Hoy no es la sociedad la que acusa a ARENA y a sus líderes; son ellos mismos los que se recriminan, se ofenden y se dicen traidores y corruptos.
Escrito por Redacción. 15 de Diciembre. Tomado de ContraPunto.
SAN SALVADOR - ¡¿Quién lo iba a pensar?! ¡¿Quién lo iba a decir?! ARENA se está desmoronando poco a poco. Del aguerrido y monolítico partido anticomunista, que iba a hacer de El Salvador “la tumba donde los rojos terminarán”, ya no queda sino la historia del que fue uno de los más importantes bastiones del conservadurismo latinoamericano.
Con orígenes asentados en la violencia de la guerra sucia, ARENA y su emblemático fundador, el mayor Roberto D´Aubuisson, encabezaron un frente poderoso de contención del “comunismo” en El Salvador. Bajo la máxima de que no importaban los medios para lograr el fin, la ultraderecha arrasó vidas valiosas, pero quizás las más simbólicas fueron la de Monseñor Oscar Romero y la de los seis sacerdotes jesuitas, hechos con los que comenzó y finalizó la guerra civil.
Después de la guerra civil ARENA lejos de democratizar la sociedad e impulsar más justicia social se encerró en proyectos que sólo favorecieron a un grupo de poderosos empresarios. Llámese neoliberalismo o como sea, lo que provocó tal modelo fue una mayor exclusión de sectores sociales, la huída me miles de compatriotas al extranjero en busca de trabajo y la desintegración social más inaudita, cuyas consecuencias han sido la desmesurada violencia que nos coloca como el país más peligroso de Latinoamérica.
Hoy ARENA se debate entre divisiones y recriminaciones mutuas acerca de la presunta corrupción e injusticias que sus gobiernos cometieron en su largo paso de 20 años. Cristiani, Calderón Sol y Francisco Flores señalan a Saca... Saca los señala a los tres. Los cuatro ya habían sido señalados por la oposición política y por grupos sociales independientes, pero nunca se investigó.
Hoy no es la sociedad la que acusa a ARENA y a sus líderes; son ellos mismos los que se recriminan, se ofenden y se dicen traidores y corruptos.
Ojalá la institucionalidad del Estado funcione y las acusaciones sean investigadas como es debido porque está en juego el futuro de un El Salvador democrático y una sociedad que está decidida a vencer la impunidad.
Ojalá de una renovación civilizada surja una derecha verdaderamente patriótica, que defienda sus intereses, pero sin atropellar al resto como ha sido la tónica de la ARENA que se está acabando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.