Hay un nuevo esfuerzo por recuperarnos el centro de la ciudad capital que por nada del mundo debería pararse. Ni la Navidad, ni el Año Nuevo, ni el mundial del fútbol o cualquier otra actividad deberían ser justificación para treguas.
Escrito por Sandra de Barraza.10 de Diciembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Ordenar el centro de nuestra capital demanda y exige un esfuerzo concertado, coordinado y complementario entre el gobierno municipal y el central. Es una exigencia porque a pesar de los esfuerzos por descentralizar el Estado, nuestro marco regulatorio mantiene el centralismo.
El Código Municipal establece que es competencia municipal “la regulación de la actividad de los establecimientos comerciales, industriales y de servicios; la regulación del transporte local, así como la autorización de la ubicación y funcionamiento de terminales y transporte de pasajeros (en coordinación con el Viceministerio de Transporte); la regulación del uso de parques, calles, aceras y otros sitios municipales (en el caso de calles y aceras, deberá garantizarse la libre circulación sin infraestructura y otras construcciones que la obstaculicen)”. Esto dice la ley.
Hemos tenido años con intentos por recuperar nuestra capital, esa capital tomada y secuestrada por ventas informales a lo largo y ancho de las principales calles y avenidas. Es indiscutible que distintos alcaldes y concejos municipales de diferentes periodos han destinado, sin resultado, esfuerzos y recursos por devolver a la sociedad lo que le pertenece.
En estos intentos nunca he escuchado al fiscal de la República pronunciarse sobre el tema aunque su contrato es para defender los intereses del Estado y la Sociedad. He escuchado al procurador/a general para la Defensa de los Derechos Humanos, contratado para “velar por el respeto y la garantía a los derechos humanos y para asistir a las víctimas de las violaciones de los derechos humanos”. El problema es que a la Procuraduría llegan los victimarios del centro histórico y en la defensa “de los derechos” se olvidan de la gran mayoría y del contenido del Código Municipal.
No hay que dar tregua para continuar con el irrespeto de la autoridad y el orden en el país. Las leyes deben respetarse durante los 365 días. Hay un nuevo esfuerzo por recuperarnos el centro de la ciudad capital que por nada del mundo debería pararse. Ni la Navidad, ni el Año Nuevo, ni el mundial del fútbol o cualquier otra actividad deberían ser justificación para treguas. Se retrocede en lo poco que se avanzó. Se pierde lo poco que se avanzó. Y las treguas se hacen permanentes irrespetos a la ley.
Ojalá las autoridades municipales tuvieran efectivamente el poder y la capacidad necesarias. No lo tienen. Necesitan del gobierno central y tenemos que asegurar que el gobierno central tome el tema como suyo. Para el caso, ordenar el centro demanda lo que se hizo en el país vecino de Honduras, prohibir la entrada de los buses. Esta competencia ojalá estuviera en manos de la alcaldía municipal como es el caso de otro país vecino, Guatemala, en donde la alcaldía municipal tiene control sobre el sistema de transporte.
Perú es un país de 29 millones de habitantes. En la capital residen 9 millones. Tenía un centro igualmente secuestrado por el comercio informal. La inteligencia política y la capacidad administrativa de tomar decisiones y ejecutarlas se impuso sobre los intereses de un grupo reducido de informales. Actualmente Lima se vende como ciudad turística, es posible caminar por cualquier plaza pública cuidadosamente ornamentada con jardinería. Los vendedores están en espacios similares a los que la Alcaldía de San Salvador está ofreciéndoles. Los limeños recuperaron su ciudad y es común ver parejas de recién casados tomándose fotos en los parques y plazas municipales. Me imagino que no fue fácil. Pero lo hicieron.
Visité un parque en la ciudad, en la mismísima ciudad. Lo divide una calle de mucho tráfico. Hace tres años nadie se atrevía a entrar allí. El alcalde de la ciudad, que después de dos periodos de cuatro años busca la presidencia, decidió recuperarlo. Lo convirtió en un parque con 13 fuentes de agua y una jardinería y ornamentación de envidia. Abren de 4:30 a la medianoche. Tienen programación artística y la gente hace cola y paga para una sana recreación en plena ciudad.
Sí se puede. Pero no hay que dar treguas por nada del mundo. En el centro la gente empieza a gozar el cambio. Que no nos quiten el buen gusto. Esperamos que el gobierno municipal de San Salvador, en coordinación con las instituciones del gobierno central, efectivamente nos devuelvan el centro histórico.
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