EDH-Trascender a los partidos

 Luis Mario Rodríguez R.05 de Diciembre.Tomado de El Diario de Hoy. 

Las encuestas siguen mostrando al Presidente de la República como un líder con enorme arraigo en la conciencia ciudadana. Los especialistas separan el respaldo a la persona de la eficacia en el cumplimiento de las promesas electorales. Asimismo reconocen que no es privativo del Presidente Funes el obtener un importante respaldo de los salvadoreños aunque en materia de seguridad pública, economía familiar y empleo, la evaluación sea en términos negativos. El ex Presidente Saca obtenía similar evaluación en el quinquenio anterior. Lo que realmente separa el caso Funes de los otros mandatarios en las encuestas de opinión, es la identificación por parte de los entrevistados de las actitudes que el gobernante presenta al momento de relacionarse tanto con el partido oficial, FMLN, como con el principal partido de oposición, ARENA.

A casi un año y medio de mandato, el Presidente ha sido consecuente con lo que en repetidas ocasiones prometió durante la campaña electoral. Sus referentes serían Estados Unidos y Brasil, la política exterior no estaría centrada en bloques ideológicos, su agenda no sería la chavista o la cubana y su idea de la democracia estaría cimentada en el respeto absoluto de la Constitución de la República. FUSADES reconoció en la evaluación del primer año de gobierno, el claro compromiso con la democracia por parte del mandatario. La prudencia en el caso del golpe de Estado en Honduras y su decisión respecto de no ceder la presidencia del Registro Nacional de las Personas Naturales al FMLN, fueron dos de los casos que sustentaron esta tesis.

Su actitud con la oposición política ha sido la que mandan las formas en política. Ni se ha "derechizado" como lo acusan los blogs y algunos líderes históricos de izquierda, ni ha rechazado todo aquello que viene de la derecha política. Ha intentado estar en el medio en un año que no ha sido fácil por la recomposición en la Asamblea Legislativa y porque ha debido lidiar con los reclamos de su mismo partido, lo que como era de esperarse, ha sido bien aprovechado por Alianza Republicana.

Estas actitudes han posicionado al Presidente en un espacio nunca antes penetrado por ningún líder político. Los anteriores gobernantes o mantuvieron sus cargos en el partido político que los llevó al poder, o si no pertenecían orgánicamente, no existieron, o por lo menos no públicamente, diferencias como las que hemos podido observar entre el actual Presidente de la República y el FMLN. Estos hechos, actitudinales y discursivos, son percibidos por los ciudadanos como positivos, pues permiten ubicar al mandatario en el eje de los "sin partido", de los "moderados" y de los "angustiados" por resolver su situación económica familiar.

Tal privilegio abre la posibilidad para que el Presidente adopte decisiones políticas principalmente orientadas a la unificación del país en temas urgentes como la seguridad ciudadana y la reactivación económica. No cabe duda que una actitud más serena del Presidente, abierta al diálogo y también a la crítica, le permitiría en lo que resta de su mandato, construir grandes acuerdos para implementar políticas de Estado que trascendieran de un gobierno a otro.

Cuando de las actitudes pasamos a otras variables, surgen interrogantes que probablemente los ciudadanos, por las razones que sean, no alcanzan a descifrar. En el citado informe de FUSADES, al evaluar el primer año del Presidente, se estableció que si bien "el FMLN cuenta con un 44% de los cargos totales en ministerios y viceministerios, al ponderar las carteras vis a vis el presupuesto asignado, el FMLN tiene un 63% del presupuesto total para ministerios y viceministerios…".

Lo que el informe aclaró, es que los ministerios cuyos titulares son miembros activos del FMLN, algunos parte de su Comisión Política, ocupan las instituciones del Estado con mayor poder económico, pues son entidades relacionadas con la construcción de infraestructura, la salud y educación de los salvadoreños y la seguridad pública. Por supuesto que estar al frente de las más importantes carteras de gobierno, le permite al partido oficial llegar a la mayor parte de la población, como lo hizo durante veinte años los que ahora están en la oposición. Cuando este hecho, comprobable a todas luces, se contrasta con las actitudes del Presidente hacia el FMLN, aclarando que no camparte su sueño socialista sino una patria unida y desarrollada, muchos piensan que el equilibrio entre lo que se dice y la composición del gabinete tiene un ingrediente de difícil comprensión política.

Al margen de estos datos, que no son irrelevantes y merecen reflexión, la cierto es que el Presidente Funes tiene una oportunidad histórica que podría, parafraseando a Sebastián Piñera, "rejuvenecer la democracia", implementando no sólo los aspectos pendientes de la reforma política tantas veces citada en diversos artículos de opinión, sino también construyendo la confianza necesaria entre los diferentes actores sociales y empresariales, que nos llevarán finalmente al inicio de un acuerdo nacional que podría transformar al país en lo económico, lo político y lo social.

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