EDH-Transparencia es más que ley y formalidades

 Ricardo Chacón.05 de Diciembre.Tomado de El Diario de Hoy. 

El problema no es de organismos y de leyes, la cuestión tiene que ver con las actitudes de cómo y por qué se hacen las cosas. En general toda la vida de una persona, de un grupo o de una institución debe vivirse de cara al sol, con honestidad, sabiendo que muchos actos se han hecho bien y a lo mejor otros más no tan bien. Incluso, el yerro cometido se tiene que asumir con humildad.

Está por demás decirlo que hablamos de personas con honor, que se guían por sanos principios y que la "mala voluntad" no suele ser la brújula de sus actuaciones. Puede haber error, equivocación, pero nunca dolo.

¿A qué viene esto? La respuesta es sencilla. Existe un amplio sector de la clase política, particularmente en la Asamblea Legislativa y sus "alrededores", que toca a otros órganos del Estado, que se siente "envalentonado" porque esta semana aprobaron una primera ley de acceso a la información pública (ya era hora); porque tienen en sus manos legislar sobre la libertad de expresión, luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre el Artículo 191; porque "quieren" darle más dientes jurídicos a la ley del Tribunal de Ética Gubernamental; porque existe una unidad del gobierno denominada, pomposamente, Subsecretaría de Transparencia y Anticorrupción.

Sin embargo pocos, o casi nadie, tienen la valentía de enfrentar los problemas de transparencia como debe ser; permítanme comentar algunos ejemplos:

Se dice con insistencia, y en este periódico lo hemos publicado con suficientes fuentes de respaldo, que la Asamblea Legislativa aprobó un presupuesto "en blanco" y que, al parecer, en esas páginas que faltan habría un sustancial aumento de plazas en la Asamblea Legislativa. Esto tiene que ver con el partido con un solo diputado que posee entre 13 y 16 empleados en la Asamblea y que, según el exdiputado, Juan Pablo Durán, el jefe de ese partido le prometió una "plaza cobra".

En otros lares, tenemos a los aviones de guerra para enfrentar el narcotráfico; no dudo de que el país necesita y su ejército profesional requiera renovar sus herramientas, sean estas armas de asalto para la infantería, aviones de combate para la aviación o barcos para la marina. Sin embargo pareciera que no es el mejor momento para estas iniciativas, menos cuando Europa, por citar un ejemplo, para enfrentar la crisis económica que padece ha tomado decisiones radicales como que Inglaterra y Francia utilicen las mismas bases militares y así ahorrar costos operativos o que se ponga en venta un portaaviones.

Aún más, hay problemas de transparencia cuando, al parecer, las negociaciones para la compra de los aviones de guerra brasileños ya están muy adelantadas.

Con estoicismo he seguido gran parte del proceso para la aprobación de la ley Acceso a la Información Pública, aprobada por ARENA, FMLN y el diputado del CD, el pasado jueves en la noche; para ello hubo cualquier cantidad de proyectos de ley, no se sabe cuántas "consultas" (muchas pagados con fondos extranjeros) e incluso las autoridades del nuevo gobierno "le dieron otra revisada y por supuesto la sometieron a otra consulta". Pues bien, en el "último debate" previo a su aprobación varios de los insignes legisladores argumentaron que "no se conocía a fondo el proyecto de ley que se discutía". Y por supuesto, el gran debate, como lo venía siendo desde hace tiempo, es quién preside, quién nombra, cuáles serán las funciones del organismo y quién lo dirigirá. Poco se planteó sobre "cómo ir modificando la cultura" para que tanto el funcionario, la estructura institucional, al igual que la población puedan ir forjando una gestión transparente que permita, incluso, poner en cuestión las estrategias. Esto parece que poco importa.

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