Comentarios mas recientes

2011/01/13

El Faro-Mirada de Siglos - ElFaro.net

 Por Roberto Turcios.13 de Enero. Tomado de El Faro.

Ha llegado un buen tiempo para buscarle nuevos sentidos a nuestra vida social. No es lo mismo para todos, pero a las mujeres y los hombres que compartimos la nacionalidad algo nos significa la patria. Positivo o negativo, con cercanía o lejanía, estemos adentro o afuera, algo tenemos que ver con esa entidad común.

El vínculo común, sin embargo, no debe llevarnos a las idealizaciones. Tampoco la conmemoración de un evento histórico, como noviembre de 1811. Uno y otra son buenos motivos para aprender más sobre lo que somos y hemos construido, a menudo con sufrimientos.

Podemos convertir el bicentenario en una estatua más, como esas que tanto agobio nos han causado al levantarse como emblemas que no admiten crítica posible, pues carecen de los tendones y los huesos que una vez tuvieron, de los defectos que los mortales acostumbramos presentar en el correr de los días.

También puede ser el bicentenario un reencuentro con lo que hoy somos por el pasado nuestro, los años y las décadas anteriores forjados con los fantasmas y las esperanzas que habitan en su cabeza y en la mía, en su corazón y el mío. Reencuentro posible, por tanto, con las miserias y virtudes, con la violencia despiadada y la solidaridad generosa; sobre todo, con la conciencia de un destino común a partir de nuestras diferencias.

Habitamos un territorio en el que ha corrido sangre, y sigue corriendo, donde el dominio de pequeños grupos económicos y políticos creó la costumbre de dirimir las diferencias desde las posiciones de fuerza trazadas en trincheras. Noviembre de 1811 no es extraño a esa tendencia histórica. Tampoco lo es a los momentos excepcionales en los que se han adoptado acuerdos para reconocer lo que no tenemos en común y admitir la posibilidad de coexistencia.

Para decirlo con pocas frases, si eso es posible sin parecer un autor de malas caricaturas, noviembre de 1811 fue un acto de rebeldía; luego un ejercicio de autonomía (que depuso a las autoridades y nombró a las sustitutas, entre las cuales había representantes del régimen); más tarde, en el curso de un mes, también hubo una práctica combinada de fórmulas (conspiración, resistencia, incluso con modos militares, al mismo tiempo que se planteaba al poder tradicional la búsqueda de acuerdo); después fue la aceptación de una experiencia política inédita en lo que hoy es Centroamérica (la formación de un gobierno del régimen, pero encabezado por líderes criollos guatemaltecos que no eran desconocidos ni carecían de respeto en San Salvador). El experimento de 1811 fracasó. Hay tiempo en este año para explorar el experimento y su fracaso; sobre todo, tenemos un tiempo propicio para pensar en nuestro futuro, sin olvidar los fracasos del pasado, sus conflictos y la tendencia a ignorar la buena política, esa que mira hacia adelante con los pies puestos en el barro de las diferencias. ¿Es un espejismo? Tal vez sí. Tal vez no. Depende, quizás, de la capacidad de asumir la patria terrenal que tenemos.

Nuestro bicentenario representa una oportunidad para construir genuinos enfoques nacionales sobre la economía, la cultura y la sociedad relacionados con el mundo de hoy. Tenemos una patria llena de urgencias, sin la fórmula certera que, con seguridad, nos indique cuál es la primera, la segunda y la tercera de esas urgencias. Y menos cuando ocupa un lugar destacado en los debates nacionales la corriente de opinión que prefiere enjuiciar al país con análisis apocalípticos, excluyentes y maniqueos. “Todo está en peligro”, se acostumbra decir en referencia a los planteamientos rivales, teniendo pocos miramientos críticos hacia los propios. Además, el “todo” se pronuncia como si en una mano se tuviera el pasado verdadero y en la otra, el futuro más cierto posible.

¡Cuántas menciones habrá este año a noviembre de 1811! Ojalá sean muchas las que tomen en cuenta lo que significaba un acto de rebeldía para las personas que, en ese tiempo, con sus latidos, tendones y huesos, sabían que estaban desafiando a un régimen de tres siglos. Así estaba todo el continente: quienes se embarcaban entonces en compromisos subversivos alguna conciencia tenían de su desafío a un régimen con tres siglos de edad. 

Mirada de Siglos - ElFaro.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.