Contra Punto-Quieren una capital del primer mundo... - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Ovidio M. González.16 de Diciembre. Tomado de Contra Punto.

en un país del tercer mundo.
SAN SALVADOR - En el siglo pasado, en el lugar conocido como Hula Hula, había un mercado y el gobierno de aquel entonces –central y municipal no se diferenciaban- decidió darle fuego y para ello echó mano de uno de sus esbirros, el tristemente célebre, Torres Valencia, quien, dicho sea de paso, fue defendido entre otros estudiantes de derecho, por Roque Dalton, ciertamente, lo que buscaban era sacar a la luz a los autores intelectuales del hecho macabro.
Los gobernantes de aquel entonces no querían un mercado en el centro de la capital y no les importó dejar en la calle a aquellos antiguos mercaderes, ahora tampoco los quieren en la calle. Y si antaño acudieron al fuego, ahora acuden con saña a la destrucción de las humildes ventas y a la represión física de sus personas. La crueldad contra este humilde sector de la población trabajadora es inaudita e inhumana.
Sus largas jornadas de trabajo, las condiciones inhóspitas en que laboran y los ingresos miserables que perciben, nos obliga a pensar que si se dedican a tal actividad es porque el sistema socioeconómico en que vivimos no les ofrece otra alternativa. Para ellos no hay seguro de salud, de vejez o de invalidez, ni aguinaldo ni vacaciones, por eso laboran hasta que la muerte los encuentra bajo el tórrido sol del trópico o la pertinaz lluvia del invierno, además de ser víctimas de los renteros o del CAM, los modernos “torres valencia”. Sin embargo prestan un valioso servicio a la población de bajos ingresos, quienes sólo llegan a los modernos centros comerciales a pasear o a ver que les gustaría tener, pero para comprar, acuden a los productos de menor precio de los vendedores informales, a esos que el alcalde quiere hacer desaparecer.
Pienso que a todos nos gustaría tener una ciudad bonita, una capital del primer mundo, y particularmente europea, como Paris, Lisboa, Madrid o Roma, donde sus centros históricos preñados de monumentos, edificios y bulevares atraen a miles de turistas y son un orgullo de sus ciudadanos, etc. etc. sin embargo, mientras no se genere suficiente empleo formal y mientras los ingresos de los trabajadores asalariados sean tan bajos, seguirán existiendo los vendedores informales y es que  los necesitamos! Además, no poseemos en demasía monumentos y edificios históricos como para que fuese declarado nuestro centro histórico patrimonio cultural de la humanidad. A Colón, dicen que cumpliendo la Ley del Talión, le cortaron la mano y ahora le apodan Cristóbal el manco.
Pero volviendo a nuestros vendedores informales, llamados así, seguramente, porque no llenan la formalidad de entregar factura y tampoco de cobrar el IVA, aunque son muy formales en su trato con la clientela, dicen sus detractores que ocupan espacios públicos de manera ilegal, pero ¿qué otros espacios podrían ocupar? ¿Los privados? Se trata de salvadoreños pobres que necesitan trabajar honradamente para vivir y que no encuentran otra opción que no sea ocupar esos espacios públicos, por donde transitan muchas personas, para ubicar sus negocios. ¿Tendrá alguien la autoridad moral y jurídica para condenarlos a la muerte o para ser inducidos a realizar otro tipo de actividades reñidas con la ley? ¿Por qué la ANEP que está por el respeto a la empresa privada y la libre iniciativa no los defiende? ¿Por qué Fusades partidaria del mercado y de la libre competencia no se pronuncia? ¿Por qué calla el movimiento social? ¿Y el FMLN  ó el Presidente que ha manifestado dejarse guiar por las enseñanzas de Monseñor Romero no adopta una postura de opción preferente por los pobres? ¿Qué opina la Corte Suprema de Justicia sobre el derecho a usar un espacio público de manera pacífica y con el fin de beneficiar a otros a la par que se benefician a si mismos, principio máximo del liberalismo? ¿El fiscal no debería de perseguir de oficio a quienes de manera violenta destruyeron la propiedad privada de los vendedores, a la par que los golpearon salvajemente?
¿Qué intereses ocultos estará defendiendo el alcalde? ¿Serán los intereses de algunos miembros de la Cámara de Comercio? ¿O será la propiedad territorial que, ciertamente, garantiza potencialmente unas rentas absolutas y diferenciales elevadísimas, lo cual se traduce en unos precios por vara cuadrada de la propiedad del terreno en esas zonas del centro, que no pueden materializarse a causa de la presencia de los vendedores informales, los que impulsan toda la actividad de desalojo por parte de la municipal?
Piense y opine, tenga presente que en su desvarío –la riqueza potencial obnubila hasta la mente del mejor cristiano- el alcalde está pensando, incluso, en prohibirnos que les compremos a quienes venden a precios más bajos, por que obviamente, lo hacen en la calle.

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