La incursión de pandillas en robo y hurto de vehículos
Carlos Ponce.08 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
La semana pasada, fuentes oficiales aseguraron a este rotativo que las pandillas son responsables de aproximadamente la mitad de los robos de vehículos en El Salvador. Específicamente, los funcionarios que revelaron esta preocupante cifra, señalaron que de cada ocho automotores que son robados, tres de los hechos son responsabilidad de dichas agrupaciones. Casos que trascendieron hace algunos años, en su momento indicaron que las pandillas estaban vinculadas con dicho ilícito.
En 2007, la Policía Nacional Civil desarticuló una organización criminal transnacional dedicada al robo y hurto de vehículos, en la que participaba César Daniel Renderos, alias "el Muerto" o "Cementerio", pandillero de la 18, junto con otros miembros de su estructura pandillera. Aparentemente, las pandillas desde entonces han incursionado más profundamente en este tipo de delito.
El involucramiento en patrones delictivos más complejos y lucrativos, es un paso tradicional que dan las pandillas al avanzar en su proceso evolutivo, asemejándose cada vez más a las icónicas estructuras criminales denominadas a lo largo de la historia como crimen organizado. Esta incursión evidencia que los pandilleros han pasado de un enfoque predominantemente expresivo a uno instrumental, privilegiando, mediante su actuar, aquellas actividades que buscan la consecución de un fin ulterior de naturaleza económica.
Los delitos progresivamente dejan de ser una expresión de su condición como pandilleros que pertenecen a una agrupación en particular, y están más estrechamente asociados con su necesidad de generar dinero y poder. Una manifestación clara de este cambio de enfoque, es la tregua que pactaron las pandillas en septiembre de este año, con el fin de propiciar un paro comercial en el país, que ocasionó pérdidas millonarias al sector empresarial.
Algunos expertos en la temática, sostienen que este cambio de enfoque es el resultado del envejecimiento natural de los pandilleros (y las crecientes necesidades financieras que esto implica) y del perfeccionamiento de sus habilidades delictivas y organizativas, resultante de su constante involucramiento en la comisión de ilícitos y sus roces con estructuras criminales más organizadas y estructuradas. Actualmente, las pandillas cuentan con una estructura de mando definida y están organizadas rígidamente en diferentes niveles jerárquicos. Esto ha permitido que su alcance territorial y capacidad de reacción y operación sea amplio y poderoso.
Estos elementos le han abierto las puertas a las pandillas para incursionar en crímenes más complicados, que les reporten más ganancias. Paralelamente, las ha convertido en potenciales y atractivas aliadas para otras organizaciones criminales transnacionales. Su presunta relación con los tristemente célebres carteles de droga mexicanos, como Los Zetas, es una clara e indiscutible evidencia de esto. Dichas estructuras presuntamente los han utilizado para ejecutar ilícitos específicos e incluso, según algunas notas periodísticas, se han encargado de entrenarlos en tácticas y técnicas militares.
Esta evolución que han experimentado las pandillas y su relativamente reciente relación con organizaciones dedicadas al tráfico internacional de drogas ilícitas, hacen muy probable que su migración a zonas rurales del país no sea el resultado de la actividad policial, como las autoridades pretenden proyectar.
Considerando que la actividad pandillera, según diferentes reportajes publicados en los medios de comunicación, se ha incrementado más en áreas rurales fronterizas y zonas cercanas a la costa, el movimiento de dichas agrupaciones a esos lugares puede más bien obedecer a un intento por establecer control en diferentes puntos estratégicos, a través de los cuales puedan dominar el contrabando de drogas ilegales, otros bienes y hasta de personas.
El análisis de las instituciones de seguridad, en consecuencia, no debe de ser tan limitado. Es necesario que las autoridades consideren esta evolución y todos los elementos que la acompañan, para poder diseñar planes y estrategias que obstaculicen el desarrollo de las pandillas.
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