David E. Reyes.03 de Diciembre. Tomado de El Diario de Hoy.
El 3 de diciembre de cada año, ha sido designado "Día nacional e internacional de las personas con discapacidad", y en nuestro país y el resto del mundo se estila conmemorarlo con pomposos discursos gubernamentales, reuniones, simposios y una multitud de eventos que a la postre y habitualmente no sirven más que para promover la imagen de un funcionario o un gobierno.
La realidad de quienes tenemos algún tipo de discapacidad y nuestras familias es rara vez comprendida. Lo que nuestro sector necesita, reclama y exige son acciones concretas, no análisis apasionados de una realidad lejana y distante de su comprensión.
Es necesario que nosotros, los hombres y mujeres que tenemos cualquier tipo de discapacidad, unidos a nuestras familias y a los salvadoreños que realmente comprenden, o quieren comprender nuestra realidad, nos esforcemos cada día en obtener nuevos espacios.
Pero esta lucha debe iniciar con lo ya conquistado. Existen leyes como la "Ley de equiparación de oportunidades", que debe ser cumplida y dejar de ser letra muerta, también la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de las Naciones Unidas, que nuestro país ratificó en el 2008.
Es necesario y obligatorio que se deje el discurso politiquero al respecto de las personas con discapacidad y se dé inicio de forma real y concreta a la construcción de una sociedad que permita nuestra integración plena y productiva y que nos deje acceder al progreso que como personas necesitamos.
No pedimos favores, ni prebendas, mucho menos lástima, ni pretendemos que se nos trate de manera distinta a los demás salvadoreños. Lo que pedimos simplemente es que se nos dé la oportunidad equiparada de dejar que nuestro esfuerzo, creatividad, ingenio, habilidades y destrezas, puedan ser aprovechados por una sociedad que cuenta con cerca de medio millón de personas con algún tipo de discapacidad.
Medio millón de personas que no contamos con los medios de transporte público adecuados, a pesar de que hace más de 10 años que, por ley, debió haber sido superado. Que no podemos acceder a espacios de diversión como parques, plazas e incluso a oficinas de gobierno. Miles de niños que no tienen acceso justo y equitativo a la educación.
Somos medio millón de personas, pero yo soy el único de 84 diputados que tiene una discapacidad física y pueden estar seguros que mientras ocupe esta curul, que el pueblo y Dios me han dado, empeñaré todos mis esfuerzos en alcanzar para El Salvador las leyes que permitan el acceso pleno a la productividad y el progreso del sector que con orgullo represento.
Este día quiero dirigir un saludo a todos los salvadoreños que tenemos alguna discapacidad, a sus familias y amigos. Un agradecimiento profundo a todos aquellos que sin tener una discapacidad, trabajan día a día en la consecución de un El Salvador más accesible. A los empresarios que sin esperar cumplen la ley y contratan el porcentaje justo de personas con discapacidad. En una palabra gracias a todos aquellos que no ven nuestras desventajas sino nuestras posibilidades.
La única limitación que una persona puede tener es no tener a Dios en su corazón.
elsalvador.com :.: ¡No queremos discursos, queremos acciones!
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