El Salvador tiene bastantes problemas reales como para gastar energías y dividir a la población peleando batallas contra molinos de viento.
Escrito por Joaquín Samayoa.02 de Diciembre.Tomado de La Prensa Grafica.
Las diatribas contra el imperialismo yanqui no podían faltar en los panfletos y discursos de cualquiera que creyera ser un auténtico revolucionario latinoamericano hace cuatro o cinco décadas. Y no faltaban razones para justificar tales posicionamientos, aunque casi siempre había en ellos más odio visceral que análisis racional.
En esos años, estaba muy vigente la doctrina Monroe y se dieron varios casos de intervención del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos políticos de países cuyos pueblos pretendían sacudirse el militarismo represivo, la dominación extranjera y la de los grupos oligárquicos que los mantenían sumidos en la miseria.
En tierras lejanas, Viet Nam sirvió para validar actitudes hostiles hacia los Estados Unidos. Más cerca de nosotros, el fallido intento por derrocar a Fidel Castro y la presunta intervención de la CIA en los derrocamientos de Jacobo Arbenz y Salvador Allende, sucesos separados un par de décadas en el tiempo, confirmaron la tesis de que Estados Unidos era el gran obstáculo para un desarrollo con justicia y equidad en América Latina.
Lamentablemente, mientras duró la guerra fría, siempre hubo un doble estándar para juzgar los desmanes de las dos principales potencias mundiales. La izquierda nunca juzgó con igual dureza la intervención de la Unión Soviética en los países de Europa oriental, ni la invasión militar en Afganistán, ni las aventuras militares de los internacionalistas cubanos en África y América Latina.
De cualquier forma, las cosas han cambiado mucho. No es este el espacio apropiado para hacer un recuento de esos cambios y nadie en su sano juicio podría afirmar que todos ellos han sido positivos. La guerra fría ha sido sustituida por otras guerras y todas las guerras son malas. Sigue habiendo una escandalosa pobreza en el mundo. Se han puesto en evidencia y de manera muy contundente las consecuencias del deterioro ecológico y ha surgido con fuerza el fenómeno del terrorismo, con dimensiones culturales y religiosas además de los tradicionales motivos políticos e ideológicos.
Sin lugar a dudas, ha habido un cambio drástico en la importancia que los Estados Unidos conceden a América Latina. Si antes podíamos quejarnos de una omnipresencia arrogante y abusiva, ahora nos sentimos tentados a reclamar por un descuido casi absoluto. Los últimos gobiernos estadounidenses, republicanos o demócratas, han alentado y respetado procesos democráticos que han llevado al poder a grupos de izquierda que por muchos años estuvieron proscritos. Si quedara algún vestigio de la “teoría del dominó”, en la que Ronald Reagan creía fervientemente, Estados Unidos habría parado en seco a Hugo Chávez y hubiera saboteado su proyecto expansionista. Pero nada de eso ha ocurrido.
Sin embargo, seguimos escuchando un rabioso discurso anti-imperialista. Algunos dirigentes de alto rango en el FMLN no tienen empacho en hacerle el coro a Hugo Chávez con ese tipo de discurso, el cual solo se explica por una vergonzosa actitud de sumisión o por una preocupante pereza mental para analizar los desafíos reales que enfrentan nuestros pueblos en esta etapa de su historia.
Cualquiera sea la explicación, las declaraciones agresivas contra los Estados Unidos suponen una gran hipocresía de parte de quienes, con el sombrero del gobierno, sonríen y extienden la mano para recibir ayuda, mientras que, con el sombrero del partido, escupen a la cara de un país amigo, de cuya hospitalidad se beneficia una cuarta parte de la población de El Salvador.
Si el imperialismo es una amenaza real para El Salvador, que digan en qué consiste esa amenaza y por qué los salvadoreños habríamos de sumarnos a una lucha que, de otra forma, solo estaría justificada en las fantasías megalómanas del presidente venezolano. El FMLN tiene todo el derecho del mundo a escoger a sus amigos, pero eso no significa que deban comprar todas las patrañas y los pleitos de esos amigos; no significa que deban sacrificar su capacidad de analizar la realidad y discernir los mejores cursos de acción en sintonía con el sentir del pueblo al que dicen servir.
El Salvador tiene bastantes problemas reales como para gastar energías y dividir a la población peleando batallas contra molinos de viento. El anti-imperialismo no es la única obsolescencia que nos llega del sur. Como bien ha apuntado un respetable columnista, el tal socialismo del siglo XXI no es socialismo ni tiene nada que ver con el siglo XXI. Es un planteamiento estatizante de los siglos XIX y XX; un planteamiento que trueca libertades por miseria y solo se sostiene con una abundancia de petróleo que nosotros no tenemos.
O sea que despues de la guerra fria ya no hay razon para denunciar los diferentes abusos que el gringo comete por el mundo? SE volvieron amigos nuestros!!! Payasadas!!! No ayudaron y promovieron los gringos el delictivo golpe de estado contra Chavez? No le parece vulgar e irresponsable desatar esa terrrible guerra contra Irak bajo excusas a todas luces falsas? En el deterioro ecologico, los gringos no tienen nada que ver? No ve el sr, una coneccion bien estrecha entre el estilo de vida americano, el deterioro ecologico y la conquista/control de recursos naturales por todo el mundo? Eso tan solo por no cambiar su estilo de vida consumista e irresponsble. Todo eso a costo de invadir paises a miles de kilometros de sus fronteras?. El terrorismo no tiene ninguna relacion con la manera en que el gringo y el mundo occidental se ha paseado y se pasean por el mundo? A Chavez no lo sacaron del poder por que estaban ocupadisimos enfrentando una situacion que jamas se habian imaginado: el ataque a las torres. No es por buena voluntad que no le han sacado. Una pregunta: cual es el problema con que el socialismo chavista se financie con el petroleo? La pregunta mas relevante es: por que las administraciones anteriores no sacaron a Venezuela de ese tremendo atraso social, economico y cientifico estando sentada en un inmenso mar de dinero negro? No tiene nada de malo o de negativo que el socialismo venezolano( o como se le quiera llamar) se financie con el petroleo. Es de ellos y al fin el pueblo venezolano toma parte de ello. Las cosas en Venezuela estan como deben de ser.
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