Marvin Galeas.09 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Manuel Enrique Hinds es sin lugar a dudas uno de los más brillantes intelectuales que ha nacido en El Salvador. Es el clásico pensador que no hace concesiones de ningún tipo cuando de exponer y defender los principios liberales se trata. Sus columnas y exposiciones verbales, magistralmente argumentadas, ricas en datos, no son sólo escudo. Son también espada que rompe y rasga. Hiere. Sin importar a quien. Y ese es un gran mérito en un país en donde los que parecían acérrimos defensores del "sistema" se bajaron los pantalones ante el primer ofrecimiento de Palacio.
El pensamiento de Manuel Enrique es claramente liberal, en el sentido más clásico. Esto quiere decir que es un pensamiento firmemente arraigado en los principios de la democracia, la economía de mercado y el respeto a la ley. Esa firmeza de principios es precisamente lo que le confiere una cosmovisión flexible de la cambiante realidad y lo aleja de cualquier quebradiza rigidez. Calificar a Manuel Enrique de ortodoxo, como lo hacen algunos de este y del otro lado del río, es una tontería.
El Manhattan Institute ha informado que Manuel Enrique Hinds ha sido galardonado con el premio Hayek 2010 por la obra "Money, markets and sovereignty" (Dinero, mercados y soberanía). El libro que junto a Benn Steil escribió y luego publicó la Universidad de Yale en 2009. Este prestigioso premio otorgado a Manuel Enrique es un orgullo para el país y es motivo de alegría para los que creemos en la libertad sin apellidos.
Pero Manuel Enrique Hinds, no sólo es un brillante ensayista y columnista. Es también un hombre de acción y su acción es muy consecuente con su manera de pensar. Fue él quien concibió la dolarización de la economía salvadoreña y la administración de Francisco Flores la ejecutó. Esa valiente y trascendental decisión, una política de Estado, es lo que mantiene a raya, hasta ahora, a los populistas de izquierda y derecha amantes de la maquinita de imprimir billetes.
La actuación de Manuel Enrique Hinds como Ministro de Hacienda fue la antítesis del funcionario politiquero que toma decisiones únicamente en función de las encuestas de popularidad. Tomar las decisiones correctas, independientemente del jueguito político coyuntural, es lo que diferencia al estadista del demagogo.
La brillantez de Manuel Enrique como columnista no sólo proviene de su honradez intelectual, porque hay quienes muy honradamente escriben cada disparate. Proviene fundamentalmente de su lucidez. Y no es que no se equivoque. Todos nos equivocamos de cuando en vez. Pero sus razonamientos siempre documentados por datos, son tan sólidos que a sus adversarios, de todo signo ideológico, huérfanos de argumentos, no les queda otra que quedarse mudos o bañarlo de epítetos.
El liberalismo ha sido atacado de la manera más ingrata en los últimos tiempos. La izquierda, hay que reconocerlo, ha tenido éxito en confundir a muchos con esa palabreja del neoliberalismo. La palabra liberal, por extensión, ha sido satanizada. Al punto que hasta personas que dicen ser de derecha o defensores del "sistema" reniegan de las ideas liberales, para escudarse en ese brumoso y liso sintagma de "lo social". Por lo tanto es una gran noticia que este premio, que lleva el nombre de uno los más connotados pensadores liberales, Friedrich Hayek, haya sido otorgado a un verdadero intelectual salvadoreño y justamente en estos momentos.
Tiempos confusos estos, en los que nada parece ser lo que aparenta. Muchos anticomunistas de ayer son los principales aliados y socios comerciales de los comunistas de siempre. Con el cambio de gobierno algunos columnistas, periodistas y líderes políticos, que hace sólo algunos meses atacaron de la manera más ácida al FMLN y a su candidato, se convirtieron de la noche a la mañana en un desvergonzado coro de genuflexos del poder vigente.
En medio de esta oscura época la incorruptible pluma de Manuel Enrique Hinds, es más luz que tinta. No cae Manuel Enrique en esa pretensión atorrante de dar clases desde un escrito de periódico. Sus columnas son peleadoras, provocadoras. Pero sus golpes no son bajos, son directos a las neuronas de los lectores, buscando que estos reaccionen. Debatan. Razonen.
Aprovecho este espacio para motivar a los que no lo hacen a que se acerquen a los escritos de Manuel Enrique Hinds con mente abierta y crítica. No esperen, eso sí, palabras de autoayuda o que edulcoren la realidad, encontrarán valiosos insumos para analizarlos. Felicidades Maestro.
*Columnista de El Diario de Hoy. marvingaleas@cinco.com.sv
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.