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2010/12/17

RAICES -La coartada perfecta- Periodismo Alternativo desde El Salvador

Carlos Abrego´.17 de Diciembre. Tomado de Raices.

No creo que se pueda dudar de que Mauricio Funes pidió consejos para determinarse frente al golpe de Estado en Honduras. Pienso que su política posterior ha sido sugerida por la Embajada y que sus oficios de intermediario para que los organismos internacionales acepten al gobierno de Lobo provienen por recomendación u orden desde los Estados Unidos. Esto lo he escrito paralelamente a los hechos, antes de que estos documentos fueran puestos a la disposición de los principales diarios de la derecha internacional. No creo que estos documentos sean realmente revelaciones. Se trata simplemente, a lo sumo, de una corroboración.

Sobre los otros cables podemos decir que se trata casi de los mismo, corroboraciones de lo que es público, otros parecen resúmenes de la prensa derechista nacional No creo que se pueda dudar de la autenticidad de los documentos. El Departamento de Estado los ha certificado y los ha reconocido. Lo que podemos preguntarnos es ¿cuál es su utilidad, de qué pueden servirnos? A estas preguntas respondo de muy poco. No se trata de información nueva. Todos sabemos o sospechamos que parte del personal de las embajadas de los Estados Unidos se dedica a recolectar información sobre los países en los que ejerce su oficio. Esta información que recogen es muy variada y toca a todo tipo de temas, va desde la flora, la fauna, la hidrografía, los relieves terrestres, etc. hasta los datos sobre la sociedad. Estos también son de todo tipo: costumbres, alimentación, gustos, capacidad adquisitiva, educación, etc. La calidad de esta información no la podemos juzgar a través de los documentos revelados y escogidos por los diarios que los han publicado. Algunos son desconcertantes por los prejuicios que contienen, por los lugares comunes que rebosan en ellos.

Podemos suponer que existe personal adecuadamente instruido en Washington que recepciona esta variopinta información y sabe elaborarla, darle un orden, jerarquizarla. Creo que nadie descubra que los Estados Unidos tienen un servicio de espionaje y que es muy sofisticado. Estas notas tal vez sean la parte externa de esa actividad, se trata de algo que incluso pueden llamarlo actividad pública, espionaje abierto.

Pero el peligro existe, como suele ocurrir, que aparezcan aquellos que vengan a justificarla e incluso otorgarles el derecho de injerencia en todos los sentidos. Pues esta información no la guardan, como puede hacerlo un aficionado que junta objetos y los colecciona. La destinan para objetivos concretos, para su actividad internacional intervencionista y para ejercer su dominación imperialista. Toda esta información general y particular, a veces individual, les puede servir para manipular la vida de las naciones extranjeras y de las personas.

Otro peligro que corremos con esto es que admitamos simplemente como normal, como natural que Mauricio Funes se mueva internacionalmente haciendo los mandados de los Estados Unidos. Habrá algunos tentados en hacerlo, recurriendo al mismo pretexto de siempre, los compatriotas que viven en los Estados Unidos. Digo esto porque pronto va a tener que dar cuentas, pronto el silencio de Funes se va a volver demasiado pesado, alguna explicación debe dar, alguna justificación. Y esto no sólo respecto a su servilismo, sino también al miedo manifestado hacia el FMLN y todas sus sospechas. Los que hasta hoy se han dedicado a justificar la política de Funes en mucho y para todo se refieren a nuestros compatriotas que han huído la miseria en nuestro país. Ellos se han convertido en la coartada perfecta.

Pero al mismo tiempo no creo que debamos darle más importancia de la que tiene este asunto de las “revelaciones”. Frente a la situación actual, en la que el mayor obstáculo a nuestro desarrollo nacional es nuestra dependencia, en la que nos estamos desesperando, en la que debemos realmente resolver cosas tan concretas, como la capacidad alimenticia de nuestro país, la satisfacción de las necesidades crecientes de viviendas decentes para nuestra gente, con todos los servicios mínimos, con un espacio decente, elevar el nivel educativo y cultural de nuestros conciudadanos. Y la realidad es que no podemos confiarnos en el gobierno de Funes, ni en el FMLN. Cada uno por su lado y con frecuencia juntos le sirven al capital y lo protegen.

Es falsa la esperanza de que las bases del FMLN se van a sublevar, que no van a admitir que la deriva derechista y oportunista de la dirección siga su camino. La dirección ha tomado medidas estatutarias y va a tomar nuevas para impedir que desde adentro o desde afuera puedan frenarlos en esa cuesta abajo en que se han metido. La próxima Convención Nacional va a ser la prueba. Medardo González acaba de declarar que el FMLN no se propone combatir el capitalismo, que quieren construir un país nuevo con la gran empresa y el gran capital, que el socialismo no implica la destrucción del capitalismo. Toda esta bazofia ideológica no va a ser reprobada por los delegados a la Convención, la dirección no lo permite, no está en la agenda. La Convención tiene como papel exclusivo ratificar lo ya decidido por la dirección. No se trata pues de un partido revolucionario, no lo es por su dirección y por el bajo nivel de las bases. No lo es por su práctica.

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