Ramón D. Rivas.03 de Diciembre. Tomado de Diario Co Latino.
(Parte 1 de 2)
La semana recién pasada en ocasión del Primer Encuentro-taller sobre Inventario de Bienes
Culturales, celebrado en la ciudad de Granada, Nicaragua, tuve la oportunidad de platicar con doña Amparo Gómez-Pallete, Directora General de Patrimonio de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, AECID y don Francisco Javier Velasco Gutiérrez, Coordinador en Nicaragua del Programa Cultura y Desarrollo de la AECID.
Lo que aquí presento a los lectores es el producto de una conversación amena que he tenido con dos especialistas del patrimonio que han sabido hacer de la cooperación internacional en Nicaragua — enmarcada en el patrimonio material e inmaterial— un bien de desarrollo en beneficio de un pueblo que se ha dado cuenta que no hay que desaprovechar oportunidades, sobre todo cuando estas parten de la misma cultura del pueblo.
En concreto se reflexionó sobre los efectos más visibles en lo referente a la conservación y puesta en valor del patrimonio tangible e intangible; además, del fortalecimiento institucional, la sensibilización sobre la importancia del patrimonio y el desarrollo económico generado a través de su conservación y gestión, que indudablemente corresponden a lo relacionado a la recuperación física del patrimonio nacional.
Y es que en 20 años, el programa de Patrimonio de la Agencia Española de Cooperación Internacional al desarrollo, ha ido poco a poco demostrando con hechos que es posible mejorar la calidad de vida de la gente cuando esta se apropia de los proyectos y los hacen suyos.
En el caso de Nicaragua, se constata —y así lo he visto— que ciudades como León, Masaya y Granada, para nombrar las ciudades y los proyectos que visité, han cambiado su fisonomía. Sus espacios públicos, sus parques y plazas centrales han sido devueltos a la ciudadanía con mejores condiciones de equipamiento y servicios para que estos puedan ser aprovechados y disfrutados por la población. Se han restaurado inmuebles de gran valor y significado cultural e histórico.
Solo en León se ha rehabilitado la Iglesia de San Juan Bautista de Subtiaba, el Mercado Central —que fuimos recibidos cordialmente por su Junta Directiva—, la casa salud Debayle, el Centro Comercial Metropolitano, en Granada; la antigua Estación del Ferrocarril y en Masaya la Parroquia de la Asunción, entre otros.
En todos esos lugares hay talleres de formación para jóvenes —en Masaya y en León fuimos recibidos con mucho afecto por los alumnos que reciben formación en restauración, carpintería, mecánica, albañilería, etc.— En todas estas acciones, se constata la sensibilización y participación de la población interesada en conservar su patrimonio que naturalmente ha trascendido a la mera intervención física.
Y es que Amparo Gómez-Pallete es de la opinión que “naturalmente hablar de cultura y con ellos las diferentes identidades que de ella se manifiestan, dificulta argumentar algo sobre la misma. Y es que automáticamente eso te hace pasar a los conceptos de cultura y desarrollo y sobre todo si con ello pensamos en los más pobres de la sociedad. Soy de la opinión, —dice— que es necesario aspirar a un desarrollo integral y con ello quiero decir que se debe luchar contra todas las dimensiones de la pobreza; la carencia de oportunidades”. Esta especialista es de la opinión que cuando se trabaja en desarrollo y cooperación, “se debe luchar por un desarrollo que ofrezca capacidades y oportunidades para quienes nunca las han tenido y ello para llegar a alcanzar una vida digna”.
Amparo Gómez-Pallete es de la opinión que “una persona puede ser millonaria pero puede ser a la vez muy pobre sino se apropia de su cultura que a la vez es identidad”. “Estoy convencida de que la cultura, en todas sus dimensiones es fuente de desarrollo económico; una persona puede ir al cine y paga por ello, una persona puede pagar por una pintura, pagar por un libro, pagar por ver una danza, por una presentación artística, por probar arte culinario, etc.” Pero el problema es que muchos esfuerzos institucionales se vuelven vacíos pues muchos políticos y gobernantes no han sabido institucionalizar la cultura en las políticas públicas.
Y es que los Ministerios de Cultura, cuando existen, muchas veces se ven limitados en su presupuesto ya que los gobiernos priorizan en otros sectores sociales como la educación, la salud e infraestructura. No obstante, hay otros gobiernos, tal es el caso de Bolivia, que está tratando de introducir la cultura en todas las políticas públicas del país como estrategia de desarrollo. Ellos ven a la cultura como un eje transversal que está en todo.
En países en desarrollo es difícil aterrizar pero paradójicamente es donde se puede incidir en modelos de desarrollo”. Al respecto, el especialista Francisco Javier Velazco Gutiérrez manifiesta que “en la globalización existe el predominio de una cultura sobre el resto. Y esto lleva directamente al fracaso de los pueblos que no tienen un sustento identidario, pues se trata de un modelo depredador”. “Nosotros, —dice— a través de los diferentes modelos culturales apoyamos para desarrollar un modelo de desarrollo sostenible y constatamos que se hace necesario de un entendimiento entre lo político, lo empresarial, el pueblo y hasta de los especialistas de las universidades”.
Pero este especialista, conocido en todos los ámbitos sociales de Nicaragua, es de la opinión que el conocimiento de una determinada realidad es clave para alcanzar existo en materia de cooperación y desarrollo y se refiere al respecto: “en el caso concreto de nuestro trabajo en Nicaragua, lo más importante es haber tenido una permanencia en la dirección del programa que de alguna manera se ha proyectado en el territorio y esto nos ha ayudado a conocer la realidad social y cultural.
Y entonces, así, conociendo esta realidad social y cultural hemos constatado que si hay historia pues naturalmente hay futuro en este país, y así lo es. Y eso vale para otras realidades. Pero la cuestión es que en el caso de los técnicos cuando ya conocen la realidad de un pueblo son cambiados, trasladados a otro lugar, a otro país.
En mi caso, afortunadamente ha sido diferente. De alguna manera debemos de tener modelos de desarrollo basados en nuestros pueblos”, reafirma el especialista. Pero me dice más, “debe haber participación pero con un fuerte ingrediente de interdisciplinariedad y a su vez una fuerte dosis de inter institucionalidad tanto a nivel local como central (nacional). Y es que en este tipo de trabajo la visión no debe ser solo cultural sino de territorio y el patrimonio tangible e intangible debe ser tratado de una manera integral”, puntualiza. Continuará…
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