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2010/12/05

LPG-Víctimas con su derecho marginado

 La Corte Suprema de Justicia registra una disonancia más. Las discrepancias entre magistrados de diferentes salas recrudecieron, teniendo de nuevo como protagonistas a jueces constitucionalistas. Esta vez, el enfrentamiento se edita de manera particular y con daños a terceros. De por medio, liberación de condenados, no por faltas de pruebas, sino por atrasos en plazo, un mal que recorre a todo el sistema.

Escrito por Gabriel Trillos.05 de Diciembre.Tomado de La Prensa Gráfica. 

El pulso no se trata de asuntos administrativos y de falsas banderas de ahorro de presupuestos y de limitaciones en el uso de los vehículos. Esos argumentos ya descansan en paz. El presidente de la Corte pidió $30 millones más en su presupuesto 2011, y ya repartieron bonos y aumentos. Y por otro lado, ya se acostumbraron al uso de las camionetas y de las ventajas de tener hombres para seguridad personal, bien armados.

No se trata tampoco de polémicas decisiones que se deben tomar en el pleno de la CSJ o de las polémicas resoluciones de la sala tratando de rearmar, vía sentencia, la Constitución y, según ellos, la sociedad. El nuevo pulso de poderes nos puede llevar a una situación caótica y desmedida a través de la aplicación garantista de las leyes. Argumentando la violación de derechos individuales, por plazos en la emisión de resoluciones, la Sala de lo Constitucional ordenó la libertad de una condenada por extorsión.

La decisión ha llevado a la confrontación con los magistrados de la Sala de lo Penal quienes aseguran que a su tribunal muchos de los casos llegan con tiempos vencidos y han pedido la interpretación de un par de artículos del Código Procesal Penal.

Ahora bien, más allá de las interpretaciones jurídicas y técnicas, el asunto es que estamos, primero, ante uno de los problemas más graves del sistema de justicia, como es la mora, el atraso en el pronunciamiento de sentencias; y por otro lado, y peor aún, estamos dejando de lado, una vez más, el derecho de las víctimas y el derecho de la sociedad en general. Por qué dejar en libertad a este condenado a 15 años de prisión por un atraso en la sentencia, y no pensar en los derechos de las víctimas de esta persona, de las que sufrieron con la extorsión, de las familias que se angustiaron día a día con entregar el dinero de su trabajo, del sudor de su frente, a un delincuente que les exigía ese dinero a cambio de no dañarlos, de no matarlos. Por qué dejar en libertad a un condenado por uno de los delitos que más azota hoy por hoy, como es la extorsión.

No entiendo cuál es el mensaje que se quiere dar desde la Sala de lo Constitucional, pues con sentencias emitidas desde los amplios despachos del palacio judicial e ignorando la realidad criminal de un país no se puede tratar de un mensaje positivo a la sociedad. No entiendo cuál es el mensaje al liberar a una persona que hizo mucho daño con sus actos criminales. Quizás se busca enviar un mensaje a alguna institución internacional de derechos humanos, o material de doctrina para algún libro, pero no se puede pasar encima de una sociedad.

La mora existe por todos los rincones de los tribunales de todas las especialidades y en todas partes del país. Se debe reparar el problema, sin duda, pero enfrentándolo desde adentro, corrigiendo vicios del sistema, controlando a los jueces, conociendo la profundidad del caos judicial, reestructurando funciones y repartiendo cargas... pero no a costa de la liberación de criminales, no a costa de las víctimas que también tienen todo el derecho a la justicia y de ser respetados. Pienso ahora en las familias de los policías muertos a sangre fría y frente a cámaras, si su asesino, Mario Belloso, es liberado... pues podría ser el próximo beneficiado por la sala.

Víctimas con su derecho marginado

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