Ricardo Esmahan.21 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
WikiLeaks impactó en las noticias globalizadas, como un fenómeno que para medirlo en su justa dimensión se deben abordar las siguientes interrogantes: En primer lugar ¿qué tan significativas fueron las fugas de información secreta? En segundo lugar ¿cómo podría haber sucedido? En tercer lugar ¿el haberlas divulgado constituyó un delito? Y por último, ¿cuáles han sido sus consecuencias? Sin embargo, al final de cuentas y quizá lo más importante, es si la liberación de información de secretos de gobiernos que inciden en la palestra internacional por parte de WikiLeaks son un acto saludable.
La realidad de las filtraciones es un hecho que no revelan nada nuevo para la información de dominio público, sobre todo en las esferas de opinión política. Y a la opinión pública en general, le proporcionan cierta diversión por algunos comentarios sacados a luz. Comentarios divertidos e interesantes, aunque no sean significativos.
De hecho, los diplomáticos estadounidenses demuestran su agudeza, perspicacia y decencia. Algunos fragmentos anónimos dedicados a dirigentes de alto nivel, al parecer hechos por jóvenes diplomáticos, no sólo dan en el blanco, sino que están bien escritos y expresados con claridad. Yo diría que las filtraciones, en general pintan un cuadro halagador de la inteligencia de los funcionarios de Estados Unidos, sin que se revele, en su mayor parte, contenidos embarazosos.
Sin embargo, también hubo comentarios sarcásticos y tontos en algunas de las fugas. Sobre todo en comentarios personales sobre algunos líderes, los que fueron innecesarios y ofensivos. Pero es de considerar que la tarea de un diplomático es proporcionar el "feeling" de sus sedes en los más pequeños detalles; sin imaginarse, claro está, que sus observaciones jamás serían vistas por la gente no esperada.
Ingenuo sería pensar que las naciones tracen su rumbo geopolítico sobre tales insultos. Estos señalamientos personales son los pasajes más embarazosos de estas fugas, y son la "comidilla" de las noticias; pero no son ni serán causas de tensiones internacionales.
En conclusión podemos afirmar que lo "destapado" por WikiLeaks es una gran cantidad de información acerca de personajes no estadounidenses, que sin duda muchos ya conocemos, conscientes que los americanos lo sabían. Sólo que hoy, todos lo hemos visto por escrito en la red. Algunos califican el fenómeno como una etapa superior de la "redes sociales".
Es más, todavía hay expectativa y morbo de que WikiLeaks publique algún secreto norteamericano que sorprenda, que sea monstruoso, ya que a la fecha, si hablamos con franqueza, no se encuentra en lo publicado.
Difícil es imaginar un Estado o un negocio o una organización, incluso la Iglesia, actuar sin confidencialidad en sus comunicaciones internas. Ya no se diga en sus actuaciones diplomáticas. Las naciones manejan la diplomacia y ésta evita en lo posible la guerra. Una diplomacia sin privacidad haría imposible la misma diplomacia, en la cual, se buscan alianzas y a veces acercamientos de adversarios e incluso entre enemigos.
Julian Assange, el creador de WikiLeaks, ha estado insistiendo que él ha sido un receptor pasivo de información, de la cual él no tenía nada qué ver con su seguridad y custodia. Pero el gobierno norteamericano ha advertido en varias ocasiones que busca la manera de acusarlo formalmente de espionaje por la difusión de miles de cables confidenciales de su diplomacia.
El Salvador y sus connotados políticos, no han estado exentos de la polémica mundial despertada por WikiLeaks. El Presidente de la República ha manifestado con mucha objetividad que no juzga si son correctos o incorrectos los contenidos de los informes que envió al Departamento de Estado un funcionario de la Embajada de Estados Unidos y cómo percibió y calificó a su administración.
resmahan@hotmail.com
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