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2010/12/05

LPG-Crisis no cambió tendencia del gasto de remesas

 En la bonanza o la crisis económica, las familias salvadoreñas siguen derrochando el dinero que les envían sus familiares en consumo, mientras que los niveles de ahorro e inversión en educación continúan a la sombra de los bienes.

Escrito por Sigfredo Ramírez.05 de Diciembre.Tomado de La Prensa Gráfica. 

“El crecimiento de las remesas ha sido lento en 2010, eso afectó la reactivación porque las remesas inciden en el consumo que es el motor de la economía salvadoreña.”

{/icomillas}{tcomillas}Roberto Rubio, director ejecutivo de FUNDE{/tcomillas}{icomillas}

“Esperamos que la economía de EUA se recupere porque dependemos mucho de lo que nuestros hermanos salvadoreños, sacrificándose, le regalan al país.”

{/icomillas}{tcomillas}Héctor Dada, ministro de Economía{/tcomillas}{icomillas}

“Las familias declaran que casi un tercio de sus entradas son remesas, eso es importante, y si esas personas no reciben o se reduce hay un impacto importante es sus finanzas.”

{/icomillas}{tcomillas}Miguel Corleto, director general de la DIGESTYC{/tcomillas}{/comillas}

No toda la actividad de la economía local se transformó por la crisis financiera, un periodo complicado para miles de familias que vivieron la reducción en sus ingresos. En 2010, se puede afirmar que hay tendencias que disminuyeron pero que no cambiaron, como el uso que se le da al dinero que envían los miles de salvadoreños que residen en el exterior.

“Lo primero que les ha afectado a los hogares receptores de remesas es el consumo. Si se recibe menos dinero se tiende a cortar gastos como turismo o la comida preparada fuera del hogar, los presupuestos se ajustan, pero el consumo sigue siendo en lo que se va gran parte de las remesas”, precisó Miguel Corleto, encargado general de la Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC).

Con las últimas proyecciones estadísticas recopiladas de los 14 departamentos a la mano se puede observar que el destino de las remesas en 298,536 hogares es el consumo, en contraste con 29,019 que lo invierten en la educación y 5,222 que ahorran el dinero enviado por sus parientes.

En la encuesta, el consumo es entendido como el gasto familiar en alimentos y vestuario, entre otros; que se distingue de la compra de insumos agrícolas, el comercio, pago y reparaciones de vivienda y gastos médicos.

El rubro de hogares que más consume es el tramo de aquellos que reciben entre $46 y $113 cada mes, que suman 94,003 familias.

Las estadísticas más recientes de la DIGESTYC son de 2009, un año marcado por la crisis económica en el que el consumo salió a flote y no cambió la tendencia de 2008, donde 340,082 familias que declararon recibir remesas lo gastaron en consumo.

En opinión de Roberto Rubio, presidente de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), una de las lecciones que deja la relación entre consumo y remesas es: “A principios de los noventa, cuando la economía estaba creciendo nos dedicamos a comernos el pastel y no hacerlo crecer, nos dedicamos en exceso al consumismo, el país se volvió en un gran supermercado”.

Sin embargo, a pesar de que el ahorro o la inversión en educación son ahogados por el consumo, el presidente de INTEGRA, Luis Castillo, una entidad financiera especializada en prestar servicios financieros a micro empresas, rescata lo positivo.

“La remesa es un volumen de dinero que entra a la economía y que genera demanda de productos, lo que favorece el comercio de los microempresarios en los pueblos. Muchos de los negocios vienen del poder de compra de las remesas”, planteó Castillo.

Pilar de las familias

La crisis económica le ha enseñado a Erica Flores trucos para ajustar el presupuesto familiar. Las finanzas del hogar se resumen a grandes rasgos en saber administrar el dinero que le envía su madre cada mes, por conducir tráileres en las autopistas de California, Estados Unidos.

“Desde los 18 años manejo todo lo que nos manda mi mamá para mis hermanos, algo que se ha complicado en los últimos meses porque envía hasta un 30% menos y no a tiempo para pagar renta y las cuentas”, explicó Erica, quien no ve a su progenitora, Daysi Flores, desde hace más de una década.

El ingreso mensual de los hijos de Daysi se resume en remesas. Algo en lo que no son los únicos, puesto que según las estadísticas del Gobierno, de las familias que reciben dinero, ese ingreso significa casi un tercio de cualquier entrada que tengan en el hogar.

“Las familias declaran que casi un tercio de sus entradas es la remesa, eso es importante, y si esas personas no reciben o se reduce hay un impacto importante es sus finanzas”, explicó Corleto.

En concreto, la reducción promedio de las remesas mensuales en 2009 fue de 2.7%, lo que se traduce a $4.70 menos para cada hogar que recibe ayuda de sus familiares en el exterior.

Según la DIGESTYC, en términos agregados, la baja es considerable pues se trata de promedios, y contempla que el ingreso mensual de los hogares pasó de $176.20 a $171.50.

Crisis no cambió tendencia del gasto de remesas

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