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2009/08/12

Presidente, debe combatirse a los grupos de interés

Es enorme la incidencia que sobre la política y la economía, y consecuentemente sobre la vida de los salvadoreños, que tienen los grupos de interés, entendiendo por ello, grupos que actúan o influyen para su propio beneficio contra el de todos, con beneficios económicos, poder, mantener privilegios o ideología.

Escrito por Rafael Castellanos. Jueves 13 Agosto. Tomado de La Prensa Grafica.

El presidente Funes tiene una oportunidad de oro para corregir muchas de esas situaciones. Es un gobierno fresco, con muchas promesas que cumplir en ese sentido, con alto capital político, poco desgaste y sin grandes compromisos con el pasado. Tiene la oportunidad de enderezar muchos temas que marchan mal porque los grupos de interés lograron mucho poder por diferentes razones, o porque al Gobierno anterior no le convenía en su afán de mantener el poder enfrentar a esos grupos para no sufrir políticamente.

Hay muchos que enunciar. Algunos perjudican a toda la población como los odiados buseros, insertados en la Asamblea en todos los partidos políticos. La reducción del subsidio es buena señal; sin embargo, el presidente debe intentar lo que nadie ha logrado: reformar el sistema integralmente, quitarles privilegios, impunidad, negociar con su partido y los demás para que no condonen multas ni extiendan permisos a buses viejos.

Uno grave es el alto precio de las medicinas. Tenemos los más altos en país, es mucho más alto que en cualquiera de Centroamérica gracias a un sistema viciado en que el Consejo Nacional de Salud Pública, cuya vida y facultades vienen de un decreto de 1969, no adecuado a la actualidad, que permite conductas monopólicas en el sector de medicamentos, al decidir con gran discrecionalidad lo que se vende y lo que no, sin obligación de que se ofrezca el medicamento genérico equivalente.

No se practica control de calidad en los establecimientos y en el ISSS; tanto de los productos extranjeros como de los manufacturados localmente se tienen denuncias permanentes de la mala calidad o baja concentración de las sales esenciales del medicamento. Ambas prácticas golpean a la población en todo su conjunto. Una de las tareas más necesarias y complejas.

Sectores de industrias grandes que fueron tocados por la Superintendencia de la Competencia del Gobierno anterior no deben ser dejados de lado, fueron investigados y multados, pero sus prácticas monopólicas aún no se corrigen. ¿Será esta superintendencia tan valiente como Celina Escolán?

Aquí se le toca la nariz al tigre, son las grandes empresas, algunas de las que pudieran concertar precios o mantener barreras de entrada a la competencia, las que tienen mucho músculo y buenos abogados. Energía, gas, harina, petroleras. Si se mantienen bien portadas, no he dicho nada; si afectan la competencia, se les debe entrar como en todo el mundo civilizado.

El caso de las minas es ejemplar y curioso. Además de todas las leyendas urbanas sobre posibles beneficiados económicamente, el interés de curas y monjas en sus pueblos de bloquear la minera es lo que paralizó al gobierno anterior. Con todo el respeto que se merece, llama poderosamente la atención que el nuevo arzobispo en su primera homilía se pronuncie contra la minera, insólito. Por supuesto que como en cualquier país debe investigarse bien el impacto ambiental, pero no cerrarse a la prosperidad de los habitantes de esas poblaciones pobres, tampoco regalar el mineral; es simplemente hacer lo que hacen los países más desarrollados: volverse socios en el desarrollo. Pagar esa multa a Pacific Rim nos dolerá a todos.

Son solo algunos de los muchos casos que hay que resolver, hay tantos y son desgastantes, pero en parte es lo que mantiene baja la competitividad del país y la institucionalidad amarrada. Que no le tiemble el pulso, presidente Funes, tendrá el apoyo mayoritario.

1 comentario:

  1. Señalamientos directos y relevantes. Aqui hay mucho que hacer. El pragmatismo y la falta de moral podrian llevar al gobierno a dejar de lado ciertas aspectos. Sin embargo fidelidad a los humildes y un mejor El Salvadore pasan innevitablemente por las medidas que se mencionan aqui. El tiempo dira que clase de gobierno fue este. Si no lo hacen no sera por falta de conocimiento, sera por cobardia politica. El pueblo ya hizo lo suyo, desintegro los apartos represivos, ahora es tarea de los leguleyos y politicos de reordenar toda este revoltijo.

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