Escrito por Marvin Aguilar.16 de Diciembre. Tomado de La Página.
Los que se oponen a la educación sexual en las escuelas, y por ende a una masificación en el uso del preservativo, aducen motivos de valores morales burgueses/comunistas; costumbres salvadoreñas que se verían vulneradas en caso de que se permita explicar a menores su uso. Se acusa a la sexo-educación de promover las relaciones libres e irresponsables entre los jóvenes, animalizar la sexualidad, y hacer ver el sexo sin matrimonio como algo normal y propio de la aberrante pos modernidad.
Claro, como todo eso no pasa en El Salvador, y nunca han sido la violencia, interés, engaño, presión social las maneras de aparearse de los salvadoreños, no dudan en hacer de los miedos de la población su bandera para defenestrar el uso del condón. La negación total se ve aderezada por un provincialismo intelectual que delata: una imposición desde el extranjero por medio de organismos internacionales patrocinados por los fabricantes de látex, que de seguro persiguen y desean destruir a nuestra patria. Esto es refutable, ya que ahora sabemos por medio de los cables liberados por Wikileaks, que dentro de los 100 puntos geoestratégicos ubicados en el planeta, El Salvador no figura en ellos.
Por otro lado, los países del primer mundo están cansados de cargar con la improvisación de las naciones del tercer mundo, que solo extienden la mano para pedir, pero inexplicablemente se ven incapaces de darle en sus propios territorios lo básico a sus habitantes, que oscilando entre pobreza-relativa-extrema deciden emigrar hacia donde ellos – los pobres periféricos- suponen esta la olla de oro al final del arco iris. La última vez que estuve en L.A. noté como un grupo de inmigrantes sin papeles debido a la crisis se apostaban en los semáforos para ofrecer diversos productos, el alcalde Villaraigosa habilitó una línea telefónica para denunciar y proceder a desalojar estas ventas ilegales. ¿Creemos que a los anglos les gusta que les convirtamos sus ciudades en espejo de San Salvador?
Nada dicen los opositores al condón sobre la sistemática política de expulsión de salvadoreños que ha tenido nuestra patria desde la década de los 50´s. esto ya nos llevó a una guerra con Honduras; y a mendigar en nombre de ellos y, utilizar a los migrantes nacionales ante los países del núcleo para mantener un sistema consumista. Esto mismo está haciendo que estemos llenando las ciudades de cinturones de pobreza que encuentran en la informalidad su forma de vida.
La hipótesis de lo desconocido vence a la experiencia.
Levantan su lucha fundamentalmente contra tres ciencias: la psicología, antropología y la sociología. Pero llama igualmente la atención que estas personas preocupadas por nuestros valores, jamás hablan de los mass media que inundan de sexualidad las mentes de nuestros menores y jóvenes: el cine, televisión y la música. Conscientes del enorme poder de estos medios, enfilan sus argumentos sobre la población; así en lugar, o, igual a la par promover una nueva Ley de Espectáculos Públicos, que ya nuestra Constitución prevé, optan por reformar la misma para regular, interpretando a su idea el libre albedrío: lo que los salvadoreños debemos o no hacer en la cama.
Uno de los argumentos esgrimidos por el Vaticano para explicar el fenómeno de los abusos a menores es: que hay una atmosfera de relajamiento de las costumbres, y una constante exposición permisiva a la sexualidad a través de los medios que resulta imposible que no se vean contaminados algunos religiosos y finalmente caigan en el pecado. ¿Si un guía espiritual puede verse afectado por los medios, qué pueden causar en los simples mortales salvadoreños?
La guerra contra las drogas, en la práctica no elimina consumidores, sino que persigue preferentemente a los productores y vendedores. De esta manera mientras haya consumidores del primer mundo existirán proveedores del tercer mundo interesados en ese mercado que deja jugosas ganancias. Entonces, igual están aquí los que se oponen al uso del condón y promueven no sé, si ingenuamente, o por un malvado literalismo bíblico, por un conservadurismo ideológico quizá sostener el argumento de la abstinencia y fidelidad; obviando que somos un país tropical, pequeño y hacinado, con una población sin información sexual de ningún tipo, mal educada en relaciones humanas, egoísta e inmediatista.
China comunista ha admitido siempre la censura de contenidos en todos los medios de comunicación para defender, dicen, sus patrones políticos, los valores y la cultura local. ¿Por qué no impulsan aquí los nacional religiosos una Ley de Espectáculos Públicos y medios de comunicación, internet que regule lo que ven nuestros menores de edad? ¿No está en el ambiente el origen de la perdida de valores? Y ¿si no está allí? ¿Dónde estará, además de en un degenerado preservativo? O ¿Podría ser que los impulsos y el placer sexual sean biogenéticamente correctos, y tan solo hay que educar en la sexualidad de manera realista a nuestros menores, sin culpar a los medios del cambio de costumbres por el que atravesamos? ¿Qué es mejor: la ética, que hace sociedades civilizadas y pacificas o, la moral burguesa/comunista: que vuelve intolerantes a los humanos frente a la diversidad?
En El Salvador la jodienda no tiene enmienda.
La promiscuidad no es solo cuestión de machos, las hembras también son promiscuas, no tanto como los machos pero lo son; es más, el amor en la sociedad salvadoreña, si lo analizamos por la cantidad de divorcios/separaciones existentes ahora, es finalmente una actividad egoísta, no es colaboración, por causa que ambos tienen intereses diferentes. Esto es debido a la evolución del gen egoísta. ¿Imaginan lectores, si decidimos toda la humanidad basados en la moral burguesa/comunista, casarnos sin ninguna experiencia sexual? Mi generación se está divorciando, y los que no para llevar la carga del matrimonio son infieles; unos pocos son responsables a la palabra empeñada de la monogamia. En el área rural es aun más trágica la vida sexual.
Las infidelidades femeninas según Tim Birkhead están dejando un saldo trágico: entre el 8% y 10% de los hijos no son descendencia de su padre legal. Soy creyente de que la costumbre educada en el uso del condón resultaría en menos hijos indeseados y frustrados en hogares violentos. Las hembras en esta sociedad culturalmente atrasada han sido entrenadas para buscar señales que indiquen posición social en el macho. Este emparejamiento mental, podría ser sustituido en las proscritas clases de educación sexual, es decir dejar de creer que con un hijo se atrapa al macho, y una vez cazados, si deciden ser finalmente ambos infieles, parafraseando lo que decía Benedicto 16, comiencen por humanidad a exigir el preservativo a su amante.
Cometen una gran equivocación quienes desde su moral burguesa/comunista pretenden encarrilar a los salvadoreños por el único camino correcto; cada laguna tiene su desagüe, y El Salvador es una poza de agua, donde como tiembla mucho el que no se cae, cuando menos, se resbala.
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