Comentarios mas recientes

2010/12/18

EDH-Soltar lastre, sin reparar el motor

 Carlos Mayora Re.18 de Diciembre.Tomado de El Diario de Hoy.

Dependiendo a quién se le pregunte, las respuestas sobre las causas del deterioro de la economía cubana, pueden variar.

Para unos la insostenible situación es fruto de los dieciséis huracanes que sufrió la isla desde mil novecientos ochenta y ocho, las sequías prolongadas y la caída de los precios de los productos de exportación. Amén del bloqueo.

Para otros, tiene más que ver la menguada eficiencia laboral de los cubanos, la obsoleta infraestructura productiva del país, la baja natalidad y el envejecimiento de la población.

En medio, se hallan partidarios de culpar la deficiente puesta en marcha del comunismo, o a la ideología marxista en sí misma. Pero todos coinciden, sin importar el territorio ideológico en que estén instalados, en que la supervivencia económica pasa necesariamente por el aligeramiento del Estado.

Cinco millones de empleados públicos, de una población de poco más de once millones, son muchos trabajando para el Estado. No es que sean burócratas y funcionarios solamente, es que la mayoría trabaja para la Revolución. Lo reflejan las estadísticas: tres millones de estudiantes, cinco millones de trabajadores, tres millones de personas en categoría de "no económicamente activas", componen la distribución poblacional en relación al trabajo.

En teoría, los cooperativistas deberían generar sus propios salarios, la economía del Estado debería descansar en el trabajo de sus ciudadanos, pero no es así. Por eso la anunciada "actualización del modelo económico cubano", está despertando los mayores temores y expectativas.

Según el plan, el Estado va a prescindir de más de un millón de puestos laborales, no de personas. Pues pretenden instalar en nuevas colocaciones a casi seiscientos mil de los que ocupaban las plazas suprimidas. Con el resto, cuatrocientos mil, La Habana pretende echar a andar un programa de fomento de la pequeña empresa, es decir, empresa privada.

Además, intentan revisar las funciones del Estado. Hasta hoy, un puesto de reparación de zapatos y un ingenio cañero tenían el mismo sello estatal: el país pagaba indiscriminadamente sueldos y vacaciones, suministraba alimentos subsidiados a los obreros y no se preocupaba de auditar resultados.

Hasta ahora, los salarios estaban medidos con la vara de la antigüedad. Desde ahora, pesará más la idoneidad. Hasta ahora, la iniciativa laboral y la planificación de las empresas era encomendada al Estado, sin embargo eso no cambiará.

Al evaluar centros de producción con sobre empleo y baja eficiencia, no les ha quedado más que "abandonar las empresas ineficientes y proyectos incapaces de recuperar lo invertido". En el papel suena no sólo lógico, sino justo. Aunque en la vida real no quede más remedio que despedir personas.

Las únicas opciones que van quedando es lo que en Cuba se conoce como "cuentapropismo", o trabajo por cuenta propia, que --a pesar de las apariencias--, también se encuentra intrincadamente regulado. Un botón de muestra: se reconocen sólo ciento setenta y ocho trabajos legales en Cuba.

En fin, para el que pensó que La Habana estaba dando un giro hacia la iniciativa privada, la realidad no dejará de causarle una profunda desilusión. Mientras que para el que está convencido de la sabiduría e idoneidad del Estado para regular la vida privada, pública y laboral de los ciudadanos, podrá respirar aliviado: no habrá cambio radical.

Lo que está por ver, es cuánto más podrá sostenerse una situación en la que la economía se deteriora a grandes pasos, porque la libertad sigue encorsetada, la iniciativa privada dirigida y el Estado dando de comer, proporcionando educación y salud a una gran cantidad de ciudadanos que no contribuyen lo necesario con su trabajo, para generar los recursos que demanda esa delicada coyuntura.

elsalvador.com :.: Soltar lastre, sin reparar el motor

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.