea totalmente contraria a las peticiones paternas y terminen imitando las acciones de su progenitor.
El “curulazo del día de las brujas” no es la primera vez que ocurre. Han sucedido situaciones similares cuando el PCN era mayoría en la Asamblea, cuando el PDC tenía su “aplanadora”, cuando ARENA dominaba el Salón Azul y hoy que el Frente es mayoría sucede algo parecido.
Tal parece que se necesita una nueva etapa en la construcción democrática de nuestra nación, en la cual se haga un profundo esfuerzo por transparentar a todos y cada uno de los órganos del Estado.
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