LPG-Desdolarización: capítulo cerrado “a medias”

 Escrito por José Tomás Calderón González.02 de Diciembre. Tomado de La Prensa Gráfica. 
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En una democracia, es entendible que cuando llega un nuevo partido al gobierno se implementen políticas públicas diferentes, y si somos realmente democráticos, se debe respetar el camino trazado por el nuevo Gobierno, siempre y cuando este no atente con el sistema de gobierno legalmente establecido. Sin embargo, debemos decirlo: la incertidumbre de este país carcome y lentamente nos está matando el espíritu. La declaración patrimonial, la inseguridad jurídica y física, la carga tributaria, el acoso del Ministerio de Trabajo, tienen un efecto desalentador, y lo digo, porque si hubiese un convencimiento de que estas acciones fomentaran un desarrollo sostenible para nuestro país, lo aplaudiría independientemente viniera de un gobierno de izquierda, centro o derecha.

El tema de una semana recién pasada fue la desdolarización, otro tema que genera desconfianza y minimiza la inversión privada, y ciertamente el presidente Funes ha expresado que “se descarta la desdolarización en el país” y “para mí, capítulo cerrado”; sin embargo ratifica que la “desdolarización” es una postura exclusivamente partidista del FMLN, y por lo tanto preocupa que en la actual estructura de gobierno, exista el gobierno del presidente Funes y el gobierno sombra del FMLN.

Sea cual sea su relación, el hecho es que el gobierno del presidente Funes no puede tener,una forma de asegurarnos certidumbre más allá de 2014, fecha en la que termina su mandato. El FMLN, por el contrario, está construyendo la máquina que le permitirá establecerse sin compromisos en el poder posteriormente de la forma que le gusta. Y mientras, tema como la desdolarización seguirán vivos mientras el FMLN mantenga sus posturas.

Los antidemocráticos o populistas, generalmente constituidos por minorías radicales que logran posicionamientos relevantes en estructuras partidarias o en el Estado, aplican la estrategia “sin tiempo ni frontera”, haciendo uso de herramientas político-económicas para alcanzar sus fines de poder totalitario.

Visto lo anterior, es totalmente entendible que el FMLN tenga como punto de agenda la desdolarización, en cuanto le facilitaría el camino para la toma del poder absoluto mediante un representante de su minoría ideológica, ya que se puede suponer que al provocarse la desdolarización el Estado recaudaría miles de millones de dólares de nuestra economía al sustituirlos del sistema financiero por colones recién emitidos, utilizaría esos dólares para campañas populistas cortoplacistas que lo haría de seguidores que lo perpetuarían en el Gobierno (aunque luego el país sucumba totalmente y la pobreza aumente), alejaría la inversión privada, desestabilizando consecuentemente a los demás partidos políticos (en especial a su principales opositores), para terminar mediante un efecto de implosión con la democracia representativa, ya que se posicionaría como la única fuerza política del país.

Lo anterior nos hace ver que más que solo un tema económico, la desdolarización tiene implicaciones totalitarias y antidemocráticas, y es por ello que muchos consideramos que la “desdolarización” es un tema no negociable en la agenda de país, y continuará siendo un capítulo que no podemos cerrar. En ese sentido debe convertirse en una labor permanente de los salvadoreños crear los canales para la suscripción de un nuevo plan de nación sobre la base del consenso de las diferentes fuerzas políticas, sectoriales e ideológicas de este país, fundamentados en las partes de beneficio que el pensamiento de la derecha, centro o izquierda pro activas, anti populistas y democráticas postulen y que nos permitan salir del tercer mundo, mediante la proyección del largo plazo, la estabilidad y la ansiada tranquilidad social.

Desdolarización: capítulo cerrado “a medias”