Carlos Ponce.01 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
La semana pasada, el Alcalde de San Salvador, Norman Quijano, en un esfuerzo determinado por hacer prevalecer el orden, lanzó el más reciente operativo orientado a desalojar a los vendedores informales, que se han apoderado ilegalmente de las arterias del centro capitalino. La loable y decidida iniciativa municipal, de ser permanente y efectiva, traerá consigo beneficios significativos a la población salvadoreña. Entre ellos, una importante reducción en la sensación de inseguridad y la incidencia delincuencial.
Las medidas impulsadas por Quijano son, por lo tanto, una respuesta ejemplar ante el llamado del Presidente de la República a unirnos todos para luchar contra la criminalidad, dejando atrás las ideologías y preferencias políticas a favor del bien colectivo. Las declaraciones recientes de Monseñor Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, en las que exhortó al Gobierno central a apoyar el esfuerzo de la Alcaldía, son congruentes con esta perspectiva.
No obstante, la respuesta inicial del aparato de seguridad del Ejecutivo ante el último desalojo en la Calle Arce, irónicamente contradice el espíritu del llamado a la unidad del Ejecutivo, una vez más sugiriendo que en dichas instituciones predominan los principios y obligaciones ideológicas y políticas sobre los criterios técnicos. Según lo que ha trascendido en los medios de comunicación, el contingente policial presente durante el operativo de la semana pasada, se limitó a presenciar los hechos, a pesar que se registraron daños a la propiedad privada, saqueos de negocios ubicados en la zona y personal municipal lesionado, perpetrados por turbas de supuestos vendedores informales.
El Alcalde Quijano públicamente se mostró poco conforme con la reacción de la Policía. En respuesta, el Ministerio de Justicia y Seguridad, empleando un tono desafiante e inapropiado (considerando la naturaleza de su rol dentro del Gabinete), y en sintonía con declaraciones brindadas por altos funcionarios policiales durante la noche del operativo municipal, trató de justificar la débil y casi nula participación de efectivos de la PNC. Su argumento principal era que se habían limitado a acatar lo solicitado en la correspondencia oficial enviada por la Municipalidad al Ministerio para coordinar el reordenamiento programado.
Aun siendo este el caso, la contraparte gubernamental, siendo los "expertos" en seguridad, debieron de haber advertido de forma oficial las posibles consecuencias del operativo, sugerir posibles modificaciones al plan del Alcalde y desplegar un contingente apropiado para atender el peor escenario posible. El Director de la Policía, por otro lado, presentó una explicación diferente, en la que sostuvo que él le había comunicado a un funcionario municipal que, debido a las emergencias en los presidios, no iban a contar con personal suficiente para el despliegue.
Dejando a un lado que su versión contradice a la del Ministerio, la justificación del jefe policial resulta poco creíble, ya que al día siguiente, en un esfuerzo por corregir el error mediático de la noche anterior, trascendieron imágenes en los medios de comunicación en donde se aprecian a policías adscritos a unidades diferentes a la UMO (dependencia empleada para controlar los presidios), repeliendo el avance de turbas de vendedores junto con el jefe de la Delegación Centro. Es decir, el operativo pudo haber contado con el apoyo de policías de unidades diferentes a las empleadas en el control de penales.
Estos acontecimientos llevan a plantear la siguiente interrogante: ¿La cuestionable respuesta policial inicial y la aparente negligencia de los funcionarios al no advertir oficialmente las consecuencias y sugerir alteraciones al plan municipal, revelan una motivación política por procurar que el desalojo fuera un desastre? Las instituciones de seguridad deben de dar señales inequívocas y claras que su trabajo no está influenciado por ideologías o compromisos políticos, para que la población confíe en ellos; de esa forma, obedientemente contribuirán a crear la "unidad nacional" a la que ha llamado el Presidente.
elsalvador.com :.: Reordenamiento de San Salvador y la respuesta policial
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