Comentarios mas recientes

2010/12/08

LPG-Mesiánicos y políticos

Dicen (pero Dagoberto Gutiérrez sabe más), que las conquistas en una mesa de negociación política, en medio de la guerra, tienen una relación directa con la fuerza militar mostrada en el terreno. Esta verdad parece no haber sido comprendida por quienes, ahora, consideran el acuerdo de paz como una simple claudicación. El cese del fuego, y la consecuente inclusión del FMLN a la competencia electoral, ciertamente no significó la concreción de la justicia y la democracia, sino el paso a las condiciones imprescindibles para iniciar su construcción entre todos.

Escrito por Geovani Galeas.08 de Diciembre. Tomado de La Prensa Gráfica. 

Esto quiere decir que si bien el FMLN no pudo imponer por la fuerza su programa histórico, después de doce años de sacrificios de unos diez mil disciplinados y eficientes guerrilleros, sí estuvo en la capacidad de abrir la puerta para poder impulsar ese programa, desde el gobierno, si era capaz de conquistar por medios pacíficos la adhesión de la mayoría del electorado.

Algunos han comenzado a preguntar por qué entonces, hoy que ese partido está por fin en el gobierno, no implementa de una vez aquel programa, y más bien ejecuta un progresivo viraje del rojo al rosa pálido, como es evidente y como lo reafirman las últimas revelaciones de José Luis Merino, para quien la nueva tarea del partido no es otra que la de “enamorar e ilusionar” a los sectores progresistas y a la empresa privada. La respuesta está de nuevo en la correlación de fuerzas, políticas en este caso.

El FMLN no ganó solo las pasadas elecciones, sino en alianza con un candidato y unos sectores moderados, lo cual le impuso de entrada la hibridación de su programa. Pero además, con todo y eso solo consiguió el apoyo de muy poco más de la mitad de los electores. La otra mitad votaron por la derecha. Es cosa de lógica simple: si tus mismos aliados no aceptan tu programa en su totalidad (por eso son tus aliados y no tus militantes), mucho menos podrás imponérselo al resto de la sociedad, esa que efectivamente te rechazó en las urnas y otorgó a la derecha la mayoría en la Asamblea Legislativa.

Quienes en esas condiciones le exigen al FMLN el retorno a la pureza de su programa histórico, revolucionario y socialista, le están exigiendo con otras palabras que renuncie a sus alianzas con los sectores moderados, y en consecuencia a toda posibilidad de ganar otro periodo en el gobierno. Pero eso, como bien decía Roque Dalton, es confundir al partido con mi abuelita Eulalia, o a la política con el catecismo. La política no es otra cosa que la lucha por el poder, y cuando este se ha conquistado, la lucha por preservarlo. Todo lo demás es pura retórica mesiánica.

Lo que ocurre es que mientras los mesiánicos, exaltados por las hermosas metáforas bíblicas, ofrecen el reino de los cielos en la tierra, lluvias de maná y ríos que fluyen leche y miel, los políticos devenidos en funcionarios, constreñidos por las correlaciones de fuerza y la realidad del menguado presupuesto nacional, solo pueden implementar limitados planes de vivienda mínima, luchar por bajarle unos centavos al precio al frijol, y llevar gradualmente el agua potable hacia más hogares.

Pero esto si son funcionarios honrados y eficientes, empeñados en esos modestos pero concretos esfuerzos. Los mesiánicos pueden darse el lujo de seguir ofreciendo el paraíso en sus llameantes discursos o sermones. Total, nadie se queda pobre por las promesas que le hace al prójimo. Pero si los funcionarios no hacen su sencilla tarea práctica, por más alianzas tibias y por más hibridaciones programáticas que hagan, los mismos ciudadanos que mediante las urnas los colocaron en los cargos públicos, serán quienes en las mismas urnas los barrerán en las próximas elecciones.

Mesiánicos y políticos

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.