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2010/12/21

EDH-La aspiración de emigrar

 Luis López-Portillo.21 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Roberto se graduó de bachiller en noviembre, abandonó su idea de inscribirse en una universidad privada y se puso a buscar trabajo. Lo conozco desde niño. A sus 18 años, hoy es uno de miles de jóvenes que intentan ingresar al "mercado laboral", ese al que le llueve demanda, le falta oferta y no tiene motores que lo muevan.

Como Roberto, miles de bachilleres han pasado directo del aula a buscar empleo. Unos pocos han ingresado a universidades privadas. Más de 23 mil intentaron ingresar a la Universidad de El Salvador a disputarse cerca de 11 mil cupos este año. Los 12 mil no admitidos quizá terminen también buscando trabajo.

La pregunta ardiente es si ese ejército de jóvenes encontrará empleo. ¿Quién en el 2011 abrirá nuevas plazas de trabajo? Por el panorama que vivimos, muchos de los bachilleres y licenciados que produce el país cada año contemplan la idea de irse a Estados Unidos u otros países con mejores perspectivas.

En el Gobierno sí habrá plazas nuevas y aumentos salariales. Bien por los beneficiados. En el sector privado no es tan fácil. Una empresa que emplea más gente de la que ya tiene lo hace sólo cuando tiene expectativas de crecimiento, y eso sucede sólo si su base de clientes da señales de crecer. Alguien tiene que comprar para que los negocios vayan bien, sigan invirtiendo y contraten más gente.

Sin embargo seguimos oyendo de recortes de personal, congelación de salarios, negocios cerrando y empresas afectadas por nuevos impuestos, alzas en los costos o restricciones a su actividad. La capacidad adquisitiva se ha deprimido y muchos se están absteniendo de gastar. A pesar de esto, muchas empresas están innovando, reinventándose y adaptándose a las nuevas condiciones. Enhorabuena porque reviven el optimismo.

Pero hacen faltan más razones para sentirnos optimistas. Se reclama la necesidad de incentivos y señales positivas del Gobierno para estimular la inversión. Se reclama mayor seguridad ciudadana y seguridad jurídica, para que haya confianza, y los que pueden se animen a invertir, expandirse o explorar nuevas oportunidades aun en la situación adversa. Hay quien invierta, pero falta el clima oportuno.

Todos perdemos si la economía no se recupera. Pierden los que tienen negocios pequeños o grandes, pierde recaudación el Gobierno y pierden todos los que andan buscando trabajo. Los reproches incendiarios no están funcionando; más bien parece que sólo azuzan la conflictividad y ello acentúa el pesimismo.

Como no tenemos ni cobre ni oro ni petróleo, el recurso más valioso que tenemos son los Robertos, los Julios, los Albertos y los Pedros. Pero de nada sirve ese preciado recurso si las empresas de todos los tamaños que pudieran emplearlos están: A) esperando señales más esperanzadoras; B) haciendo sus apuestas en otros países, o C) estancadas por el anómalo entorno político y la incertidumbre económica.

No habrá nuevos empleos mientras no se estimule la economía y se rompa el círculo vicioso en que estamos. Ya vimos que 2010 no fue el año de la recuperación que nos vendieron. Y el 2011 –año preelectoral- tampoco lo será si los consumidores están pensando en ahorrar y las empresas no están dispuestas a arriesgar su capital.

Paremos los pleitos ideológicos. El sector privado necesita sentir confianza y un clima donde al menos se le deje trabajar sin obstáculos, sin desincentivos ni altos riesgos. El Gobierno tiene que dejar de regañar, superar su manía de justificar y buscar culpables, apoyar la actividad empresarial y estimular la actividad económica. Si no construimos país, juntos, la mayor aspiración de los jóvenes seguirá siendo largarse de aquí.

elsalvador.com :.: La aspiración de emigrar

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