Las "panchas" desaparecieron hace tres cuartos de siglo, los campesinos no visten ya cotones ni usan caites, la totalidad de la gente en esta tierra se comunica en español
03 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
e la civilización, como sucedió a muchas sectas cristianas y continúa pasando con tendencias heréticas y con la mayor parte de iglesias protestantes, cuando "muerto el pastor, muerta la iglesia".
La Iglesia Católica y Romana no podría sobrevivir sin la enorme, compleja e inmensamente sabia estructura de poder y tradición que le concede forma y sustancia y que es calcada en buena parte del Imperio Romano. La Iglesia ha ido adaptándose a los tiempos pero sin sacrificar su esencia o lastimar su autoridad; hay Iglesia eterna precisamente por las estructuras que le conceden continuidad, poniéndola a salvo de las miríadas de interpretaciones y tendencias que surgen en cada época, como en la evolución de las especies vivas se producen mutaciones que no sobreviven, callejones biológicos que no llevan a ninguna parte.
Xxxxxx amos una gran distancia, al decir esto, con la postura de curas herejes que creen incompatible la existencia de la Iglesia material y específicamente de su poder e influencia terrenal, con la enseñanza de Cristo. Más aberrante es suponer que la doctrina y enseñanza de la Iglesia se puede suplantar o anular con las prédicas "liberadoras" del párroco de aldea por el sólo hecho de vivir en privaciones y en contacto con pequeñas comunidades religiosas.
Xxxxx que sucede al islamismo es muy revelador: no existe una iglesia oficial para el Islam, ninguna figura o institución que siente doctrina, ningún punto de referencia de validez universal. Nominalmente el Islam se basa en la doctrina tal como se plasma en el Corán, pero no hay y no puede haber una valoración autorizada de sus textos. Cada Imán, predicador o madraza, las escuelas adosadas a las mezquitas, se considera en posesión de la verdad última, ser los legítimos intérpretes del texto sagrado. El horror que desangra el Medio Oriente se deriva de esa ambigüedad doctrinaria, que lanza a unos contra otros y a todos ellos contra la civilización. Ese relativismo que curas trasnochados ensalzan, sumiría a la Iglesia de Roma en la anarquía.
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Xxxxxx sia es muchas cosas: es un poder espiritual, la autoridad moral de mayor rango en el mundo y la depositaria de principios y valores que son la más luminosa referencia espiritual de Occidente. Son esas las tradiciones en que se fundamentan las libertades individuales y el orden democrático y jurídico del mundo actual.
Pero la Iglesia asume innumerables otras funciones y competencias, desde ser una organización humanitaria, educadora, custodia de los mayores tesoros artísticos que hay en el mundo, guía y administradora de un gigantesco y complejo mundo de sacerdotes y seglares, que sólo a un brasileño herético puede antojársele que sería posible manejar desde las comunidades "pobrxxxxxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxx x xxxxxxx xxxx xxxxxxxxxxxxxx xxxxxxx]]xxxx xxxxxxxxxx xxxxxxx x xxxxxxx xxxx ]xx xxxxxxxxx]xxxxxxxx x]xxxx x xxxxxxx xxxx xxxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxx x xxxxxxx xxxx xxxxxxLUna de las bendiciones que tenemos cuatro países centroamericanos --Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, y en muchos sentidos también Panamá-- es no sufrir de divisiones raciales, no estar clasificados como indios, blancos o negros. Unos somos más oscuros o claros que otros y, por desgracia, se padecen antagonismos y recelos, pero somos prácticamente todos descendientes de varias razas, resultado de la mezcla genética de las personas, familias y los grupos humanos que aquí arraigaron.
Hay, en verdad, pequeñas, casi minúsculas comunidades donde la tradición indigenista se cuida con orgullo, pero asimismo también en otras la tez blanca, el pelo castaño y hasta los ojos claros les distingue, como sucede en Chalatenango. Pero en este suelo nadie discrimina a nadie por creer o sentir que pertenece a una superior etnia o raza.
Un amigo solía decir, con una dosis de humor pero también de conocimiento de la condición humana, que el gran ecualizador fueron las guarniciones militares dispersas en pueblos y cantones que iban dejando simiente y rompiendo la uniformidad étnica.
Es importante como lo han propuesto en la declaración del Primer Congreso Nacional Indígena, patrocinado por las Secretarías de Inclusión Social, Técnica y de Cultura, estudiar las tradiciones, la literatura, los hallazgos, los idiomas de los antepasados indígenas, entre ellos el náhuat y el kakawira (antiguo idioma cacaopera), como lo hacen los escandinavos respecto a su desaparecida cultura vikinga, o los judíos al reconstruir sus raíces.
Pero de eso a pretender que "por disposición constitucional" hay que obligar el aprendizaje de lenguas precolombinas, la adopción de trajes de esos pueblos, a revivir "la ciencia" de los pipiles, etcétera, hay un enorme trecho. Nuestros jóvenes necesitan aprender idiomas como el inglés, el chino o el portugués para insertarse en el mundo actual, cómo ser diestros en computación.
Quieren ropa de marca, no taparrabos
Más grave todavía es querer atizar en El Salvador diferencias y conflictos que se dan en países con altos porcentajes de pobladores y comunidades indígenas, como Bolivia, Perú y Guatemala. Las "panchas" desaparecieron hace tres cuartos de siglo, los campesinos no visten ya cotones ni usan caites, la totalidad de la gente en esta tierra se comunica en español y a lo más usan frases y expresiones inglesas.
En cuanto a las ciencias de nuestros antepasados, estas desaparecieron como desaparecieron los sacrificios humanos, el culto al maíz y las plumas en la cabeza. Los cordobeses de hoy se curan con antibióticos, técnicas quirúrgicas que incluyen rayos láser, se toman placas, etcétera, pese a que en la Córdoba del Siglo XIII la medicina era la más avanzada del mundo de aquella época.
Suficientes problemas encara nuestro pueblo en la actualidad para implantar de manera artificial "y por decretos legislativos", diferencias raciales, étnicas y culturales que no existen. El anhelo de las comunidades que están rezagadas, y lo están porque no hay suficiente inversión para generar empleos formales e informales, no es pasarse danzando como los pipiles, sino ver programas de televisión, leer diarios, contar con Internet, comerse una hamburguesa y que los atiendan médicos, no curanderos.
Muchos pueblos como lo señala Cervantes, situaron la edad de oro en el pasado, no en el futuro ("dichosos siglos y siglos dichosos aquellos…"). Así los amish que rechazan los vehículos automotores, los que repudian las transfusiones de sangre, los talibanes queriendo forzar la vuelta al Medievo musulmán.
Pero si queremos desarrollo, lo tendremos sólo viendo hacia delante.
elsalvador.com :.: Aprendan inglés y chino no náhuat o kakawira
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