Contra Punto-Una nueva ley que significa nuevos desafíos - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Morena Herrera.01 de Diciembre. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR - Muchas de las reacciones que la aprobación unánime por parte de la Asamblea Legislativa de la Ley especial integral Para una vida libre de violencia para las mujeres, han sido de respaldo, alegría y reconocimiento por este paso. También ha habido algunas que expresan preocupación y otras que la atacan abiertamente. Lo interesante es que está generando un debate acerca de los múltiples significados que esta nueva norma puede tener para la vida en nuestra sociedad.
La labor que el ISDEMU, el Grupo Parlamentario de Mujeres, la Secretaria de Inclusión Social  y un conjunto de  organizaciones de mujeres y feministas realizaron para contar con un texto aprobado por todas las fracciones legislativas ha sido intenso y refleja un encomiable esfuerzo de concertación social y política, que coloca a El Salvador, como uno de los países que contarán a partir del 2012, con una legislación moderna y específica en materia de violencia contra las mujeres.
Este ha sido un paso que también refleja un largo camino sobre todo del movimiento de  mujeres y feminista, que ha luchado porque la violencia contra las mujeres se reconozca como problema social y político, ante el cual las instituciones del Estado tienen competencia y responsabilidad. Hace 16 años se logro que el 25 de noviembre fuera reconocido oficialmente por la Asamblea Legislativa como DIA NACIONAL DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, un hecho simbólico que este pasado 25 de noviembre tuvo su correspondiente sustantivo.
Es importante partir de reconocer que toda norma es mejorable,  ésta sin duda también tiene vacíos que con el tiempo y su aplicación será mejorable. Pero es innegable que su aprobación es el primer paso en el saldo de una deuda que el Estado salvadoreño tiene, no con las feministas y defensoras de los derechos de las mujeres, sino con todas las salvadoreñas, que hemos visto y sufrido la indiferencia – y en muchos casos hasta complicidad - de las instituciones ante las más crudas manifestaciones de agresiones sexuales, físicas, económicas y psicológicas, únicamente por el hecho de ser mujeres.
Los desafíos para que este texto se convierta en realidad son numerosos y diversos. Al ISDEMU le corresponde el papel de convocar y conducir la Comisión Técnica Especializada encargada de vigilar la aplicación. Otras instituciones del Gobierno Central, del Poder Judicial, del Ministerio Público y de los Gobiernos Municipales deben iniciar la creación de condiciones para asumir la responsabilidad que la Ley les asigna. Las organizaciones de mujeres y feministas debemos prepararnos para ejercer contraloría ciudadana vigilando la aplicación adecuada de la nueva Ley, aportando la experiencia y conocimientos especializados de muchos años de trabajo, en los que hemos sido casi las únicas atendiendo y previniendo este tipo de flagelos.
Cuando leo algunas de las reacciones, especialmente de publicistas y periodistas, que se asustan porque la Ley tipifica y sanciona la publicidad sexista y la denigración de las mujeres en diversos campos de la comunicación, pienso que acá las universidades, las escuelas de comunicación, y también las empresas de publicidad, tienen un gran desafío y una enorme oportunidad, pues la nueva normativa abre las puertas a la creatividad para el diseño de mensajes comerciales o no, en los que dejen de utilizar e instrumentalizar el cuerpo de las mujeres para “vender” casi cualquier cosa.
Quienes consideran que esta Ley atenta contra la libre expresión y creatividad, deben pensar en la necesidad de quitar un poco de polvo a sus neuronas, pues hasta ahora ha sido muy fácil manipular, directa o indirectamente, la imagen de la mitad de la población para sus “creaciones publicitarias”.
El reconocimiento, tipificación y sanción del feminicidio y de la violencia feminicida es fundamental en la Ley. Esto no significa que la vida de las mujeres valga más que la de los hombres o que “matar a un anciano sea menos grave que matar a una mujer” como algunas opiniones han sugerido. Lo que indica es una comprensión de las dinámicas misóginas o de odio contra las mujeres, y la intención de parar los asesinatos de mujeres donde el único riesgo y causa es, sólo el hecho de ser mujer. Se trata de las expresiones más crueles y extremas de la violencia de género, que en la mayoría de casos quedan en la impunidad.
La nueva Ley también tipifica y sanciona otro tipo de conductas discriminatorias y violentas que han limitado la participación de las mujeres en diversos espacios, que han asegurado y perpetuado el monopolio masculino de las instancias de decisión. Pero esto, no debe asustar a los hombres que aspiran a una vida democrática, donde la capacidad y la libre concurrencia sean la base para el reconocimiento y la representación social y política. Se trata de una medida que contribuya a superar la hostilidad contra las mujeres que, por el hecho de ser mujeres, tienen que vivir cuando incursionan en espacios de decisión.
En el transcurso de los próximos días, con expectativa se espera que la Presidencia de la República estudie la Ley y que el Presidente la sancione, en coherencia con sus compromisos y con su Plan Quinquenal de Gobierno. Este avance que celebraremos, nos colocará como sociedad ante nuevos retos, que podremos enfrentar si nos disponemos a conocer en profundidad la nueva Ley, a despojarnos de prejuicios, y a reconocer que, en la medida que construyamos relaciones basadas en el respeto a los derechos de todas y de todos, las sanciones, multas y penas serán menos necesarias.

Una nueva ley que significa nuevos desafíos - Noticias de El Salvador - ContraPunto