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2010/11/19

RAICES -Elegía académica- Periodismo Alternativo desde El Salvador

 Vicente Alvarenga.19 de Noviembre. Tomado de Raices.

La niña oraba sentada en su sia preferida, amaba a su madre porque había perdido la ave de su baúl en donde guardaba sus libros; oraba tanto y fuerte que su iido se oía lejos en la distancia. El iido amaba la atención de todo transeúnte que caminaba frente a su casa, sabían que ai vivía una niña bea, beísima, tan bea que todos los jóvenes del vecindario la pretendían.

Al despertar, después de una noe uviosa, no sabía si era verdad o una pesadia y quería asegurarse que la ch y ll aún estaban en el diccionario, pero no encontraba la ave del baúl por ningún lugar, motivo por el cual sus iidos aumentaban.

Los vecinos comenzaron a egar y a agruparse frente a la casa, la multitud poco a poco fue aumentando hasta el punto de bloquear las aceras y las caes, fue necesaria la participación de las autoridades para despejarlas.

Mientras tanto los oridos no cesaban y la bea niña comenzó a orar lagrimas de fuego. De pronto  la señora epa, madre de la niña, y amba, hermano de ella, salieron corriendo hacia la cae porque la casa comenzaba a incendiarse.

La muedumbre gritaba al unísono, con las manos extendidas hacia el cielo, pidiendo que oviera. Cómo es posible que en el ano ueva y no aquí se preguntaban los unos a los otros.

Era increíble, la noe anterior había ovido tanto que hasta acalines habían caído del cielo; y ahora ni tan sola una gota de uvia.

Antes de las amaradas, por las ventanas y las puertas, salían hileras de humo y entre el humo se veían saltar decenas de ch y ll.

La bea niña como pudo abrió el baúl y buscó el diccionario, cuando lo encontró, apurada buscó la ch y al encontrarla una breve sonrisa se dibujó en sus beos labios, de pronto, ante sus ojos la ch desapareció; rápidamente buscó la ll y aún estaba ai pero sólo por un segundo, más tardó en parpadear cuando ya había desaparecido.

Apresuradamente busco las palabras que contenían ch y ll, al encontrarlas, no podía creer lo que miraba, las ch y las ll saltaban fuera del diccionario y se volaban succionadas por la suave brisa.

Al principio, cuando oraba, las lagrimas mojaban las páginas del diccionario pero de pronto sus ojos se pusieron briantes y comenzaron a expulsar lagrimas de fuego, las que encendieron el diccionario, la bea niña al ver el diccionario en amas en sus manos lo tiró, éste cao sobre la cama y en un minuto la cama estaba envuelta en una gran amarada, el fuego se extendió rápidamente en su cuarto y a los cuartos aledaños.

La muedumbre que miraba vieron salir de la casa una ama de fuego que corría desesperadamente, era la bea niña en amas, quien corría, dando iidos angustiosos.
Don ente trató de desprender las vestimentas en amas pero le fue imposible, todos corrían detrás de ea, hasta que al final caó al centro de la avenida.
La bea niña había sido consumida por el fuego, sus manos estaban apuñadas y cuando se las extendieron, en la mano derea tenía la letra ch y en la izquierda la ll.

RAICES - Periodismo Alternativo desde El Salvador

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