EDH-La diferencia de la responsabilidad personal

 Juan Valiente.08 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Este día UNICEF y Club Kiwanis Los Robles reconocen a nueve niños y jóvenes con el premio Laureles 2010, con el afán de promover nuevos liderazgos en la niñez y juventud salvadoreñas. Se otorgan reconocimientos especiales a este grupo de niños, niñas y adolescentes, porque si queremos mejores líderes en el futuro, debemos cultivarlos desde temprana edad. Durante demasiado tiempo los liderazgos naturales de la niñez y la juventud salvadoreñas han sido casi invisibles para la sociedad.

Es misión de UNICEF y Kiwanis rescatar dichos liderazgos y convertirlos en ejemplos para otros. Es su meta promover una nueva sociedad a través de la promoción de una nueva juventud, alejados de la mediocridad, de la desesperanza y de la incapacidad. Y todo comienza con la decisión personal de cada uno de ellos por ser diferente, por asumir su responsabilidad como persona por su futuro y como ciudadano por su país.

Este año los niños y niñas seleccionados son Josué Alejandro Linares Pérez, payaso y actor desde muy temprana edad; Nancy Evangelina Galindo Amaya, miembro del Club de Comunicadores de Visión Mundial El Salvador; Carlos Dimas Silva López, campeón de taekwondo, y Diana Michelle Castillo Agudelo, excelente estudiante y karateca. Los jóvenes galardonados son Brandon Jonathan García Castro, destacado pintor; José Javier Jule Arana, bloguero y fotógrafo de primera; Kevin Fernando Quintanilla Zeceña, renombrado beisbolista internacional de FESA; Ramón Sanfeliú Béneke, excepcional matemático reconocido internacionalmente, y Rose Marjorie Serrano Morán, voluntaria de la Asociación Nueva Vida para jóvenes en riesgo.

Muchos jóvenes como ellos eligen este camino de superación personal. Hace cuatro años un grupo de salvadoreños reiniciaron la constitución en el país del comité nacional de Colegios del Mundo Unido. Desde entonces cerca de 200 jóvenes han concursado por ser seleccionados para terminar su bachillerato en uno de los trece colegios que existen en el mundo. Ahora tenemos como país estudiantes graduados como bachilleres internacionales y estudiando en universidades locales y extranjeras. Algunos de ellos de extracción socio-económica muy humilde. Todos cosechando los frutos del esfuerzo personal, del trabajo académico riguroso y de la decisión que tomaron hace muchos más años por un camino de responsabilidad personal y compromiso ciudadano.

Tenemos ejemplos de sobra en nuestra sociedad, pero a veces pasan inadvertidos. Este fin de semana cerca de 60 jóvenes de Soyapango fueron beneficiados con un taller de liderazgo juvenil, "Key Leader Camp", en un esfuerzo de varias instituciones como la Fundación Salvador del Mundo (FUSALMO), UNICEF y Club Kiwanis Los Robles. Todos estos jóvenes se han destacado entre los miles que llegan cada semana al oratorio salesiano o a las clases de complemento para estudiantes de escuelas públicas del Polideportivo de Soyapango administrado por FUSALMO. Ahora tienen el reto de liderar también en el servicio.

Igualmente en los Centros Supérate del país también se encuentran cientos de jóvenes que no aceptan la mediocridad o ser gangueros como forma de vida y han decidido aprovechar las oportunidades para ser mejores, para dar lo máximo de si mismos. Cada uno de estos centros sigue el modelo iniciado por el "Programa Empresarial Supérate", creado por Fundación Sagrega-Palomo e Hilasal en el año 2004. Desde entonces año con año se gradúan jóvenes que han recuperado su autoestima demostrando que tienen capacidad de ser mejores personas, de aprender inglés e informática y de, a través del estudio y del trabajo, superarse no sólo en lo personal y para beneficio de uno mismo, sino también para el engrandecimiento de su familia.

Es cierto que el Estado puede hacer más para que existan oportunidades para todos. Hay responsabilidad de su parte al no garantizar un mejor sistema educativo, donde la educación de calidad esté al alcance de todos. Sin embargo, no debe haber excusas. Todavía hay oportunidades que no descubren sus beneficiarios. Sólo falta que más jóvenes den el paso y decidan ser responsables de sus propias vidas.

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